La crisis económica ha modificando los hábitos de las familias que están creando conciencia de la importancia del ahorro. Las familias están pidiendo menos préstamos, bajando los balances de sus tarjetas de crédito y han empezado a ahorrar.

'Vemos a la gente comenzando a ahorrar y siendo más prudente en sus gastos', comentó Elí Sepúlveda, vicepresidente de Crédito Comercial de Banco Popular, durante su participación, hace unos días, en el Foro de Construcción organizado por el Colegio de Contadores Públicos Autorizados.

Las estadísticas muestran que mientras el ingreso ha estado creciendo en los últimos años, el ahorro personal ha sido negativo desde 1971, lo que significan que en vez de ahorrar las personas se endeudan.

Estos cambios en el comportamiento de los gastos de las familias se observan también en los balances de las tarjetas de crédito. 'La gente está pagando más del pago mínimo y bajando sus balances en las tarjetas de crédito', explicó el ejecutivo. 'Eso confirma que la gente tiene un poco más los pies en la tierra'.

Las carteras de préstamos de los bancos han estado bajando desde el 2009, afectadas por la crisis económica, la consolidación bancaria y el endurecimiento de las políticas crediticias de los bancos. La crisis económica ha deteriorado la situación financiera de las familias. Cada vez menos personas tiene la capacidad para solicitar un préstamo y los bancos han elevado el listón a la hora de conceder créditos. Se ha juntado el hambre con la necesidad.

Sepúlveda señala que los bancos están dispuestos a prestar, pero 'no a los niveles que estábamos viendo' en el pasado.

La prudencia de las familias también se nota a la hora de comprar una vivienda. Cada vez más familias deciden remodelar su hogar, porque vender ya no es una opción. El valor de las propiedades ha caído y 'la gente no quiere mudarse'.

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