El nuevo golpe en pleno contagio de la crisis de la deuda europea lo ha dado Moody's al bajar la calificación de la deuda de Irlanda al nivel de bono basura, por lo que los irlandenses se sitúan al nivel de Grecia y Portugal. Esto ha pasado en una jornada marcada por la incertidumbre que ayer no supieron, o no pudieron, disipar desde la reunión del Eurogrupo en Bruselas.

Después del lunes negro que se vivió ayer en los mercados, la sesión de hoy no ha terminado tan mal; por lo menos si se tiene en cuenta como ha comenzado el día, informa El País de España.

La Bolsa italiana ha conseguido remontar las pérdidas y ha logrado cerrar en positivo, con una subida del 1,18%. El Ibex 35, aunque no ha salvado los números rojos, ha registrado una caída del 0,69% bastante por debajo de la máxima del casi 4% que ha cosechado esta mañana. El selectivo no ha conseguido recuperar los 9.700 puntos y se sitúa en los 9.603.

No solo los mercados de renta variable han mejorado al final de la jornada sus resultados, la presión sobre la deuda italiana y española también se ha relajado al cierre de las Bolsas.

Después de que esta mañana la prima de riesgo española alcanzara un máximo de 375 puntos básicos, la mayor cifra desde que España entró en el euro, al cierre de los mercados bajaba hasta 315 puntos básicos (por debajo del cierre de ayer).

Esa brecha entre la rentabilidad del bono español y el alemán ha llegado a situar la del español por encima del 6,2% a primera hora de la mañana, para relajarse a por la tarde hasta el 5,89%. En la escalada de primera hora de hoy, la prima de riesgo española ha estado acompañada por la italiana, que ha tocado un máximo de 348 puntos para terminar cerrando la sesión en los 285 puntos básicos.

Las Bolsas y los bonos han recuperado parte del terreno perdido gracias a la fuerte demanda en la subasta de letras a un año realizada por el Tesoro italiano y entre rumores de una posible intervención del BCE y de otros bancos centrales.

Mientras, la reunión del Ecofin ha concluido sin nuevos acuerdos y, según el ministro de Economía alemán, sin hablar casi sobre Italia. Una reunión que se ha celebrado sin el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti, que ha vuelto a Roma con el objetivo de cerrar el nuevo plan de ajuste presupuestario de Italia.