Desde 2019 hasta hoy han pasado tres directores e incluso ayer se anunció uno nuevo, el cuarto, "con efectividad inmediata".

El papel soporta todo, dicen, y basta un ejemplo para evidenciarlo: la página del Albergue Olímpico señala que la instalación trabaja para posicionarse “como uno de los centros de entrenamiento de alto rendimiento más importantes a nivel mundial”, pero la realidad es diametralmente opuesta en la segunda institución deportiva más importante del país tras el COPUR.

La entidad, fundada en 1986 y reconocida como organización sin fines de lucro por el Estado bajo la ley 12 del 12 de junio de 1992, sufre una crisis producto de que desde 2019 hasta ayer habían pasado ya tres directores ejecutivos, dos de ellos en los últimos meses, y hoy asume uno nuevo "con efectividad inmediata".

Se trata de Jorge Rendón, quien no está ligado al ámbito deportivo, y cuyo nombre ya manejan los empleados, quienes recibieron un correo electrónico informando de la designación.

"Es un experto en gerencia y administración. Trae una amplia experiencia en operaciones proveyendo servicios a los activos internos y externos. Su gestión se ha llevado a cabo tanto en el ámbito público como privado. Su carrera ha sido una de constante crecimiento profesional y progresión en responsabilidades en una interesante combinación de industrias como las fuerzas armadas, la financiera, los servicios, la construcción, la inmobiliaria y la hostelería. Su historial es uno de resultados comprobados y donde ha conseguido mejoras en cada organización en la cual ha liderado", reza la comunicación firmada por el secretario de la junta de fiduciarios del Fideicomiso Olímpico, Samuel Céspedes, a la que NotiCel tuvo acceso.

Según se puede constatar en Linkedin, el nuevo director ejecutivo ha laborado en FirsBank, Westerbank, Pridco y Bahia Beach Resort and Golf Club.

Sobre la situación que atraviesa el Albergue Olímpico, Céspedes comentó a NotiCel que “son detalles que tendremos que dar con más tranquilidad. Estamos trabajando precisamente en todo este asunto. Ya tenemos las decisiones tomadas. Es correcto que han habido muchos directores en poco tiempo".

Claramente, algo no está funcionando en las instalaciones de Salinas, que ofrece servicios gratuitos de entrenamiento de alto rendimiento a los atletas afiliados a las Federaciones Nacionales y el Comité Olímpico de Puerto Rico, sensación que se refuerza al constatarse la desorganización que impera.

La solidez lograda con la dirección de Eugenio Guerra (28 años) en el centro fundado por Germán Rieckehoff Sampayo, se ha vuelto al menos inestable en los últimos años, con directores que se han sucedido sin pausa: pasó Ramón Álvarez (de 2019 a 2022), luego José Roque Cruz (de enero a julio de 2022), después Jaime Cabrera y ahora Rendón.

Álvarez, profesor de kinesiología de la UPR de Mayagüez, pasó el batón a Roque Cruz, pasado medallista en halterofilia, quien después de seis meses fue destituido y se nombra en su lugar a Jaime “Piro” Cabrera, exjugador de voleibol y baloncesto, y quien se desempeñaba como profesor en el recinto de Carolina de la UPR.

Los vaivenes que comenzaron con Roque Cruz se acentuaron con Cabrera, por distintas situaciones que han afectado a los empleados, quienes incluso habrían llevado a Céspedes una carta en oposición a que se nombrara al ahora exdirector ejecutivo, quien deja el puesto a Rendón.

En definitiva, los empleados aseguran que la operación se está afectando por la inestabilidad en la dirección del Albergue, ya que habría desorganización, bandos, un ambiente hostil y complejas situaciones internas.

Eso no se ve desde fuera de la instalación que, en 1,500 cuerdas de terreno, posee 20 instalaciones y la Escuela de la Comunidad Especializada en Deportes (Ecedao), además de una academia privada de béisbol que estaría desangrando al Albergue Olímpico, manejado por una junta de Fiduciarios del Fideicomiso Olímpico (compuesta por 11 miembros) y que preside el banquero Richard Carrión.

Lea de nuestro archivo: El Albergue Olímpico recibe certificación del DRD