Debido al aumento de la participación de estos deportistas, una investigación busca adentrarse en esta área que ha sido escasamente estudiada en el país.

Están compitiendo y sufriendo, lo más probable acoso, transfobia, exclusión, falta de espacios apropiados… La lista de los problemas que afrontan los deportistas trans puertorriqueños es larga y, por el momento, están silenciados por el anonimato y el desconocimiento, algo que la psicóloga deportiva puertorriqueña Angely Hernández Rodríguez busca cambiar a través de una investigación que explorará la experiencia de estos deportistas en Puerto Rico.

Ligada al deporte desde los nueve años (jugaba fútbol), al que vio siempre como un lugar de “inclusión” y “oportunidades”, la experta se cuestionó el hecho evidente que, para los trans, no estaba siendo igual por lo que se dio a la tarea de comenzar un estudio nunca antes hecho en la Isla.

“Se supone que el deporte es un espacio de oportunidades, en donde personas de distintos contextos se pueden reunir y participar sin ningún tipo de discrimen. Sin embargo, como psicóloga deportiva me di cuenta de la realidad de las personas trans, que deseaban ser parte del deporte”, indicó.

Según la estudiante doctoral del programa de Psicología con Especialidad en Consejería Psicóloga de la Universidad Albizu, los trans “sufren ambiente hostil, intimidación, lenguaje exclusivo, discrimen verbal, rechazo y falta de apoyo, por lo que no logran participar en el deporte o encuentran más obstáculos que las personas cisgénero”, cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son congruentes y responden ante estándares culturales predominantes (mujeres que fueron designadas como femeninas y hombres como masculinos).

“El tema es la inclusión de la población trans en el deporte. Quiero explorar la experiencia de los deportistas trans en el deporte puertorriqueño”, para lo cual entrevistará a atletas trans boricuas activos o inactivos (deben ser mayor de 21 años y pertenecer o haber pertenecido a una federación u organización deportiva del país) con el objetivo de que puedan expresar “cuál ha sido su experiencia en los espacios deportivos de la Isla”.

Añadió que “sé que hay atletas trans participando en el deporte puertorriqueño en distintas organizaciones. El COPUR, que se conozca públicamente y de los datos que yo he encontrado hasta el momento, no identifico atletas del COPUR, pero no es la única organización deportiva en la Isla. Hay otras, como la LAI y otras organizaciones que tienen sus equipos y sus deportes”.

En cuanto a la situación de los atletas trans en el país, Hernández Rodríguez señaló que “hay constantes situaciones en que los atletas se ven en riesgo de ser estigmatizados o discriminados”.

De acuerdo con la especialista, los trans pertenecen a uno de los grupos más estigmatizados en la sociedad y tienen tasas más altas de complicaciones de salud mental.

Además, advirtió que “ser trans está asociado con una menor participación en deportes y con el riesgo de abandono de la práctica deportiva. Existen dificultades para continuar participando del deporte mientras se divulgaba la identidad de género y luego de divulgarla, y algunos atletas evitan deportes segregados por sexo y, además, prefieren deportes no organizados e individuales”.

La psicóloga deportiva señaló que se ha considerado que la falta de participación de los trans en el deporte “es por causa del estigma y la falta de inclusión”.

“Las mujeres trans han recibido mayores críticas bajo el argumento de que las ventajas físicas hacen injusto que compitan en contra de mujeres cisgénero. Pero el Comité Olímpico Internacional (COI) permite la participación de atletas trans y establece pautas sobre la cantidad de testosterona en el cuerpo de mujeres trans”, acotó.

Aseguró que en Puerto Rico se desconoce la cantidad de atletas trans que están activamente participando en el deporte, “pero se han desarrollado medidas legales que intentan limitar o prohibir la participación de esta población”.

También dijo que hay investigaciones en que “las personas trans informan sentir más acoso por parte de los entrenadores”.

“El ambiente hacia las personas trans puede causar problemas de salud mental, como ansiedad, incomodidad, estrés, frustración, miedo, baja autoestima, bajos niveles de confianza, baja satisfacción, tristeza y depresión”, alertó Hernández Rodríguez.