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¿Puerto Rico se queda sin ídolos deportivos?

Tras el retiro de Mónica Puig, y luego del anuncio de JJ Barea, ¿ya no se cuenta con una figura excelsa que arrastre multitudes y genere una mancomunión con los puertorriqueños? Opine usted.

Félix "Tito" Trinidad luego de ser exaltado al Salón de la Fama del Boxeo.
Foto: Josian E Bruno Gomez / NotiCel

Para llegar al olímpo, ese lugar para los elegidos, lo primero es ganar. Así lo han hecho desde hace décadas innumerables deportistas puertorriqueños que han quedado en la memoria colectiva del país. Algunos, arrastraron multitudes, paralizaron la Isla y provocaron una devoción eterna que continúa hasta hoy, muchas veces pese a la muerte del atleta.

Sin embargo, en ese olimpo de los elegidos, pocos tienen cabida. Ya que ahí, en este sitial de privilegio, no solo basta con ganar (que ya es un gran reto); también los deportistas tienen que generar un vínculo indisoluble con el pueblo. Entonces, el cedazo deja afuera a algunos y empuja a otros a erigirse como ídolos.

Roberto Clemente es el ídolo deportivo boricua por antonomasia. Sin discusión. Incluso, llegó a morir por ayudar... a otro país. Pero antes, y desde esa época, hubo otros. Puerto Rico tuvo la posibilidad de “fabricar” nuevos ídolos siempre, pero siempre también se agotaron por el paso incontrarrestable de los años u otras razones.

En estos días, uno de esos ídolos deportivos anunció su retiro: la tenista Mónica Puig, por lesiones que son más fuertes que estos dioses que lo dan todo. Y el baloncelista José Juan Barea informó que deja la selección nacional y cumplirá su última temporada en el Baloncesto Superior Nacional (BSN), porque, en definitiva, no le puede ganar a la edad.

Y en esta carrera de relevos, ¿quién cogerá el batón? ¿La excelentísima boxeadora Amanda Serrano, la campeona Adriana Díaz o la veloz Jasmine Camacho Quinn? Todas mujeres, las deportistas tienen el mérito y los triunfos pero, ¿están a la altura del boxeador Félix “Tito” Trinidad a la hora de ostentar el título de ídolo deportivo puertorriqueño?

Serrano, de ser hombre, quizás ya estaría por sobre Trinidad merced a sus espectaculares logros; Díaz, si practicara una disciplina más popular, posiblemente hubiera entrado en el olimpo; y Camacho Quinn, pese a su oro olímpico y ganarse el corazón de los boricuas, se siente lejana, acaso porque ha hecho su carrera fuera del país o porque no maneja bien el español.

¿Dónde está, entonces, la respuesta? Félix Trinidad padre da algunas pistas: “Yo creo que se ha detenido un poquito la ‘fábrica’ de nuevos prospectos, de ídolos, pero van a volver a surgir otros que nos van a hacer vibrar. Puerto Rico no se puede quedar atrás. Espero en Dios que sigan habiendo más, ya que la Isla es una cuna de deportistas”.

Para Trinidad, un deportista que logra ser ídolo de una nación -su hijo arrastró multitudes y paralizó el país con sus peleas, tal como lo hizo en su momento Puig en su final olímpica- debe cumplir con ciertos requisitos.

“Primero, debe ser una persona auténtica y se notaba en el caso de ‘Tito’ que hasta el día de hoy ama a Puerto Rico. Él, cuando peleaba, al otro día estaba en la Isla para compartir con su gente, para celebrar. Y hasta el día de hoy está en contacto con las personas, visitando comunidades. Siempre ha permanecido unido a la gente. No solo fue campeón del mundo en el boxeo, también fue el campeón del pueblo”, afirma.

Además, junto con la autenticidad y esa relación con la gente, Trinidad también destaca la necesidad de que ese deportista del olimpo sea realmente de categoría, con “talento y habilidad”.

“En el caso del boxeo, se hacía mucho eso de fabricar el récord, pero el fanático de hoy se informa mucho y ya no es fácil de engañar. El pueblo sabe quién es de verdad. Pero a veces hay personas que hacen daño a figuras que protegen”, sostiene.

El secretario del Departamento de Recreación y Deportes (DRD), Ray Quiñones Vázquez, tiene perfectamente claro lo que debe cumplir un deportista, inicialmente, si quiere transformarse en ídolo: “Lo primero es ganar”, dice, muy seguro, el exatleta que participó en tres Juegos Centroamericanos y del Caribe (Medellín 1978, Cuba 1982 y Santo Domingo 1986), dos Juegos Panamericanos (San Juan 1979 e Indianápolis 1987), un Campeonato Mundial de Atletismo (1987) y unos Juegos Olímpicos (Seúl 1988).

Quiñones Vázquez admite la falta de ídolos deportivos, pero lo achaca a los “ciclos deportivos, que pasan siempre, pero estamos generando deportistas. Tradicionalmente, siempre se crean talentos”,

Sin embargo, reconoce que lo que sucedió con Trinidad “es algo espectacular que nunca hemos emulado, lo más cerca fue Barea con Dallas, Javier Culson o Camacho Quinn”, pero a la vez asegura que ídolos “siempre vamos a tener y estamos creciendo en ese sentido cada día. En el DRD tenemos esa tarea de desarrollar talentos para el deporte de alto rendimiento”.

Recuerda que cuando se retiró del baloncesto Raymond Dalmau (disputó tres mundiales e igual número de Juegos Olímpicos), quien marcó una época, “pensábamos que no teníamos a nadie más y ahí vinieron jugadores como José ‘Piculín’ Ortiz. Tradicionalmente se crea talento en el mismo deporte. Pero todos tenemos que acabar según cumplimos años, aunque unos duran más según el deporte que practiquen. Pero creo que nunca nos vamos a quedar desiertos”.

Ahora bien, el funcionario subraya que para entrar al olimpo, primero el deportista “tiene que ganar, pero para llegar ahí también hay que tener disciplina, respeto y humildad. Si soy atleta y no soy de pueblo, nunca voy a generar un vínculo que perdure. Clemente, donde llegaba, se acercaba a las personas y la humildad es trascendental para llegar a ellas”.

Sobre Clemente, el secretario se explaya: “Él es el ídolo de todo Puerto Rico. Todos lo quieren emular. Y es transversal a todos los deportes. Yo, que hacía atletismo, trataba de emularlo. Son ejemplo para otros y es otra parte interesante que los deportistas entregan al país”.

La presidenta del Comité Olímpico, Sara Rosario, comenta que "siempre es lamentable cuando los atletas llegan a un sitial y les toca el momento de retirarse, es un proceso natural de la vida deportiva de cualquier atleta. Mientras los atletas tienen resultados, gozan de esa simpatía con el pueblo, de esa conexión, hacen que cuando se retiran uno sienta un vacío, como un hueco. Es complicado".

Pone como ejemplo el boxeo, "que ya no hay un ídolo, ya no hay un boxeador que arrastre multitudes. Y en el deporte olímpico también tenemos ese proceso natural, que viene con el retiro de los atletas. Pero es también una oportunidad para otros atletas que vienen subiendo, que también puedan acaparar la atención del público, porque los fanáticos se van moviendo, de personalidades, de a quién voy a seguir, de quién será mi ídolo".

Rosario, quizás, da en el clavo cuando señala también la necesidad de "hazañas" de los atletas para convertirse en ídolos y también en el hecho de que deben surgir figuras nuevas, como Camacho Quinn o la misma Díaz, "que ha tenido unos triunfos consistentes para el país".

Insiste en que "en todos los deportes van a haber nuevos ídolos, atletas que con sus resultados, con simpatía, con el contacto con el pueblo, van a surgir".

Sin embargo, admite que no todos los deportistas tienen la humildad, la autenticidad y el "carisma para conectarse con el pueblo o esa nobleza. También depende mucho de la personalidad de los atletas. Algunos son atrevidos o accesibles y otros más tímidos. Otros, por sus deportes, se mantienen más serios, estoicos, como es el caso de Miguel Cotto, quien ha tenido unos logros impresionantes, pero su seriedad y la forma en la que ha llevado el deporte no lo ha catapultado como otros boxeadores".

"Los ídolos no son fáciles de sustituir. Nadie tiene el control de cuándo van a surgir los ídolos nuevos. Pero en principio tienen que ganar, tener buenos resultados, conexión con el país y creo que van a haber espacios donde vamos a tener múltiples ídolos o héroes deportivos, unos con más fanaticada o más carisma que otros, pero siempre el deporte de Puerto Rico ha tenido atletas de gran renombre y que van a permanecer con la gente, independientemente que estén activos o no. Creo, también, que los atletas, poco a poco, tienen que buscar esos espacios con el pueblo".