Provocan reflexión expresiones de Jasmine Camacho-Quinn
Muchos la criticaron y otros la respaldaron, pero su controversia trajo a la discusión pública un tema que se espera represente un cambio trascendental en el deporte.
Las expresiones de la campeona olímpica en los 100 metros con vallas, la boricua Jasmine Camacho-Quinn sobre la participación de mujeres trans en competencias deportivas de la rama femenina, levantaron revuelo ayer en el país, a la vez que se abrió la puerta a la discusión a un tema importante.
Por un lado, algunas personas apoyaron las expresiones de la atleta boricua por entender que el aspecto deportivo debe ser más regulado antes de permitir la inclusión de atletas transgéneros en competencias de alto rendimiento, mientras que otros tomaron sus expresiones como transfóbicas o carentes de empatía con la comunidad LGBT+.
Pero el debate trajo a Puerto Rico un tema que se está discutiendo a nivel mundial en los altos foros deportivos y que se espera represente un cambio trascendental en el deporte.
Camacho-Quin catalogó como ''injusto'' que sigan permitiendo la participación de mujeres trans en competiciones femeninas y sus comentarios levantaron todo tipo de opiniones, mayormente en las redes sociales.
Sus expresiones se producen días después de que la estadounidense Lia Thomas hiciera historia al convertirse en la primera transexual en ganar un campeonato nacional de natación, en este caso las 500 yardas libres de la NCAA Division I femenina.
“Mujeres (género asignado al nacer) no tendrán oportunidad en los deportes si continúan permitiendo participar a hombres en competencia”, sostuvo Camacho-Quinn en un tuit que publicó temprano en el día.
“No es justo. Viva como usted quiera vivir, pero a nivel deportivo, no estoy de acuerdo con lo que está pasando”, agregó la también dueña del récord olímpico en los 100 metros con vallas.
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En su intercambio con algunos seguidores, la especialista en vallas dijo que no estaba en contra de las personas transgéneros, pero que no apoya lo que está pasando en el deporte, en referencia al hecho de que se les permita competir sin una regulación adecuada.
“Yo estoy de acuerdo con Jasmine. Hay unos procesos que la comunidad trans tiene que pasar que no son exclusivos de la comunidad trans… Una mujer trans sí puede llegar a tener la misma capacidad hormonal que una mujer cisgénero, pero para que eso suceda se requiere un proceso increíble de por lo menos 36 meses en un proceso de hormonización”, comentó el atleta trans Gerald Vega, en entrevista con NotiCel.
“Pienso que estamos muy nuevos en el proceso para que esta integración se dé en este momento sin reglamento estructurado”, agregó.
Vega, antes Geralee Vega, representó a Puerto Rico en la halterofilia femenina de los Juegos Olímpicos de Beijing, 2008 y luego hizo su transición al fisiculturismo como hombre trans.
El atleta sostuvo que, dependiendo de la competencia, los requisitos para permitir que una atleta trans participe pueden cambiar y esa falta de uniformidad afecta el proceso de integración.
En efecto, la Federación de Natación de Estados Unidos anunció recientemente un cambio en sus políticas para limitar a un máximo de 5 nanomoles por litro de sangre el nivel de testosterona que deben tener las deportistas.
Mientras, el Comité Olímpico Internacional permite a mujeres trans competir en categorías femeninas si sus niveles de testosterona, la hormona que influye en el aumento de la masa muscular, están por debajo de 10 nanomoles por litro de sangre.
Vega dijo que las medidas son incorrectas cuando se compara el proceso hormonal de las mujeres biológicas y las trans a la hora de competir.
“Una mujer biológica, en su “peak’’, entre 19 y 31 años y super bien alimentada, tendría segregación de 2.0 nanogramos por decilitros. Todavía sigue siendo ventaja de las mujeres transgéneros aún haciéndole todo este dopaje riguroso”, explicó el exatleta olímpico, quien agregó que, para que la competencia sea justa, todas deberían estar al mismo nivel.
“El Comité Olímpico Internacional junto a las entidades nacionales deportivas deberían tener un reglamento antes de comenzar esta inclusión, no hacerlo al revés, porque entonces se vuelve todo esto como si no tuviéramos cabida en el deporte. Hay que regularlo todo para que esto no suceda”, sentenció.
Lluvia de reacciones
Vega no fue la única persona en respaldar las palabras de Camacho-Quinn. La exsecretaria de Recreación y Deportes, Adriana Sánchez Parés, lamentó los ataques de las personas que no compartían la opinión de la atleta y así lo dejó saber en su cuenta de Twitter.
‘’Lamento que las críticas que recibió @JCamachoQuinn por expresar su postura la hayan llevado a borrar su tuit. Concuerdo con ella totalmente y sería bueno que más personas y -sobre todo- mujeres en el deporte se atrevieran a asumir una posición clara en pro de la mujer”, escribió Sánchez Parés.
En días pasados y previo a los comentarios de Camacho- Quinn, la licenciada Marilú Otero, excoordinadora de comunicaciones del Comité Olímpico de Puerto Rico, le salió al paso a quienes afirman que una mujer trans siempre tendrá ventaja sobre una mujer biológica.
Otero utilizó el contexto en que la nadadora trans Lia Thomas logró su gesta.
“Para los que dicen que una mujer trans por haber nacido hombre siempre le va a ganar a una mujer biológica o mujer cis. Aquí los datos de antes de la transición de Lia, y los del campeonato 2022 que todos hablan. De este campeonato 2022, Lia participó en solo 3 eventos de 21. Y de esos 3, solo ganó 1”, expuso Otero en su cuenta de Facebook.
Thomas compitió como Will Thomas hasta 2019, cuando comenzó un proceso de cambio de sexo. Luego de cumplir el año de tratamiento de inhibición de la testosterona que exige la liga universitaria en estos casos, ya puede participar sin limitaciones en las pruebas femeninas.
También puso como ejemplo a Patricio Manuel, un boxeador trans que en su debut profesional ganó la pelea ante un oponente hombre biológico.
Por otro lado, la delegada congresional, Elizabeth Torres Rodríguez, alabó a Camacho-Quinn.
“Supongo que la izquierda (PNP, PPD, PIP, MVC y los medios) querrá quitarle la flor de maga, la casa, la medalla, el dinero y todo el crédito que se le dio solo por ser JUSTA y SENSATA. @JCamachoQuinn you are a bigger hero now (Eres una heroína más grande ahora)”.
De igual forma, cientos de internautas apoyaron las expresiones de Camacho-Quinn.
Sin embargo, no todo el mundo estuvo de acuerdo con su posición.
Uno de los primeros en reaccionar fue el activista de los derechos de la comunidad gay, Pedro Julio Serrano, acudió a su cuenta de twitter para responder a atleta que la ‘’transfobia no es una opinión’’.
“Repitan conmigo: la transfobia no es una diferencia de opinión. Es discrimen, es rechazo, es violencia”, escribió.
Por su parte, el ex director ejecutivo del Consejo Asesor en Asuntos LGBT+ del Gobernador de Puerto Rico, Alberto J. Valentín, también rechazó las expresiones de la atleta.
“Lamento las expresiones de Jasmine Camacho, no por ser transfóbicas, pero sí por su falta de empatía y competencia cultural con la comunidad LGBT+. “Live however you want” (Vive como tú quieras) siempre ha sido el argumento constante de la comunidad religiosa al atacar a la comunidad LGBT+ en su búsqueda por la igualdad en derechos, como si nuestras orientaciones e identidades fuesen elegibles. Como si el sufrimiento por el que tenemos que pasar durante toda nuestra vida fuese una preferencia”, comunicó Valentín a NotiCel.
“Ser TRANS no se escoge, no es un estilo de vida Jasmine, y ser atleta, siendo una persona TRANS mucho menos….”, puntualizó.
El tema de atletas trans en el deporte lleva un tiempo discutiéndose en Estados Unidos.
El más reciente debate surgió luego que Caitlyn Marie Jenner, quien antes de su transición a mujer trans fue un campeón olímpico del decatlón (William Bruce Jenner), respaldó en su cuenta de Twitter una queja del gobernador de Florida, Ron DeSantis quien afirmó que, aunque Lia Thomas se quedó con el título de la natación en la NCAA ''la justa ganadora'' era la atleta que había llegado en segunda posición, Emma Weyant. Jenner aseguró, además, que no se trataba de una opinión transfóbica, sino una cuestión de ''sentido común''.