Bad Bunny ''se la comió'' en Wrestlemania 37
El artista urbano boricua debutó en el evento más importante de la WWE y dio un tremendo espectáculo
Los que tenían dudas de que Bad Bunny es un ''fuebrú'' de la lucha libre, anoche se despejaron las dudas.
El exitoso artista boricua cumplió anoche uno de sus sueños al debutar oficialmente dentro de un cuadrilátero y lo hizo a lo grande, en el evento más importante de la lucha libre, Wrestlemania 37, de la principal empresa del mundo, la WWE.
Benito Martínez Ocasio, su nombre de pila, hizo parejas con otro boricua, el doradeño Damian Priest, para enfrentar a la pareja de The Miz y John Morrison en la lucha coestelar de la primera noche de Wrestlemania, que se celebró anoche en el Raymond James Stadium, hogar de los campeones de la NFL, los Buccaneers de Tampa Bay.
Pero, lejos de ser solo una figura invitada con una participación esporádica en el máximo evento luchístico, el Conejo Malo simplemente se robó el show, al presentar una magnífica lucha ante dos veteranos como Miz y Morrison.
Bunny hizo una magistral entrada sobre un camión de carga y en medio de un espectáculo de fuegos artificiales.
Los más de 21,000 fanáticos que desafiaron las condiciones del tiempo en Tampa para presencia rel evento (en medio de una intensa tormenta eléctrica que obligó a la empresa a retirar dos veces a los fanáticos de las gradas), estallaron en aplausos al ver al boricua entrar en el camión hasta la rampa que conduce al cuadrilátero.
Durante el encuentro, el boricua lució algunas movidas espectaculares que dejaron boquiabiertos hasta a los narradores de la lucha, como tijeretas voladoras, suplex, lances desde la tercera cuerda haca las afueras del cuadrilátero y una de las movidas más difíciles y espectaculares de este deporte-entretenimiento: un ''destroyer'' a Morrison fuera del cuadrilátero que levantó a más de uno de sus asientos.
De igual manera, se combinó a la perfección com Priest, guado por los experimentados rudos que hicieron que el boricua luciera como todo un profesional.
Cabe destacar que Bunny pasó cerca de cuatro meses entrenando a tiempo completo en el Performance Cnter en Orlando, la escuela especializada de lucha libre de la WWE, donde pulió algunas de las destrezas que demostró anoche.
Al final del encuentro, Bunny se lanzó desde la tercera cuerda con una plancha cruzada sobre Miz para el conteo de tres y celebrar, junto a Priest, la victoria, mientras los comentaristas colmaban de elogios al artista boricua.
De esta forma, Bunny cumplió un deseo de niño, de convertirse por un tiempo en luchador profesional y la WWE tuvo en el boricua uno de los mejores artistas invitados que se haya subido a un cuadrilátero en los 37 años de historia de Wrestlemania.