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Agria espera de determinación federal para 'Piculín' Ortiz

Tenso, inquieto, listo para defenderse en las canchas legales del Tribunal Federal de una falta cantada que pudiera enviarlo a la cárcel, el exbaloncestista Jose 'Piculín' Ortiz abogó hoy, martes, por sus intentos para cumplir con su condena luego de declararse culpable por posesión de marihuana con intención de distribuir.

La vista para evaluar la revocación de libertad condicionada fue convocada por la jueza Carmen Consuelo Cerezo, quien a mediados de junio emitió una determinación en la que amonestó a la magistrada Silvia Carreño Coll y a la Oficina de Probatoria federal por enfrascarse en un 'cuadre' de las horas que se supone 'Piculín' sirviera como parte de su probatoria, además de criticar la naturaleza de las horas reportadas ya que algunas no cumplían con los requisitos establecidos en la condena contra el 'Cóncord'.

La jueza cuestionó que en las horas que ‘Piculín' dijo había cumplid, habían acreditado todo tipo de actividad que no rendían las exigencias de su sentencia, incluyendo entrevistas periodísticas, comparecencias en eventos sociales y actividades que estaban relacionadas con sus otros dos trabajos remunerados.

Pero su propio testimonio lo pudo haber puesto un paso más cerca de pasar entre seis a 12 meses en la penitenciaría federal. En corte abierta, Ortiz admitió que 'fue con la corriente (went with the flow)' a la hora de buscar lugares donde ofrecer charlas a menores de edad sobre el consumo de drogas y prevención, tal cual exigía su sentencia. Dijo se le hacía difícil encontrar sitios para hablar ya que a él no lo querían hablando, lo querían jugando en la cancha y entrenando a los chicos. 'Soy conocido por jugar baloncesto, no por dar charlas. Los nenes lo que me piden es baloncesto', clamó 'Piculín' ante la jueza Cerezo.

Pese a eso, a preguntas de la Jueza sobre si tomó un rol activo en buscar continuamente lugares donde rendir sus horas, incluso volviendo a llamar a escuelas que en algún momento mostraron interés u oportunidad para que 'Piculín'charlara con sus estudiantes, dijo que no.

El 29 de marzo de 2012, tras declararse culpable, Ortiz fue sentenciado a cumplir seis de los 12 a 18 meses que se supone estuviera preso. Tras extinguir la condena, quedó en libertad supervisada por cuatro años con la condición de que rindiera 600 horas de servicio comunitario sin paga, además de otras disposiciones. Según la orden, debía charlar con jóvenes y niños sobre la prevención en el consumo de drogas y la conducta que lo llevó a él a la cárcel.

En mayo de este año y acabado el tiempo para rendir sus horas, el exbaloncestista reportó con el aval de la magistrada Carreño Coll y la Oficina de Probatoria federal 405 horas en total. Asimismo, Carreño Coll solicitó que se redujera a 500 las horas a prestar y que se le permitiera un tiempo extra a ‘Piculín'para cumplir con la orden.

Sin embargo, la Magistradasolo aceptó 255 horas de estas horas ya que habían reportado como horas de servicio comunitario eventos sociales a los que fue invitado 'Piculín' como empleado de FIBA, actividades remuneradas por su trabajo en la federación, entrevistas a medios noticiosos, campamentos a los que prestó sus servicios como baloncestista, y charlas escolares.

Por tal razón, la defensa pidió una prórroga de un año para que Ortiz cumpla las 345 horas de servicio comunitario que le restan; más que las horas que ha reportado en cuatro años de probatoria.

La Juezaasí como Fiscalía tambiéncuestionaronpor qué la convicta estrella del deporte no había cuadrado sus horas con tanto tiempo a la mano. 'La gente llama para clínicas, no para discursos. Yo pido hacer discursos para cumplir con los requisitos', dijo Ortiz en su turno en la silla de testigo en la que admitió que en ocasiones tenía que rechazar invitaciones para cumplir con su trabajo tanto en la FIBA como en una academia deportiva en Yabucoa.

Tener empleo es también otra condición de su probatoria y perder el trabajo significaría perder su libertad. 'Es una vergüenza (mi delito de drogas) y estoy tratando de sanar. Pero no creo que tenga que tomar toda mi vida', recalcó Ortiz a la jueza Cerezo. Adicionalmente, aclaró no era tan fácil como parece cumplir con 3.5 horas de servicio comunitario a la semana por cuatro años corridos.

Pero Ortiz cavó un poco más hondo su boquete legal cuando admitió que la FIBA, su más importante empleador, nunca mostró resistencia a que cumpliera con la orden judicial. Así también lo especificó Nelson Rodríguez Figueroa, un funcionario de la FIBA y jefe de Ortiz.

Rodríguez Figueroa reconoció igual que para un torneo comunitario de la FIBA,el cual Piculín reportó como trabajo comunitario, se le pagó unos 2 mil dólares por motivo de gastos para la jornada que tuvo cinco paradas por la Isla de tres días cada una, a pesar que la orden especifica que a Ortiz no se le puede pagar por sus horas comunitarias.

De la Jueza aceptar este torneo como trabajo comunitario, abonaría 125 horas al reloj del exbaloncestista. Otras 108 horas dando clínicas de baloncesto en un colegio privado también están ante la consideración de la jueza Cerezo.

En fin, si va preso o no el exintegrante de la Selección Nacional de Baloncesto se sabrá cuando la Jueza emita su decisión en los próximos días. Por lo pronto, a Piculín solo le queda esperar para saber si la honestidad en corte le ganó unos tiros libres al aro o un ‘time-out' en la federal.

(Archivo / NotiCel)
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