La Coupe du Monde – Una historia francesa de fútbol y de la diversidad
Hace algunos días empezó una nueva temporada de locura futbolística, la cual estará acaparando a los medios del mundo entero hasta mitad de julio.
La Coupe du Monde ha empezado de nuevo.
Desde la Vieja Europa donde me encuentro ahora, todas las noches vibran en nombre del fútbol.
Y lo rico de evolucionar en una ciudad multicultural, es que el partido se realiza tanto en la pantalla como afuera: se escuchan los himnos nacionales de todos los países en plena calle antes de los partidos, de repente el ambiente se llena de gritos saliendo de las casas en cada BUT (gol) y cuando dos 'adversarios' se cruzan por las calles, el orgullo nacional de cada uno resalta como nunca.
Con La Coupe du Monde, vuelve el sueño y la ilusión de que, con una simple excusa deportiva, un país sea capaz de olvidar sus discordias internas y unirse en una sola voz detrás de su equipo nacional. Aunque, en cada edición, el evento también resalta las desigualdades del país acogedor, frente a presupuestos cada vez más injustificables en estos tiempos caóticos.
Si van a mi país y mencionan la Coupe du Monde de fútbol, cada uno le contará dónde se encontraba, ese famoso día del 12 de julio de 1998, cuando Francia ganó la final 3-0 contra Brasil, y se convirtió por primera vez en 'Champion du Monde'. (Y algunos quizás les cantarán la famosa canción 'Et 1, ... et 2, ... et 3-0!!!' )
Tenía 13 años, y me acuerdo como si fuese ayer de la proyección en pantalla grande del partido, en una sala comunal perdida en un pueblo chiquito del Norte de Francia.
Creo que era la primera vez en mi vida que me emocionaba frente a un partido de deporte y que veía a mi país convertirse en una fiesta gigantesca, con todo el mundo en la calle, sonriendo y celebrando (lo que no era nada común o habitual en estos pueblos fríos donde se vive dentro de las casas...)
Pero esa victoria no fue solamente una victoria de fútbol.
Fue también vista como la victoria de la diversidad: de repente Francia mostraba con orgullo al mundo la fuerza de su multiculturalismo con su equipo de fútbol 'Black-Blanc-Beur' (negro-blanco-árabe), con jugadores originarios de Argelia, Ghana, Guadalupe, Nueva-Caledonia, Armenia, pero también de diversas regiones de la metrópoli.
Durante un verano, ese colectivo 'mestizado' con inmigrantes de primera o segunda generación, se convirtió en un modelo de integración exitoso, reflejo de nuestra historia como país y de la realidad social francesa contemporánea.
Durante la euforia de la victoria de ese verano, la diversidad fue sinónimo de fuerza, y la inmigración, de riqueza.
Y qué mejor ejemplo que la adoración a Zinedine Zidane, héroe nacional de padres Argelinos, 36 años después de la guerra entre Francia y Argelia.
Hoy en 2014, nuestro equipo nacional tiene la misma diversidad, las mismas mezclas de colores y las mismas ganas de ganar como colectivo unido.
Así que si toda esa locura futbolística sirve al menos para que durante un verano, nos sentamos orgullosos de la diversidad cultural de nuestro país, creo que vale la pena.
E imagínense por un segundo esta posibilidad:
Julio 1998 : Final Francia-Brasil en Francia
Julio 2014 : Final Brasil-Francia en Brasil?
Les dejo escoger quién ganaría esta vez...
Para seguir la Coupe du Monde desde un ojo francés : FFF: http://www.fff.fr/
*La autora es Gestora Cultural de la