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Chocolatito: De heredero de Alexis Argüello a boxeador apátrida dentro del ring

El cinco veces campeón mundial Román González no cuenta con el respaldo de todo el pueblo de Nicaragua, por su apoyo al presidente Daniel Ortega.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega (c), junto a la vicepresidenta de Nicaragua, su esposa Rosario Murillo (i), y el boxeador nicaragüense Román González (d), participa en un acto público en Managua (Nicaragua).
Foto: EFE

MANAGUA - Cuando el boxeador Román “Chocolatito” González fue identificado como el “heredero” de Alexis Argüello (1952-2009), se suponía que tendría el respaldo de más de seis millones de personas, que sería el rostro del deporte de Nicaragua, y que alzaría con orgullo la bandera azul y blanco, pero nada de esto ocurrió. Cinco títulos mundiales en cuatro divisiones distintas no le han valido el cariño de su patria y él tampoco parece extrañarlo.

En un deporte donde cada competidor latinoamericano expone con orgullo la bandera de su país, González es la excepción, no sube con la bandera de Nicaragua sin alzar la del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), liderada por el exguerrillero y actual presidente del país, Daniel Ortega.

En su última pelea, González subió sin banderas, pero lució una camiseta con el mensaje “Cristo te ama, Daniel y Rosario 2021 #vamospormasvictorias”, con la imagen del presidente y su esposa vicepresidenta -que aspiran a una nueva reelección en los comicios de noviembre próximo-, más una gorra de la Policía Nacional, señalada por organismos defensores de derechos humanos por supuestas detenciones ilegales, desapariciones y torturas.

En la otra esquina, el mexicano Juan Francisco “Gallo” Estrada” exhibió dos banderas, la de su natal México, y la de Nicaragua, esta última, según ha mencionado, en apoyo a las protestas antigubernamentales de 2018, que fueron anuladas con ataques de policías y paramilitares que dejaron al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de las que Ortega admite 200 y alega un supuesto “golpe de Estado”.

Asunto político

Ese año las acciones del Gobierno contra miles de manifestantes provocaron una crisis que ha llevado a más de 103.000 nicaragüenses al exilio, así como desapariciones, o arrestos contra miles de opositores, de los cuales al menos 115 permanecen en prisión y son clasificados como “presos políticos”.

En Nicaragua, donde la afición por el boxeo solamente es superada por la del béisbol, el detalle de González en el ring no pasó desapercibido, al contrario, desató un debate político sobre nacionalismo que opacó la trascendencia de la pelea unificatoria por los títulos súper mosca (115 libras) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en Dallas, Texas, el pasado día 13.

“Lástima que el chocolate haya representado a Daniel y no a Nicaragua”, indicó en su cuenta en Twitter el caricaturista que identifica solamente como Lafito.

González no hizo referencia al aspecto político, pero el periodista oficialista William Grigsby dio una idea del concepto que tiene el sandinismo sobre la bandera de Nicaragua.

“No sé si él (Estrada) sabrá el significado político que tiene haber posado con la bandera golpista”, sostuvo Grigsby, al referirse a la bandera nacional de Nicaragua.

Las palabras del periodista no fueron aisladas, en noviembre de 2018 el ciudadano Luis Cuevas fue condenado a cinco años y nueve meses de cárcel por dedicarse a vender banderas de Nicaragua en las calles del país.

El debate nacionalista provocó nuevas críticas contra González en Nicaragua, incluso cuando hubo consenso de que mereció ser declarado ganador.

"Campeón excepcional, sin pueblo"

“‘Chocolatito’ ganó en el ring, pero perdió en las tarjetas y con el país ‘azul y blanco’”, dijo periodista deportivo Miguel Mendoza, en alusión a los colores de la bandera de Nicaragua, que también es el apodo de los opositores que no se identifican con partidos políticos.

El analista Fernando Bárcenas fue más directo en su columna en el portal Confidencial: “Esta pelea de ‘Chocolate’ se inscribe en la propaganda política de un régimen acusado de crímenes de lesa humanidad”.

Según Bárcenas, que calificó la derrota del “Chocolatito” como “un triunfo político nacional”, con González “no hay empatía porque carece de solidaridad con el pueblo. Porque no siente apego con la gente buena que por sus ideas libertarias ha perdido sus propiedades, su libertad, su futuro, su vida”.

Es posible que el desapego entre el “Chocolatito” y una parte de los nicaragüenses no se limite al aspecto político.

La popularidad de González ya era dudosa desde el sus primeros pasos como campeón, debido a denuncias por agresiones contra sus parejas, otra por pensión alimenticia de una niña, y el supuesto hallazgo de drogas en la mochila de un familiar que luego resultó ser “talco”, según la Policía local.

Contrario al “Chocolatito”, Argüello militó en las aceras somocista y sandinista, pero su popularidad permaneció intacta.

Habituado a grandes recibimientos organizados por los sandinistas tras sus peleas, González, posiblemente el mejor atleta en la historia de Nicaragua, no tiene previsto uno luego su derrota.

“Debe ser triste ser un gran atleta, un campeón excepcional sin pueblo”, puntualizó Bárcenas.