La lucha libre acoge debate sobre status de PR... a su estilo
En el contexto del cabildeo en favor del proyecto de ley HR 2000 presentado por el Comisionado Residente en Washington, Pedro Pierluisi, y la aprobación de la tradicional resolución del Comite de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas, la lucha libre de los Estados Unidos le dio visibilidad mediática a la condición territorial de Puerto Rico.
Cabe destacar, sin embargo, que la información presentada en la famosa empresa World Wrestling Entertainment (WWE) sobresale por su falta de precisión con respecto a qué realmente representa Puerto Rico como país y territorio no-incorporado a los Estados Unidos de América.
Como parte del popular programa televisivo 'WWE Monday Night Raw', el pasado lunes 10 de junio se suscitó un careo entre el manejador de luchadores y exluchador, Zeb Colter, y el narrador de luchas, Michael Cole.
Mientras Colter dramatizaba su personaje xenofóbico y planteaba que 'nuestras fronteras se llenan de ilegales que cruzan como roedores', Cole le cuestionó la credibilidad de sus argumentos dada su experiencia previa ganando dinero en un 'país extranjero'.
Ese 'país extranjero' al cual Cole hizo referencia era Puerto Rico.
Por años, Colter trabajó en Puerto Rico como luchador de la empresa World Wrestling Council. Se le conocía en la década de los 90s bajo el nombre del Sucio Dutch Mantel.
Colter protagonizó sangrientas luchas con 'El Acróbata de Puerto Rico', Carlos Colón, El Invader #1, y El Bronco #1, entre otras reconocidas leyendas de este deporte espectáculo.
Ante la acusación de Cole sobre la experiencia laboral en este 'país extranjero', Colter respondió airado diciendo que 'Puerto Rico no es un país' y que es parte de los Estados Unidos.
No obstante, el 'debate' no se quedó en el programa televisivo de la WWE. Durante los días posteriores, Cole y Colter se enfrascaron en una acalorada discusión, que aunque pudo haber sido planificada por la WWE, saturó la red social de Twitter.
'A diferencia tuya, yo sí admito cuando estoy equivocado. Puerto Rico ya no es un país, sino un ‘Commonwealth' (manera en que el gobierno federal identifica al Estado Libre Asociado). Aún así, eso no significa que no seas un hipócrita', expresó Cole en su cuenta de Twitter.
Colter respondió y argumentó que 'Puerto Rico nunca ha sido un país. Pensé que sería bueno traerlo a tu atención'.
Acto seguido, Cole ripostó planteando que Puerto Rico sí era un país, pero 'antes de que España llegara'.
El careo entre ambos personajes incluyó, además, referencias a la nacionalidad deportiva de Puerto Rico, así como información sacada de la página Wikipedia.com.
Aunque el debate pudo haber formado parte del libreto de la WWE, lo cierto es que ambos argumentos se quedaron cortos de presentar un análisis adecuado sobre la condición territorial de Puerto Rico ante una audiencia de seguidores de ese espectáculo que se mide en las decenas de millones de personas.
Aún cuando el argumento de Colter parecía tener cierto grado de coherencia, su planteamiento de que la Isla 'es parte de los Estados Unidos' pudiera chocar con las interpretaciones que el Tribunal Supremo federal ha hecho en términos de la exclusión de Puerto Rico de la esfera doméstica estadounidense.
Asimismo, argüir que 'Puerto Rico no es un país' pudiera ser un señalamiento altamente cuestionable.
Si bien la discusión entre Cole y Colter es risible y hasta un tanto trivial, las deficiencias en sus argumentos no distan mucho de las interpretaciones que algunos miembros del Congreso de los Estados Unidos hacen cuando les toca problematizar sobre el asunto territorial de Puerto Rico.
Casos como el del congresista que no sabía identificar a la Isla en un mapa, y el de la representante federal que pidió que cesara la partida de fondos federales para el 'país extranjero' de Puerto Rico, evidencian el poco conocimiento que gran parte de la población estadounidense tiene sobre la condición política de este territorio caribeño.
Pero, contrario al caso de personajes de televisión como Cole y Colter, la ignorancia de los congresistas pone en entredicho el nivel de confiabilidad de un cuerpo legislativo que ahora tiene ante su consideración un proyecto de ley que aspira a cambiar la relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos.