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NBA 'Playoffs': Vitales los 'role players' (análisis)

La belleza del juego de baloncesto provee una gama de habilidades que sólo ofrece este cautivador deporte. Es fácil perderse viendo un juego de los 'playoff' con la destreza de LeBron en la cancha abierta, con el ingenio de Chris Paul en el dribleo, con la gracia de la muñeca de Ray Allen en los tiros de tres, o con la maña del legendario Tim Duncan en la pintura.

Es por esto que en ocasiones es natural pasar por desapercibido la importancia de los actores de reparto en el escenario de la NBA.

'Si difícil es conseguir una súper estrella, igual de difícil es encontrar los jugadores que lo complementen. Todo el éxito que he tenido se lo debo a dos factores, la suerte de obtener el primer 'pick' en el 'draft' del '97' -donde Duncan les cayó del cielo- 'y la habilidad de los gerentes generales de saber rodearlo con los jugadores que supieran complementarlo' expresó Gregg Popovich, dirigente de San Antonio que ha llevado a su equipo a la postemporada todos los años desde la llegada de Duncan.

Es con esta premisa que podemos echar una mirada a la historia y darnos cuenta que Bill Russell no gana once campeonatos sin Sam Jones, Magic no gana cinco sin los Michael Cooper y Byron Scott de la vida, y Jordan no gana seis sin Horace Grant y Ron Harper, entre otros.

Cuando la diferencia en talento entre las superestrellas de cada equipo es mínima, los factores primordiales que diferencian al ganador de Tracy McGrady, quien fue un gran perdedor durante la cúspide de su carrera y curiosamente ahora 'janguea' en el banco de San Antonio, son la experiencia, el buen 'coaching', el corazón y esos jugadores de reparto.

Todos recuerdan los tiros 'at the buzzer' de Michael Jordan, pero tienden a olvidar lo vital que fueron las 'jumpas' de John Paxson para conseguir ese primer campeonato, el tapón de Horace Grant a Kevin Johnson para sellar la victoria ante los Suns en el '93, y lo peligroso que era Steve Kerr en el momento de la verdad cuando el doble team a Jordan era inminente.

Los defensores del mejor jugador de la NBA, LeBron James, han quedado absueltos tras la sortija del año pasado y aún más si ganase unas cuantas más.

La razón principal para irse de Cleveland, más que entendible para cualquiera que sepa de NBA, era la ineficiencia de la gerencia en rodear a LeBron con el talento necesario para ganar esa sortija. Se cuestionó su lealtad, a pesar de que cuando firmó su contrato de cinco años con las Cavs les dijo, 'lo único que quiero es un equipo balanceado donde pueda competir por el campeonato sin tener que crear todas las jugadas'.

En esos cinco años LeBron compartió cancha con sólo dos jugadores, Mo William y Zydruna Ilgauskas, que promediaron al menos diez puntos en una postemporada. Aún promediando números históricos, como los 35 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias los cuales puso en los 'playoffs' del 2009, números que ni Jordan marcó en una postemporada, es difícil ganar un campeonato rodeado de los Drew Goodens, Anthony Parker y Larry Hughes de la vida.

En Miami no sólo cuenta con Wade y Bosh, sino con jugadores especialistas que hacen de su trabajo unos más efectivo, ya sea Shane Battier cogiendo una ofensiva, Udonis Haslem atacando las tablas o Ray Allen tirando solo en la esquina. En el vital tercer juego ante los Bulls de Chicago (que están demacrados por lesiones), y los Heat, no sólo fue la excelencia de LeBron lo que los llevó a la victoria sino unos oportunos 18 puntos de Norris Cole, su armador del banco.

Las lesiones a estelares como Russell Westbrook, Derrick Rose, Rajon Rondo, Danilo Gallinari, Loul Deng y Kobe Bryant, han obligado a jugadores del banco a salirse de su zona de conforte para tomar papeles protagónicos a los cuales no están acostumbrados, llevando a sus equipos a una derrota segura.

En esta postemporada hemos visto la importancia de un Iman Shumper de los Knicks que defendió excelentemente a Paul Pierce en la primera ronda de los 'playoffs'. La defensa de Tony Allen de los Grizzlies también fue de crucial importancia en su triunfo ante los Clippers, y cómo olvidar el heroísmo de Nate Robinson contra los Nets.

Por esto y mucho más, es que los verdaderos amantes de la liga no sólo estarán cautivados con el trabajo de las superestrellas mientras sigue corriendo esta postemporada. Puede que sea un Danny Green de San Antonio, un Mario Chalmers de los Heat, o un George Hill de los Pacers, quienes terminen brillando con la misma intensidad que los usuales sospechosos.

Shane Battier, jugador de rol por excelencia en Miami, se tambalea al suelo junto a Roy Hibbert, centro de los Pacers. (Archivo EFE)
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