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Cómo se determina la grandeza?... Clemente, el hípico

Se cumplen cuarenta años de la desaparición de Roberto Clemente y su figura sigue tan vigente como la tarde que desapareció en el mar. El hipismo mundial lo recordará por muchos años por medio de su homónimo equino.

Existen seres humanos que a la menor provocación están dispuestos a ser considerados 'grandes' aunque midan metro y medio.

Hay otros que caminan la cuerda floja de la fama y se convierten en ídolos caídos sencillamente porque enseñaron su 'lado humano' por más tiempo que el que se protegieron por la burbuja protectora que ofrece la fama.

Esos pasan de 'grandes' a ser considerados hijos de una madre de poca reputación en un un tris. Basta con ver una nuestra de nuestrosconciudanosdedicados a la ardua tarea de servir de payasos en el Capitolio Insular para ejemplificar a éstos.

Algunos viven sus llamados diez minutos de gloria, brillando como si fueran una luz de bengala en 'Despedida de Año' para apagarse según se acaba la pólvora existencial que los hizo luminosos.

Pero, para losungidospor el destino a convertirse en 'inmortales', talparaceexistir un productor técnico que los moldea, según su desarrollo existencial.

Hoy celebramos, cuarenta años después, la exaltación a la inmortalidad de una de las figuras más legítimas que ha parido este pedazo de tierra llamadoBorikénpor nuestros primeros pobladores, Roberto Clemente.

No hay que decir nada más.

Otros ya analizaron hasta el hastío su carrerabeisbolísticay muchos más todavíadisectanlas circunstancias trágicas de su muerte.

Sin embargo, corresponde a nosotros informar sobre el fugaz paso que tuvo Roberto en el hipismo.

Aparte de ser el principal ejecutivo de los Piratas delPittsburghen el béisbol profesional,JohnGalbreathfue un hípico de importancia durante los años del cuarenta hasta su muerte.

El magnatebeisboleroquiso hacerle un regalo a Roberto y le regaló un potro hijo del mediocreBlackBearden una yegua de nombreNemaliaporNearco, que realmente no decía mucho físicamente, pero 'a caballoregala'ono se le mira el colmillo'.

Galbreathle pagó el flete de transportación del caballo y éste fue llevado a El Comandante para ser entrenado y al que Roberto nombróChampionBate.

El viejo zorro irlandés se libró de probablemente tener que aumentarle el sueldo a Clemente y el caballo creo que nunca ni libró elmaiden.

Así de importante era el hipismo hace más de cuarenta años, cuando personas de la calidad delcarolinenseparticipaban en el deporte.

AunqueChampionBate no llegó ni a primera,Galbreathse ocupó de mantener el nombre de Roberto Clemente perdurable, nombrando a uno de sus mas famosos caballos, en honor al gran peloteroboricua.

Roberto (elpurasangre) casi llegó a compararse con el ídoloboricuaen actuaciones.

Ganó el campeonatodosañeroen Irlanda en 1971 y a los tres años ganó elarchifamosoEpsomDerb, para luego se imponerse sobre el brillante BrigadierGerarden la versión inicial delBenson<><><><><><><><><><><><><><><><><>&HedgesGoldCup./p

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A los cuatro años fue el ganador delCoronationCupantes de convertirse en un semental exitoso e influyente./p

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El hijo deHailToReasonen lacampeonaBramaleaprodujo múltiples ganadores, entre ellos el campeóngrameroSunshineForever, RealShadai(semental líder en Japón), AlTalaq(ganador delMelbourneCup), el exitoso sementalDynaformer(padre de Bárbaro) que produjo cinco ganadores deBreeders'Cup./p

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Sobre el Hipismo en Puerto Rico?/p

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Aunque cada día que pasa tengo más dudas por el rumbo que lleva, ( si quiere tener un panorama más claro, estudie la manera descendente que continúa el monto de la jugada diaria) tengo esperanzas que surja un grupo de personas que pueda sacarlo del atolladero en que se encuentra./p

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Un ídolo hípico, como nuestro Clemente, podría interesar a otros puertorriqueños en el deporte./p

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Lo que pasa es que usted no puede pretender que ya estar en el Salón de la Fama sencillamente porque se es el dueño del bate, la bola y especialmente del solar./p

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Roberto Clemente aprendió a jugar pelota en los solares vacíos de Carolina y terminó siendo uno de los seres más admirados en Cooperstown y el mundo deportivo./p

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Hoy, cuarenta años después, añoramos que haya personas de su talla dentro de nuestro deporte favorito./p

Champion Bate fue un regalo del dueño de los Piratas de Pittsburgh al ídolo boricua. (Suministrada)
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