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Crónica de una ‘Ironman' que se fajó en Kentucky (1ra parte)

(Nota del editor: Esta es la primera parte del relato que hiciera una puertorriqueña que fue parte de un nutrido grupo de triatletas que participaron la semana pasada en el evento 'Ironman Louisville'. La joven Margarita Santos es triatleta aficionada y estudiante de Derecho).

A los 16 años decidí que iba a hacer el ‘Ironman'. En aquel entonces no sabía la magnitud de lo que estaba diciendo, sólo sabía que constaba de tres disciplinas: nadar, correr bicicleta y correr a pie. En la ingenuidad de la edad entendía que tenía todo para lograrlo.

Para ese entonces yo corría con el equipo de la escuela, sabía montarme en una bicicleta y sabía nadar, pues nadar fue mi primer deporte cuando tenía 11 años.

Margarita Santos ha encontrado su pasión en el tríalo.

En el 2002, fue la segunda vez que volví a coquetear con la idea de hacer un ‘Ironman' y ya para ese entonces existía el internet. Así que pude darme cuenta que el ‘eventito' se trataba de nada más y nada menos que 2.4 millas nadando, 112 millas en bicicleta y 26.2 millas corriendo y que tienes 17 horas para completarlo.

Mayo 17 de 2009 fue mi primera parada de camino al ‘Ironman'. ‘Ciclo disco' se llama el evento, diseñado para principiantes con el objetivo principal de que todo participante pueda terminar el evento y oficialmente poder llamarse triatleta. La distancia es lo que se conoce como un super-sprint. Para que tengan una idea son 350 metros nadando en la piscina del Natatorio, equivalente a siete vueltas. Luego van ocho millas en bicicleta, la ruta es ida y vuelta saliendo del Parque Central y llegando a la Plaza Colón en San Juan. Una vez llegas de la bicicleta se le da una vuelta al Parque Central corriendo para una distancia de 1.9 millas. Ese día oficialmente me convertí en una triatleta. Luego pasé a mi primer tríalo distancia ‘sprint' (750M nado, 20K bicicleta y 5K corriendo), y así seguí haciendo paradas hasta llegar a la distancia olímpica (1500M nado, 40K bicicleta y 10K corriendo).

La etapa de la natación es una de las más retantes.

Mientras todo esto estaba pasando, empecé a buscar información de los eventos marca ‘Ironman'. Hay dos tipos de evento, el 70.3 ‘Ironman' y el ‘Ironman' como tal, que son las 140.6 millas, lo que se conoce como un ‘Full Ironman'.

Buscaba un evento cerca de Puerto Rico, así que me interese por el 70.3 en Miami, pero cuando me fui a inscribir ya no había espacio, se había llenado unos meses atrás. Para mi sorpresa la espera obligada valió la pena. En 2010 llegó la noticia de que en Puerto Rico se iba a celebrar en marzo de 2011 el primer Tríalo 70.3 Ironman. Al segundo o tercer día de anunciado me inscribí. Trabajando y estudiando a la vez se me hacía casi imposible entrenar para el evento, pero con mucho sacrificio empecé en diciembre de 2010 a entrenar para ese primer ‘Half Ironman' que estaba loca por hacer; puesto que sería mi último escalón antes del Ironman.

​Nuestra autora incluso aprendió a cambiar llantas de bici, por si acaso.

Se avecinaba el día tan esperado. Me había preparado tanto que inclusive lo último que hice el día antes del evento fue ir a una tienda de bicicletas para que me enseñaran a cambiar una goma, por si se me explotaba una en el camino.

Llegó el sábado 19 de marzo de 2011, el día del gran evento para el cual, debido a mi estilo de vida, me había preparado con mucho sacrificio. Ese día del evento todo es distinto. La profunda emoción y la adrenalina es palpable, los días duros de entrenamiento ya pasaron, queda sólo lo más importante: disfrutarse al máximo el evento. Las muestras de cariño, de apoyo y admiración te hacen sentir que valió la pena tanto sacrificio. Deseas llegar a la meta y recibir la medalla, símbolo de ese logro alcanzado, ese reto superado.

Sin embargo, en esa ocasión ese momento nunca llegó. Me lo dijo una vez mi amigo y filósofo del dúalo, el gran ‘Cepillo' (José Simonet): 'Al evento se va con dos sacos, el de terminarlo y el de no terminarlo'. Ese día no me llevé el otro saco. Me caí de la bicicleta y mi ‘finish line' fue distinto. Termine en el CDT de Santurce. Ese día no quise hablar con nadie, estaba frustrada y triste. Al otro día cuando la tormenta había pasado escribí lo sucedido. Nuevamente las muestras de cariño recibidas por tantas personas que estaban pendiente a mí fueron increíbles. Te dan la fuerza necesaria para continuar. Al final del camino, lo que está hecho está hecho. Sólo me quedaba pensar enmi próximo evento. Ese día, literalmente, me caí,me levanté, y seguí en pie de lucha, pero desde esa vez iría con los dos sacos en mente. En el 2012 volví a la carga y esa vez terminé mi primer evento 70.3millas ‘Ironman'.

Entre esos dos eventos, yo empecé oficialmente a buscar información del que yo quería fuese mi gran evento ‘Ironman'. En esa búsqueda cada cual pone sus parámetros. Pues bien, yo tenía varios, el más importante es que tenía que ser una fecha que no me confligiera tanto con mis estudios. Estudiar derecho y entrenar para un ‘Ironman' es súper difícil, porque en el camino te das cuenta que ambos requieren lo mismo: energía y descanso. La energía y el descanso que le das a uno por obligación se lo quitas al otro. Combinarlo con el trabajo, y en mi caso ‘part-time', es más fácil. Entrenar suele liberar el estrés que el trabajo te causa, al final del día entrenar es tu hobby, bueno eso es la idea que uno se vende así mismo. El otro requisito es que no fuera en temperaturas frías.

Así que fui cerrando mis opciones. Encontré al elegido: 26 de Agosto de 2012 en Louisville, Kentucky! Según lo que leí en la página oficial del evento mi única y gran preocupación era la ruta de la bicicleta. Una ruta llena de ‘rolling hills' y una que otra cuesta, cortas, pero empinadas.

Para mi suerte, en septiembre de 2011, un amigo triatleta, Nelson Vélez, escribió en Facebook que se había inscrito para ese evento. Ya no estaría sola, pensé. Sigo leyendo comentarios y veo que se siguen inscribiendo ya hay un grupito formado de aproximadamente 40 personas. Ya estoy casi convencida, cuando un triatleta le comenta a Nelson que él había hecho ese ‘Ironman' el mes pasado y que la ruta de bicicleta estaba fuerte. 'Que bajón!', pensé. Le escribí un email pidiéndole más información sobre la ruta en bicicleta. En resumen, esto fue lo que me dijo: 'Es como pasar 50 veces por el puente de la Kennedy en la ruta del San Juan 70.3. No son nada difíciles, pero cuando llevas 5 horas en la ‘bike' se sienten en las piernas'. Enseguida recordé las veces que había pasado por el puente en las prácticas para el 70.3 San Juan y me cansé de pensarlo.

​Practicóciclismo en el Parque Lineal de Bayamón para tomar estámina.

Pasó el tiempo y el 29 de noviembre de 2011 me llamó Nelson. 'Inscríbete', me dijo. Lo hablamos, lo pensé o mejor dicho, no lo pensé y me inscribí por internet. Tan pronto envié el pagó por $640.68 me dio un calentón en el estomago como los que dan el día del evento y en ese momento supe que no había marcha atrás.

En diciembre empecé a entrenar para el 70.3 ‘Ironman' de San Juan con mi grupo, Tríalos 100 x 35. Ese entrenamiento me serviría para el ‘Ironman' de Kentucky. Una vez terminó el evento 70.3 San Juan me uní al equipo de ‘Iron Isla' que desde octubre ya seguían una tabla de entrenamiento de 48 semanas (periodo por el que se debe entrenar para este tipo de evento) preparada para el ‘Ironman' de Kentucky.

Por lo complicado de mi horario entre estudios y trabajo no podía entrenar fijo con ningún grupo, así que estaba siguiendo la tabla de ‘Iron Isla' por mi cuenta. Un día, a mi pana Nelson se le ocurre la exitosa idea de crear un grupo por mensaje de texto en grupo. Así, unimos a estas almas en pena que estábamos entrenando solas para nuestros respectivos eventos. Nuestro grupo estaba compuesto por seis compañeros: Arnold, Omar, Nelson, Chamo, Betto y yo. Era un grupo de personas con vida normal, o sea, con familia, trabajo, estudios, viajes de trabajo y 'hobbies' que practican para un ironman.

La finalidad del grupo era ser una red de apoyo mutuo mientras entrenábamos para el ‘Ironman'. Con nostalgia digo que ha sido un tremendo grupo. Hicimos una conexión de hermandad. En ese foro, reportábamos los entrenamientos, dolamas, corajes, alegrías, preocupaciones, fotos de algunas comidas, quejas, logros, en fin una red total de desahogo y apoyo. Ese grupo para mí, y sé que para el resto, hizo la diferencia en todo este proceso.

Según explicó, su fuerte es en la carrera pedestre.

El entrenamiento para un ‘Ironman' te consume mucho tiempo, la mayoría decimos que demasiado. Es un evento que requiere no solo tu compromiso y sacrificio, sino el de tu familia y tus amistades. Lo ideal es sincronizar a todos en la página del ‘Ironman'. Es un proceso duro, donde en muchas ocasiones tus respuestas a diferentes invitaciones sociales o familiares se reducen a un tímido no. En mi caso fue un no cine, no restaurantes, no paseos, no a esta hora, no este día, no contestar llamadas, no contestar textos, no contestar emails, un no y no que nada tiene que ver con aquel no y no. Cuando más tiempo tienes para entrenar es lo fines de semana, esos días te tocan las prácticas largas. Una práctica puede durar hasta ocho horas. Para después llegar a tu casa y cumplir con los compromisos familiares, y en la semana cumplir con los compromisos del trabajo, sin descuidar la familia, los estudios y por supuesto el entrenamiento.

Me atrevo a decir que entrenar la mente es la parte más difícil de todo el proceso. En el entrenamiento, sobre todo en las prácticas largas, la mente te traiciona y te entran pensamientos negativos que se pueden convertir en obstáculos gigantes que hay que vencer como que si te vas a levantar, que si te sentirás bien para completar la larga, que si lloverá, que si se me explotara una goma, que si me llevo la alimentación adecuada y si me caerá bien, que si me llevé todo lo necesario para entrenar, que si habré descansado lo suficiente, que si sonará el despertador, que si no me quedaré dormida, que si me lastimaré en el entrenamiento, y un millón de otros 'que si…'.

​Puerto Rico goza de una creciente comunidad de triatletas que persiguen hacer el 'Iron Man'.

Es un verdadero mar de preocupaciones el que tienes que aprender a rechazar y combatir para poder concentrarte en completar tu entrenamiento. Pensar y actuar positivo es lo único que puede ayudarte en el entrenamiento de tu mente. En mi caso me tuve que hasta alejar de amistades que sin darse cuenta y seguro sin ninguna mala intención contribuían a mis pensamientos negativos.

En lo que se refiere al entrenamiento físico, la disciplina de la natación no fue un problema para mí, bueno, excepto cuando me tocaba hacer las largas en el natatorio y nadar 4,000 metros en la piscina. Créanme que contar 80 vueltas en una piscina requiere un alto grado de concentración!

De todas las disciplinas, el ciclismo es la de mayor riesgo y por lo tanto la más que me preocupaba. Por un lado, todos somos testigos de lo difícil y el riesgo que conlleva practicar el ciclismo en las carreteras de Puerto Rico. El único día que es un poco menos estresante entrenar en la calle es el domingo por la mañana, y ni tanto porque a esas horas todavía está el peligro de los borrachos que quedan sueltos en la calle de la noche anterior. El entrenamiento de la bicicleta en la calle es lo ideal ya que es lo mas cercano a la realidad del evento, pero puedes practicar en el ‘trainer', ya sea en tu casa viendo películas y compartiendo con tu familia, o en algún parque con un mejor paisaje o puedes también tomar clases de ‘spinning' en algún gimnasio.

Logró su sueño de hacer el 'Iron Man' en Borinquen.

En mi caso, descubrí el parque lineal de Bayamón. Digo descubrí porque aunque yo ya había entrenado en él no fue hasta mayo de este año que tuve la suerte de que inauguraran una extensión que alargaba el circuito a 10.5 millas. En la actualidad, el parque se extiende desde ‘Cotsco', en la carretera 199, hasta el puente de Toa Baja, en la carretera 165, con miras en un futuro a extenderlo hasta Dorado. Es un parque excelente para entrenar, pues tiene seguridad y oasis en puntos estratégicos. Ese parque fue prácticamente mi segunda casa durante los meses de junio, julio y agosto, y fue el lugar donde hice todos mis entrenamientos de bicicleta y de correr. Allí hice dos de mis tres prácticas de 100 millas en bicicleta. O sea en un día le daba 10 vueltas al parque. En esas dos prácticas tuve la suerte de contar con algunos amigos que me acompañaron en algunas vueltas haciendo la práctica un poquito menos tediosa. Aquí no puedo dejar de agradecerles a los amigos que dijeron presente, como Juan Carlos que bajo amenaza de retirarle mi amistad dijo presente y me acompañó en las vueltas de la eterna pelea mental del ‘me quito o sigo'; a Carlos compañero de equipo que me lo encontré de casualidad (no creo) y me acompañó las últimas tres vueltas que llamábamos 'las de pa' terminar'; a Edward que dijo presente luego de yo hacer un llamado en Facebook para que el que pudiera me acompañara en mi última larga de 100 millas y a Annie que también le hizo caso al llamado y me acompaño 50 millas. Aprovecho para agradecer a mis compañeros de ‘100 x 35' Mayra, Elliot y Jomar y a otros amigos como Carmen que me acompañaron en otras prácticas.

Mi entrenamiento de correr fue lo que más me disfruté, realmente me apasiona correr es ahí donde están mis raíces. Durante el entrenamiento estuve un mes sin correr porque me lastimé la banda y esto me producía un dolor agudo que me impedía correr. Afortunadamente, con terapias y mucho estiramiento, el dolor desapareció. Mi estrategia para la corrida fue correr a un paso súper cómodo que me permitiera completar el entrenamiento de la tabla.

Ya en pleno pico del entrenamiento, el cansancio y el agotamiento acumulado me hizo pensar que este Ironman sería el primero, el único y el último. Sí, demasiado sacrificio y entrenamiento extremo para una persona normal con una vida normal. Es precisamente ahí cuando te comparas con los élites y pones en perspectiva todo y piensas: 'Pero si ellos tienen todo el tiempo del mundo para practicar!'. Esto es a lo que ellos se dedican. Nosotros los humanos, como nos llamamos para diferenciarnos de los élites, reconocemos el sacrificio que requiere hacer el entrenamiento como PARTE de nuestra vida y no como lo ÚNICO en nuestra vida. Entonces, voy cediendo a la idea de hacer el mejor tiempo en este mi primer ‘Ironman' y cambio el enfoque a entrenar con el fin de lograr mi objetivo original: hacer el evento. La idea de hacer el ‘Ironman' para lograr el mejor tiempo pasó a un segundo plano, o mejor dicho, ya no estaba del todo en el plano. Fue en ese despertar mental que encontré mi mantra para seguir mi camino al ‘Ironman': 'No tengo la velocidad que quiero, pero me sobran las ganas y el corazón pa' hacerlo'. No me di cuenta hasta casi el final de mi entrenamiento que tenía la voluntad necesaria para lograrlo. Y así fue.

(Pendiente a la segunda parte, dónde nuestra ‘Ironwoman' finalmente llega a Louisville, Kentucky, para su gran reto)

La joven estudiante de leyes y tiratleta aficonada Margarita Santos narró en exclusiva para NotiCel su experiencia en el mundo del 'Ironman'. (Fotos suministradas por Margarita Santos)
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