Por las nubes la adrenalina en el Festival de Paracaidismo (galería)
A diez mil pies de altura a bordo de un avión que ya vio su mejores días, decenas de personas se alistan para lanzarse al vacío y, por sólo minutos, gozar de la adrenalina que estalla al sentir que pueden volar. Mientras, sus vidas quedan a la merced de una tela de nilón y varias cuerdas que la sujetan al cuerpo hasta tanto los pies toquen tierra firme.
Durante el pasado fin de semana, dicha escena se repitió en innumerables ocasiones durante la celebración del 13er Festival de Paracaidismo en el Aeropuerto Regional Antonio Nery Juarbe, de Arecibo, donde sobre cuatrocientos profesionales del deporte extremorealizaron saltos a la vista de cientos de espectadorestanto en la instalación como en la Playa Caza y Pesca, del mismo municipio.
Según comentó Gerson González, uno de los coordinadores del festival, y quien ha realizado unos 18,000saltosen 23 años comoparacaidista, el eventopresenta una oportunidad para queentusiastas y profesionales internacionales puedan tener unlugar a donde escapar las frías temperaturas del norte.
'(Losextranjeros) pueden venir a la Isla ysaltar con el clima de nosotros y la vista de nosotros. El evento se hace en febrero porque es la época fría en los Estados Unidosy muchas personas que saltan allá buscan un lugar donde saltar. (El evento)es bien asistido. Tenemos casi 400 paracaidistas experimentados',dijo González, también propietario de la única escuela de paracaidismo en Puerto Rico.
Pero no todos los que brincaron son de afuera. Ramón Díaz Zambrana, un mayagüezano de 38 años de edad, comenzó hace dos años junto a su hermano en elparacaidismo luego de seguir el ejemplo de su padre, también ávido practicante del deporte. Díaz aprovechó el 13er Festival de Paracaidismo para lanzarsevarias veces junto avarios amigos.
'Hicimos el curso de paracaidista ysacamos la licencia. Nos hemos envuelto en el deportey gracias a estos eventospuesuno progresa. Lo que tengo son 210 saltos todavía y uno quiere seguir progresando. El que no lo ha hecho y lo hace una vez en su vida, va a querer seguirlo haciéndo', manifestó Díazmientras esperaba ansiosamente su turno para abordar el avión por tercera vez en el día.
El paracaidismo no es nuevo. Por casi un siglose ha practicadodeportivamenteen diferentes modalidadespero la falta de tecnologías que hoy en día son la norma, creó una mala famaque lo tildó de inseguro y peligroso.Despuésde todo, lanzarse a 10,000pies de altura, caer a unas 120 millas por hora y depender de unparacaídas para sobrevivir no inspira mucha seguridad para el ciudadano común.
Sin embargo, son aquellos que se lanzan al vacío los primeros que garantizan que el paracaidismo es bastante seguro, basando su juicio en la extensa preparación que requiere un salto.
Por ejemplo, losparacaídasson meticulosamente inspeccionados y empacados en su bulto previo a cada uso. Además, cargan con unparacaídasde reserva en caso de que una falla en el principal los obligue a‘picar la cuerda'. También, el entrenamiento que reciben estos profesionales es sumamente riguroso.
Según González,'(el paracaidismo) tienesu riesgo y su peligro pero se manejan muy bien con entrenamiento y preparación. Hay muchos aspectos diferentes del deporte que los profesionales atienden. Parece fácil y es bastante seguro pero sí hay muchotrabajo que se hace para que ese resultado sea así.'
Por su parte, Díazentiende quesuperar el miedo es el verdadero reto del deporte.'Cuando tú superas ese miedo, pues lo haces. Pero el miedo siempre va a estar presente. Eso es parte del instinto humano', dijo.
Precisamente ese nivel de profesionalismo y sentido de seguridades el que le aseguró a Nidia López,residente de Luquillo de 51 años de edad, que todo saldría biendurante el primer salto de su vida.
López realizó lo que seconoce como un tandem jump , o sea, va atada a un instructor que se encarga de liberar el paracaídasy manejarlo hasta aterrizar.
'Mipreocupación es lo que podría sentir y pienso que lo más difícil serácuando me pare en la borda del avión. Pero confío en Dios primeramente y en mi instructor, que va a hacer todo lo posible por que sea una experiencia agradable. Me siento segura', sentencióla dama justo antes decaminar hacia el avión que la llevaría a su destino entre las nubes.
Si el hecho de que alguiende 51 años de edad pueda saltar le impresiona, pues sepa que la edad nicondición física debe ser impedimento pararealizar un tandemjump , modalidad más básica del deporte.
'Yo he saltado con diferentes personas. Personas inválidas, de edad avanzada, con diferentes impedimentos o condiciones. Cualquier persona puede saltar si se hacen las consideraciones necesarias. Si están en buenas condiciones, no tienen problema', sentencióGonzález.
Y así fue para María InésMuriente Guzmán, paciente deperlesía cerebralde 40 años de edad. Mientras sus padresRaymond y Agnesobservaban desde el suelo, Maríarealizó su tercer tandem jump en cinco años.
'Al principio me dio miedo. La primera sí me dio miedoporque uno piensa en tantas cosas. Pero como ya me habían recomendado a Gerson, yo dije ‘bueno, se lo entrego'. Ahoraes a ojo cerrado', expresó Agnes junto a su hija.
'Siempre hay el nerviosismo aquel de que pueda pasar algopero ya escon más confianza. Como yo siempre digode los deportes extremos: Si tu tienes una persona que sabe lo que está haciendo y no se cree la última Coca-Cola del desierto, que siempre tiene el cuidado, (el deporte) es bastante seguro', expresóRaymond.