Si comer rápido forma parte de tu rutina diaria, ya sea por el exceso de trabajo o porque, simplemente, así lo has hecho siempre, deberías considerar bajar revoluciones.

En un estudio reciente realizado por la Universidad de Hiroshima, en Japón, se determinó que las personas que comen rápido tienen mayor probabilidad de desarrollar obesidad o síndrome metabólico. Y estas afecciones, por consiguiente, predisponen distintos padecimientos serios, entre ellos, la diabetes.

Según se reseñó en revistas especializadas, el estudio duró cinco años, y en el se evaluaron a 642 hombres y 441 mujeres con una edad promedio de 51 años, que no tuvieron síndrome metabólico anteriormente. Los participantes fueron divididos en grupos, dependiendo de la velocidad a la que acostumbraban ingerir alimentos. Se dividió, básicamente, en lento, normal y rápido.

Al concluir el periodo de estudio, se halló que los que ingerían alimentos de manera más acelerada, tenían 11.6 por ciento de probabilidad mayor de desarrollar síndrome metabólico que los que estaban en los otros dos grupos.

'Cuando las personas comen rápido, tienden a no sentirse llenas y es más probable que coman en exceso. Comer rápido causa una mayor fluctuación de la glucosa, lo que puede conducir a la resistencia de la insulina', dijo el autor del estudio, Takayuki Yamaji.

El comer rápido tambien puede aumentar tus niveles de trigliceridos, algo que es 'reconocido como un factor de riesgo cardiovascular'.

Ante este panorama, lo recomendable es que reduzca la velocidad en que ingiere sus alimentos y disfrute de la experiencia, sacando un tiempo razonable de su rutina diaria para alimentarse correctamente.