Los hábitos alimenticios de los niños se desarrollan desde los seis meses de nacidos, que es el momento en que se comienzan a introducir los alimentos sólidos. De la manera en que inicies este proceso, y cómo lo vayas trabajando hacia el año de vida de tu niño dependerá si los hábitos de alimentación de tus hijos serán buenos o malos.

Los expertos en nutrición recomiendan que a partir de los seis años se empiece a introducir a los niños vegetales en forma de puré, así como frutas y viandas. Estos alimentos se deben ir incorporando de forma progresiva, uno a uno, para que el bebé se vaya acostumbrando a su sabor.

Este es un periodo muy importante, ya que serán los primeros sabores que el pequeño experimentará, y debes procurar que lo que vayas añadiendo en su dieta, sean alimentos igualmente saludables, como carnes o pollo. Además, es importante crearles una dieta balanceada, baja en azúcares.

Con la finalidad de crear conciencia sobre la importancia de comer sano y evitar la obesidad infantil, cada 28 de mayo se celebra el Día Nacional de la Nutrición. Para aquellos interesados en cambiar los estilos de vida de los pequeños que no tuvieron una introducción apropiada a los alimentos sanos resumimos algunas alternativas:

•Haz un plato divertido: los platos coloridos resultan más atractivos para los niños. Se recomiendan como ingredientes zanahorias, tomates, brécol, granos y mézclalos con un poco de aceite, sal y un poco de jugo de limón.

• Ir probando poco a poco: la manera correcta de introducir alimentos sólidos es comenzando por uno a la vez y repetir el mismo por espacio de tres días. De esta manera podrás comprobar cuál es el que más le gusta y descartar que desarrolle alergia a alguno de ellos.

• Fija un horario para consumir frutas y verduras: los niños deben consumir estos alimentos a diario. Incluye alguna fruta en su cereal de desayuno o ofrécela como postre. Puedes aprovechar el día que prepares el plato favorito del niño para ir agregando algún vegetal y que no se le haga tan difícil probarlo.

• Cuida el tamaño de las porciones: los niños deben comer menos que los adultos. También evita repetir los platos de comida, no debe comer más de la cuenta.

• Meriendas sanas: utiliza los días de calor para crear ricos batidos que sean nutritivos. Incluye en él frutas y vegetales. Verás cómo los niños ni se enteran de que estás incluyendo los vegetales dentro de la deliciosa bebida.

• Ofrece premios: utiliza las comidas poco nutritivas, como pizza, hamburguesas y papas fritas, como un premio en el fin de semana. La negociación debe consistir en permitirle algo que le guste y que no sea tan saludable, si toda la semana se alimenta bien.