Lo que debes hacer con niños con necesidades especiales durante un huracán
A continuación unas recomendaciones muy importantes sobre lo que los niños con necesidades especiales requieren antes, durante y despues de un fenómeno atmosferico, como un huracán:
Almacene dietas especiales suficientes para 2 semanas, si su niño requiere una dieta especial o si tiene una dieta limitada porque tiene problemas de alimentación. Lo ideal sería preparar algunas comidas con anticipación.
Luego del paso del huracán y despues de revisar y organizar su hogar, si los servicios terapeuticos son suspendidos por la ausencia de electricidad, comience a darle seguimiento en el hogar a las recomendaciones de las mismas. Se ha comprobado que los niños con necesidades especiales que cesan de recibir los servicios por un tiempo prolongado pueden tener un retroceso.
Si su niño es sordo, debe tener baterías adicionales para sus audífonos.
Tenga accesible juguetes que son de alto interes pare el o que lo calmen en momentos de estres.
Si es sensible a los ruidos, posiblemente va estar angustiado con el ruido de los vientos, en ese caso, unos audífonos que bloqueen o disminuyan el ruido son recomendables.
Si se asusta cuando se vaya la electricidad porque tiene problemas sensoriales, tenga suficientes linternas de baterías y lámparas de gas.
No pretenda que nada está pasando ni evite hablar del huracán. Los niños sacan conclusiones, a veces equivocadas, de acuerdo a como los padres y madres manejan una crisis. Si le explican lo que está pasando, sin mucho detalle, con una voz calmada y un tono positivo, va a sentirse seguro. Si no tiene idea de lo que está pasando, estará angustiado.
Trastoque lo menos posible la habitación de su hijo. Estos niños se alteran con cambios en rutina.
Prepare con anticipación actividades que pueda hacer con el y que sean de su agrado. Esas horas parecerán interminables y un niño aburrido y temeroso presentará conductas inapropiadas que complicarán aún más la situación.
Durante el huracán, mantengalo ocupado con los juguetes o tareas que le gustan. En lo posible, siga la rutina de acostarlo, tanto a la hora usual, como el ritual diario. Lo mismo aplica a las comidas.
Controle sus nervios, constantemente dígale que está seguro y que todo va a estar bien.