El legado de decadas de un mal manejo fiscal y el daño de una recesión prolongada se han combinado con una economía global cambiante y una tolerancia al riesgo más baja a raíz de la crisis financiera internacional para crear lo que algunos consideran una tormenta perfecta.

Sin minimizar el alcance de los retos que confronta Puerto Rico, permanecemos optimistas respecto a la posibilidad de que Puerto Rico emerja de la situación actual con una economía más fuerte y vibrante.

Este optimismo no surge de una fe ciega. Proviene de experiencia. La historia de 120 años de Popular nos ha permitido ser testigos de sucesos tales como un cambio de soberanía, dos guerras mundiales, la Gran Depresión y huracanes devastadores. A través de esta historia, vemos a Puerto Rico transformarse una y otra vez, testimonio de nuestra capacidad de adaptación y diversidad de recursos.

La metamorfosis más importante del último siglo – la transformación de una economía agraria a una industrial – produjo una mejoría dramática en los niveles de vida, un producto interno bruto per cápita que, a pesar de los años recientes de estancamiento, es el más alto de Latinoamérica y una infraestructura de manufactura que se reconoce a través del mundo por su liderazgo en productos farmacéuticos y artefactos médicos.

Ahora nos encontramos en el umbral de una segunda transformación económica – de una economía industrial a una basada en el conocimiento y los servicios. Una infraestructura ya establecida, capital humano probado, un alto nivel de matrícula en universidades locales, una infraestructura moderna de comunicaciones y transportación y un marco legal e institucional sólido son pilares sobre los que Puerto Rico puede construir.

Importantes inversionistas institucionales se están dando cuenta de las oportunidades que esto presenta. Inversionistas estadounidenses y locales han adquirido $1,600 millones en activos comerciales y de bienes raíces en el curso de tres años.

El gobierno local ha dado grandes pasos para afrontar sus asuntos fiscales implantando reformas importantes a su sistema de pensión pública.

Vemos un camino de reconstrucción fiscal parecido al de diversos países con niveles de deuda similares que, luego de reformas fiscales profundas, lograron recuperar el acceso a los mercados de capital a tasas favorables.

Sin embargo, se necesitan cambios adicionales para acelerar la recuperación económica y reencaminar nuestra economía en la vía de un crecimiento sostenible. Dos áreas que consideramos requieren atención urgente son el costo de la energía y el sistema contributivo.

El reducir el alto costo de la energía en nuestra isla es un elemento crítico para la competitividad de Puerto Rico a largo plazo, pues liberará capital sustancial para los negocios y los consumidores. La corporación pública de energía eléctrica de Puerto Rico vendió energía a los consumidores, negocios e industriales a un promedio de 26 centavos por kWh durante los pasados tres años. Esta es una tasa casi tres veces más cara que el precio promedio de venta, por estado, en los EE.UU. (aprox. 10.6 centavos por kWh). El permitir que grupos privados y alianzas público-privadas generen energía puede reducir los costos al crear competencia y facilitar la inversión en gas natural y otras fuentes de energía limpia.

Un rediseño total de nuestro sistema contributivo puede ayudar a generar mayor estabilidad en los ingresos, promover autosuficiencia y aliviar a los trabajadores y los negocios de llevar la carga impositiva de una economía que maneja una gran cantidad de dinero en efectivo.

Nuevos impuestos han generado ingresos adicionales en el año fiscal actual. Aunque esto le ha generado algún alivio al gobierno, lo consideramos una solución a corto plazo, no una política a largo plazo. Hay espacio para maniobrar con miras a establecer un sistema contributivo más equitativo y productivo. Por ejemplo, mientras que la contribución sobre ingresos generó 30% de los ingresos en el año fiscal 2012, la contribución sobre la propiedad solo aportó aproximadamente 4% de los ingresos. La mayoría de las residencias en la isla están exentas del pago de contribuciones sobre la propiedad.

En medio de las presiones económicas actuales, Puerto Rico recibiría un mejor servicio mediante un sistema contributivo más eficiente de administrar, más sencillo para cumplir y mejor enfocado en las realidades económicas y la persistente evasión contributiva en la isla.

Estas acciones son factibles. Hay consenso entre diversos círculos de que estos dos asuntos de alta importancia se tienen que tocar.

El sector privado también se debe ajustar a estas nuevas realidades económicas desarrollando productos y servicios a la vez que busca nuevos mercados. Los negocios puertorriqueños pueden apalancar nuestra posición singular en el hemisferio, que se beneficia de nuestra relación con la economía más grande del mundo así como nuestra afinidad cultural con Latinoamérica.

Nos sentimos esperanzados por el nivel saludable de reinvención que vemos entre los 1.5 millones de clientes que servimos en Banco Popular.

Hemos financiado adquisiciones de plantas que no están operando para negocios locales que las han convertido exitosamente en operaciones de múltiples propósitos para servir mercados locales y regionales.

Estamos viendo cómo se desarrollan nuevas oportunidades en el sector de turismo, que recientemente ha atraído inversiones sustanciales de inversionistas locales y estadounidenses, mientras alcanza el volumen más alto de registros en hoteles y la tasa más alta de ocupación hotelera en los últimos ocho años.

Nos alientan los planes para revitalizar industrias antiguas con potencial en la actual economía global como la de la caña de azúcar, que puede generar actividad económica al ayudar a reducir los costos de producción de las destilerías de ron locales que actualmente compran materia prima en los mercados internacionales.

Nos sentimos inspirados por la determinación de empresarios y técnicos locales quienes, con su trabajo arduo y estudio cuidadoso, expandieron sus negocios a mercados internacionales.

Estos son algunos píxeles que forman parte de un cuadro más amplio que evoluciona y nos estimula a ir más allá de los titulares actuales. Popular se encuentra en una posición privilegiada con una amplia vista de la economía, de la cual somos parte importante hace más de un siglo. Reconocemos y estamos preparados para los retos que se avecinan. Pero, más importante aún, nos sentimos esperanzados con las oportunidades que surgirán de este momento trascendental en nuestra historia. Al igual que sucedió en el pasado, estamos listos para respaldar activamente a Puerto Rico en esta nueva transformación.

*El autor es Presidente de la Junta de Directores, Presidente y Principal Oficial Ejecutivo de Popular, Inc. Tomado del informe a accionistas de Popular, Inc.