Puerto Rico como Estado 'clientelar' que alienta la corrupción
La inestabilidad gubernamental, la falta de efectividad en la rendición de cuentas y la vulnerabilidad socioeconómica son algunos de los desafíos más grandes que persisten en Puerto Rico, elementos que empeoran la situación fiscal a medida que continúen desatendidos.
Estos tres obstáculos, que contrarrestan los intentos de una economía próspera, también indican que Puerto Rico es un 'Estado clientelar', o sea, uno que canjea beneficios privados por apoyo político. Con esa premisa el economista y profesor Gustavo Bobonis guió su conferencia magistral, 'Gobernanza y Desarrollo: Desafíos y Oportunidades para Puerto Rico', impartida en la Asamblea de Economistas de Puerto Rico.
'La captura del Estado por las élites políticas provoca que mantengan acuerdos clientelares con la ciudadanía, en su mayoría pobre y vulnerable a vaivenes socioeconómicos y ambientales. El Estado clientelar hace más difícil que la ciudadanía logre escapar de la pobreza y la vulnerabilidad. También, un gobierno ineficaz no es capaz de proveer los servicios necesarios para promover el desarrollo integral de la ciudadanía', explicó Bobonis, quien es economista jefe del Centro para la Nueva Economía.
Las conclusiones de Bobonis son producto de su estudio 'Vulnerabilidad y clientelismo en el Noreste de Brasil', por el cual viajó a la potencia suramericana para analizar la resolución de problemas comunitarios mediante una intervención gubernamental condicionada a la adquisición de votos.
En Brasil, relató, los aspirantes a escaños políticos compraban e instalaban cisternas a comunidades que carecían de acceso a agua potable. A cambio, recibían el apoyo de los beneficiados durante los meses subsiguientes y en los comicios electorales. Ese fenómeno se manifiesta de una manera similar en Puerto Rico con la repavimentación de carreteras o la limpieza municipal en año eleccionario.
Por otra parte, Bobonis definió la inestabilidad política como la 'volatilidad o alternancia excesiva del poder entre los principales grupos políticos', en este caso, el Partido Popular Democrático y el Partido Nuevo Progresista quienes han gobernado al País desde que Puerto Rico oficializó su Constitución.
De acuerdo al también profesor de la Universidad de Toronto, los funcionarios públicos adoptan un 'comportamiento de Leviatán' al conocer que su tiempo al mando es limitado. Así, buscan 'maximizar su beneficio propio y asegurar el bienestar del grupo en el poder mediante el uso de redes de corrupción y de clientelismo'.
Incluso, citó otro de los trabajos de su coautoría —'Monitoring Corruptible Politicians'— en el que analizó las auditorías municipales de la Oficina del Contralor de Puerto Rico de años previos, con el propósito de medir los efectos de la inestabilidad política y la rendición de cuentas ('accountability') ante la corrupción. Para ello, consideró las auditorías 'oportunas', o sea, aquellas publicadas el año de las elecciones o el año anterior, y en las auditorías 'inoportunas', que ven la luz uno o dos años luego de la contienda.
'Las auditorías oportunas sirven de un gran disuasivo para la corrupción a nivel municipal en el corto plazo. Sin embargo, no tienen un efecto persistente', aseguró Bobonis.
Precisamente, los ayuntamientos con mayor alternancia política, según los datos, contaban con una incidencia mayor de corrupción.
Como posibles soluciones, el economista aludió a la reducción de la vulnerabilidad como acto crucial para 'romper con el clientelismo y promover el funcionamiento democrático'. De la misma manera, recomendó adoptar iniciativas que promuevan un buen Gobierno para incrementar la calidad de los servicios y reducir las adversidades.
Algunas de las medidas a tomar son: utilizar una nueva estructura de compensación para incentivar financieramente a los empleados por su desempeño, incorporar un sistema de meritocracia, y emplear la tecnología para mejorar la supervisión, el monitoreo y la organización.
Previo a Bobonis, el economista Francisco Catalá presentó su ponencia 'Promesa Rota: puntos de referencia para el diseño institucional'. En ella, enfatizó que el Gobierno no puede desmantelar corporaciones o encogerse a sí mismo, pues esa es la vía fácil. El verdadero reto, indicó, reside en la elaboración de una política pública que fomente el desarrollo que no obstaculice gestiones emprendedoras ni trastoque prioridades.
'Qué quiere ser Puerto Rico, un polo creativo, o mero anfitrión de enclaves ajenos? Ente productivo o fantasma evanescente? Eso es lo que está pasando, se está desdibujando el País. Las promesas falsas son dañinas, pero la ausencia de promesas también lo es', acotó Catalá.
La 34ta Asamblea de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, llevada a cabo en el Centro para Puerto Rico, consistió de tres paneles: 'Desarrollo Económico de Puerto Rico', 'Efectos de las Políticas Públicas y sus implicaciones en la economía', y 'Análisis Económico del Cannabis'.
Además de Bobonis y Catalá, Ramón Cao, Alejandro Silva, Rosario Rivera y José Caraballo Cueto presentaron sus trabajos. La sesión fue dedicada al reconocido economista José Joaquín Villamil, quien destacó la importancia de compartir opiniones informadas.
'En el contexto en que se encuentra el país, es muy importante que la Asociación [de Economistas] entienda que tiene dos responsabilidades importantes: una hacia el país y otra hacia rescatar la disciplina de la economía para que se vea a la disciplina como agente de cambio', señaló Villamil.
Igualmente, se otorgó un reconocimiento al empresario David Vergel como economista honorario. El también homenajeado aconsejó a los empresarios que desistan de la visión de país como un ente contable.