'El tiempo de postergar las decisiones difíciles terminó', zampó la Junta de Directores del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) sobre la necesidad de resolver la deuda que tiene la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT) con la agencia, y cuya liquidez amenaza.

Sin embargo, el BGF ha decidido tomar acciones que afectan a terceros para proteger su liquidez. Según expresaron la presidenta del Banco, Melba Acosta, y los miembros de la Junta Directiva en comunicado de prensa, 'Ante la negativa de ciertos miembros de la Asamblea Legislativa de aprobar el aumento al arbitrio del petróleo crudo, el BGF ha puesto en vigor un plan de contingencia que implica aplazar la consideración y aprobación de préstamos para obra pública'. El próximo paso sería detener desembolsos de préstamos municipales y gubernamentales ya aprobados.

De igual modo, recordaron que tras la aprobación de la Ley 24 de 2014, que impone tres años de cárcel a los miembros de la Junta del BGF por otorgar préstamos a corporaciones públicas sin fuente de repago. Por ende, no tiene la autoriadad para atender la liquidez de ACT. El cuadro se agrava ante la insuficiencia de Carreteras para pagar la nómina de diciembre y el adelanto del gobernador Alejandro García Padilla, quien ordenará la suspensión de los servicios de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA) y el Tren Urbano (TU) a partir del lunes 1 de diciembre.

Para la Junta, la 'crudita' atendería la solvencia operacional de la ACT y reforzaría la liquidez del BGF. 'Las proyecciones de liquidez del BGF publicadas en octubre, que son parte del 'Liquidity Report' del Banco, presumían una emisión de la (Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura) AFI/ACT que trajera no menos de $1 billón antes de 31 de diciembre para recapitalizar el Banco. Sin esta transacción, la liquidez del BGF durante el 2015 pudiese tornarse insuficiente para atender cualquier necesidad de emergencia gubernamental. Además, cada día que pasa se hace más difícil el completar una transacción de mercado a términos ventajosos para el país', abundó el comunicado.

En 2008, la ACT aumentó su deuda de $84 millones en 2008 a $2.2 billones en 2012. Al 31 de octubre de 2014, el Banco tenía aproximadamente $1.7 billones en activos líquidos. Estos activos están reservados para los préstamos ya otorgados, millones en obra pública para municipios. Asimismo, se utilizan para cumplir con el retiro programado de depósitos gubernamentales, ya que las corporaciones públicas y agencias han despositado sobre $4 billones para sus gastos operacionales y rutinarios. Además, los activos son para cumplir con el repago de deuda a los bonistas, tras las múltiples emisiones de bonos hechas. Según el BGF, estos bonos vencen en los próximos meses y son una razón de peso para mantener activos líquidos.

Por úlltimo, los activos también son necesarios para emergencias del gobierno central, ya sea insuficiencia de recaudos en el año fiscal o cubrir el impacto no previsto ante la futura implantación de la Reforma Contributiva.

El año pasado la insuficiencia de recaudos de Hacienda alcanzó $488 millones al 30 de junio de 2014. Al cerrar el año fiscal 13-14, el BGF tuvo que contribuir con $240 millones aproximadamente para cubrir parte de la deficiencia.

Por otro lado, la Junta también mencionó el riesgo que representa la reciente otorgación de la Administración de Servicios de Salud (ASES) a los nuevos proveedores de Mi Salud, que pudiera ejercer mayor presión a la liquidez del Banco.

Entretanto, criticaron la propuesta legislativa de utilizar $45 millones del impuesto al cigarrillo, porque ya fue incluido en el presupuesto aprobado del Fondo General para este año fiscal. 'Dárselos a la ACT es desvestir a un santo para vestir a otro y descuadrar irresponsablemente el presupuesto del Gobierno Central', sentenciaron los miembros de la Junta, David Chafey, Alberto Bacó Bagué, Rafael Rovira Passalacqua, Joaquín Viso, Néstor de Jesús Pou, y Juan C. Zaragoza, en comunicado de prensa.

'Es irresponsable seguir jugando con la estabilidad económica y fiscal del país. Es irresponsable mirar la liquidez del BGF como la solución a cualquier problema a corto plazo, particularmente sin tomar en cuenta todas las responsabilidades fiscales con las que se tienen que cumplir. Peor aún, no se puede pedir que el BGF vuelva a cometer los errores del pasado otorgando préstamos sin fuente de repago, sólo por no tener que enfrentar tomar la decisiones difíciles y el que venga después que resuelva. Las consecuencias inmediatas de estos actos ya son evidentes: empleados públicos sin trabajo y ciudadanos a pie en plena época navideña. Pero el impacto en la estabilidad económica del gobierno central, en nuestra credibilidad ante la comunidad financiera internacional y en el desarrollo económico del país será mucho más profundo y a largo plazo', concluyeron.