Les queda pulso a las lechoneras de Carraízo
'Los que tienen miedo se quedan durmiendo, los valientes salimos a trabajar'. Con esta expresión, Rafael, uno de los empleados de la lechonera Angelito's Place, de la carretera 175 en Trujillo Alto, describió su día a día como trabajador.
Este negocio es uno de los pocos de esta popular carretera que logró sobrevivir el embate del huracán María y operar a pocos días de su paso por la Isla.
Con dos generadores electricos, el negocio pudo seguir operando y ofreciendo servicios a la clientela hasta el 23 de enero que la energía electrica regresó en el sector.
Fueron más de cuatro meses en los que batallaban con muchas limitaciones diarias, pero con la satisfacción de que proveían alimento a vecinos del sector, que al verse sin energía, iban allí a comer.
Este panorama, sin embargo, no se repite mucho en esta ruta. Desde que se pasa por el lado de la represa Carraízo, se percibe algo de desolación. A pesar de que no todos los negocios están cerrados, muchos de ellos han modificado sus horarios y, otros, abren sus puertas aunque la movida este lenta, como dejando saber que aún están allí, pidiendo que no se les olvide.
La Lechonera El Lago La Original, estaba cerrada un jueves en la tarde, aún cuando se trataba del prácticamente el inicio del fin de semana largo. Un poco más adelante de Angelito's Place, estaba La Barrita de Peña con su techo de zinc y madera completamente destruido y sus puertas clausuradas.
A pasos de allí, Marcos servía lechón, batata y arroz con gandules a los clientes que llegaban a La Casita de David, otro afortunado negocio que aún permanece abierto.
'Ha bajado la clientela. Mucha gente de por aquí se fue para Estados Unidos despues del huracán. A veces pasan por aquí y uno les dice: ¡tanto tiempo! Y ahí nos enteramos que es que se fueron por una temporada para allá afuera', contó mientras pica el lechón con un machete afilado. 'Estuvimos con una planta y tenemos que seguir, este negocio ya tiene 25 años'.
Otros negocios, como la Lechonera el Nuevo Pino y El Toledo's Club tambien permanecían cerrados. Vecinos del sector dijeron que ahora operan a partir de los viernes.
Pero Jose Martínez decidió hacer todo lo contrario. Hace apenas un mes, adquirió la parte administrativa del bar y restaurante Mi Bohío, que lleva establecido más de 20 años. 'Esto antes se llenaba que no se podía pasar por esa carretera. Pero antes de la tormenta estaba por cerrarse y hace como un mes lo cogí', contó.
El lugar estaba vacío y Jose contó que ha estado algo lento, sin embargo, su fe en el lugar y en que se puede echar hacia adelante, lo hizo transformar la oferta del negocio, creando bailables, actividades para galleros, y eventos en general. Además, creó un menú más variado.
'Todo lo que se vende por aquí es lechón, así que decidí hacer algo distinto, que la gente venga y disfrute de otra cosa', dijo el comerciante, que ha incluido cuajito, mofongo, carne frita, alitas, y ensalada de pulpo, camarones y mariscos entre su oferta culinaria.
La mayor parte de estos negocios permanecerán cerrados por el Viernes Santo y retomarán operaciones a partir del sábado.