Restaurantes en Utuado ven pocas ganancias y precios descontrolados
Rodrigo Rivera tiene estufas de gas en su restaurante, Arroz, Habichuela y Algo Más, y por tanto no depende de planta electrica para operar su modesto establecimiento en el casco urbano.
Esto a diferencia del vecino negocio, cuyo generador ruge en la entrada y se escucha claramente desde adentro del restaurante de Rodrigo.
'El algo más es porque el sábado se vendía mofongo, pero ahora no hay plátanos', explicó Rodrigo sentado en una de las sillas afuera de su negocio, acompañado por otro caballero mayor de edad que presenció nuestra conversación. Pero la falta de plátanos para confeccionar mofongo es la menor preocupación en su mente.
Más allá de tener un menú limitado de arroz, habichuela, cerdo al caldero y chuletas, Rodrigo se ha tenido que enfrentar con un drástico aumento de precio de los productos que solía comprar. Estas compras ahora se hacen a diario pues no tiene manera de almacenarlos.
'No es tanto lo difícil, es lo caro. Han subido los precios descontroladamente. Te doy un ejemplo la carne molida se consigue en 90 o 59 centavos. $1.90 como caro. La libra de carne molida no llega a dos dólares ahora vale $4.69', explicó Rodrigo de forma consternada.
'El arroz costaba 82 centavos el paquete ahora vale 3 por $5, se ha duplicado el precio por completo. Las carnes, inaccesible. Estamos hablando que yo compraba el pollo a 95 centavos la libra. Ahora un pollo vale $9 o $10', añadió, indicando que desconoce como el negocio del lado - que vende sólo pollo frito - va a poder mantenerse abierto.
En general, los supermercados siguen sin mercancía en prácticamente toda la isla. Las neveras, que antes de María ostentaban pollos congelados, carnes de todo corte y mariscos importados desde los lugares más remotos del planeta, lucen vacías y con un olorcillo putrefacto.
El supermercado Econo de Utuado abrió poco despues del paso de María, pero cerró al quedarse sin combustible para la planta electrica. Todo ese inventario tuvo que ser descartado.
Los supermercados de Utuado no sólo están así, sino que tambien se han puesto límites de compra a comerciantes. 'Refresco de lata no aparece en ningún sitio. Las Coca Colas y los padrinos te los limitan a uno por cliente. Comerciantes me permiten un paquete de seis. Compre un paquete de seis y uno de ellos estaba vacío. Tengo que pagarlo porque no se pueden vender individuales', relató Rodrigo.
La clientela de su establecimiento sigue algo de normal, pese a la nutrida presencia de efectivos militares y federales que descendieron en Utuado para abrir caminos y mantener la paz. Aun así, denunció que otro restaurante está vendiendo 120 platos de comida de menor calidad a empleados de la Autoridad de Energía Electrica a $8 cada uno, sospechando algún juego sucio en marcha.
'Me imagino que habrá algún tipo de conexión política para hacer eso porque en realidad el precio es exorbitante y la cantidad y calidad de productos que están dando no sirve', expresó.
Aunque no tiene que asumir costos de combustible para un generador electrico - un alivio significativo para su bolsillo - Rodrigo sigue enfrentando serios retos adelante para continuar vendiendo platos de arroz y habichuela a los utuadeños. Su esperanza yace en el paso del tiempo, que algún día cercano se pueda normalizar la emergencia y pueda comprar sus productos a precio regular.
'Seguir vendiendo, vendiendo. Porque al día de hoy mis ganancias, luego de estar abierto dos días son $55. Hay que pagar empleados, hay que pagar compras diarias, estamos operando en perdida. Yo estoy esperando que en más de un mes tal vez empezar a ver algún tipo de ganancia porque ni economía hay', contempló el restaurantero.
Aun así, en comparación con el negocio del lado - el de los pollos - su resultado, aunque lúgubre, luce mejor.
D'Chicken abrió hace cuatro meses
Dari Cruz está sentada en la oscuridad de su negocio con sus cuatro hijas, leyendo un rotativo de mayor circulación. Su planta produce un estruendoso alboroto que no nos permite escucharla desde el lado contrario de la mesa, así que nos movemos a otra mesa donde nos podemos escuchar mejor.
El sonido del generador todavía dificulta nuestra conversación.
D'Chicken abrió en junio, especializando en vender pollo frito. Al largarse María, encontraron que perdieron todo su inventario de comida y se les metió el agua.
'Hacíamos poco tiempo que estábamos operando y para empezar otra vez nos ha vuelto loco. Pero hay que hacerlo', dijo sonriendo, pero visiblemente preocupada.
Aunque Rodrigo desconoce como consiguen el pollo, Dari explicó que están comprando su producto a diario en el supermercado Selectos del área, a veces tratando su suerte en el Econo. Su modelo de operación bajo la emergencia depende de la ruidosa planta electrica en la entrada del negocio.
'Lo que hacemos es que prendemos la freidora y estamos funcionando, pero más o menos. Llegará el momento que, sabrá Dios, tenemos que cerrar las puertas del negocio porque no vamos a poder seguir operando así. La gasolina no sabemos cuánto tiempo va a estar, se va a estar despachando, no se', explicó Dari.
Su horario es de 10 de la mañana a 3 de la tarde, asegurando que su clientela se ha movido 'más o menos'. Tambien tiene que procurar por el mantenimiento de su generador, por lo que no se arriesga a extender ese horario.
Además de eso, la falta de agua provoca otra serie de dolores de cabeza a la hora de operar. Aunque no tiene problema almacenando agua de unos chorritos en la carretera 10 en la entrada de Utuado, desconfía de su potabilidad, por lo que sólo la usa para limpiar.
'Es fuerte. Bien fuerte, bien fuerte. Es agotador, es buscar agua en diferentes sitios porque no tenemos oasis tampoco. Nos tenían uno en el parque de pelota y nos lo quitaron. Entonces ahora tenemos que o comprar agua o buscar agua en los manantiales, es un caos', indicó Dari, de paso explicando que por una semana no cuentan con un oasis en el parque de pelota Ramon Cabañas.
Abrir el negocio ha resultado una hazaña diaria para ella, pero el establecimiento supone ser su única fuente de ingresos, su única manera de sostener a sus tres hijas. Preguntada por NotiCel si tiene un plan B, su respuesta giró en la incertidumbre.
'De verdad que no se. No tengo ningún plan. Todos los días pienso que voy a hacer. Yo me levantó todos los días, un día a día. El lunes por ejemplo no pude abrir porque no encontre pollo en ningún sitio, un caos total. Lunes no pude abrir, ayer encontre pudimos abrir y hoy. Pero todos los días es, a ver que pasa', afirmó Dari.
'No hay de otra hay que mantener la sonrisa y hay que trabajar. Hay que trabajar. Y como te digo, yo se que no todo se le puede dejar al gobierno. Nosotros tambien como ciudadanos tenemos que cooperar, pero tambien que nos tengan porque, imagínate, tú sabes lo que es venir buscar agua allá. Es bien difícil', sentenció la dueña de D'Chicken.