Vivir con riesgo
Del Centro para una Nueva Economía
Ha sido sorprendente ver la velocidad con la que el Coronavirus ha trastocado nuestras vidas y nuestro quehacer diario. Viajes cancelados, países enteros en cuarentena y una perenne preocupación por nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
Para nosotros los puertorriqueños es sólo el último de una serie de shocks que hemos experimentado desde el huracán María hace casi tres años.
Ahora nos toca directamente a nosotros en CNE, ya que hemos tenido que tomar la dolorosa pero juiciosa decisión de posponer nuestro State of Reconstruction Summit 2020 originalmente pautado para el 24 de abril de este año. Esperamos poder reprogramar la cumbre para el último trimestre de este mismo año.
Es la primera vez en nuestros veintidós años de trabajo que hemos tenido que cancelar o posponer un evento y ciertamente no lo hacemos a la ligera. Pero dada la realidad del momento es la única opción responsable.
Todo esto ha servido para enfatizar lo que era precisamente uno de los temas principales de la conferencia: Living with Risk. Es decir, lo imperioso que se vuelve, particularmente para nosotros los puertorriqueños, poder asimilar el riesgo como una parte permanente de nuestras vidas sin que eso nos paralice o nos impida progresar y vivir a plenitud.
Los riesgos en Puerto Rico son multitudinarios y no se circunscriben tan solo a los eventos naturales como huracanes, terremotos y pandemias. También incluyen riesgos económicos como lo son las recesiones y la austeridad, riesgos políticos como fue el Verano del 19, entre muchos otros. Más aún, la pandemia que actualmente atravesamos es vivo ejemplo de cómo los riesgos de salud se traducen rápidamente en riegos económicos.
Lo irónico del caso y lo más preocupante es que vivir con riesgo requiere capacidades robustas de la ciudadanía y del gobierno, y actualmente no contamos con ninguna de las dos. Las capacidades ciudadanas es ahora que las estamos desarrollando gracias a las experiencias de María, y nos falta mucho por aprender. Basta con ver el desembarco de especuladores codiciosos que ha ocurrido luego del huracán y como hemos permitido que las ONGs y empresas puertorriqueñas se vean relegadas a platos de segunda mesa en los procesos de reconstrucción. Y las capacidades del gobierno sinceramente pienso que están en su peor momento de nuestra historia.
Afortunadamente tenemos tres oportunidades ante nosotros que, de aprovecharlas plenamente, nos colocarían en un camino de mayor esperanza y bienestar.
Primero, están los fondos de reconstrucción que vamos ya para tres años esperando. Uno de los temas principales del Reconstruction Summit es lo importante que estos recursos son para nuestro futuro y lo imperativo que es que empiecen a fluir ya. El futuro de Puerto Rico depende del resultado de la reconstrucción.
Segundo, tenemos en noviembre las elecciones. Es imperativo que nos informemos y pongamos en posiciones de liderato a personas realmente capacitadas. La tentación es grande de querer eliminar al gobierno de nuestras vidas pero eso no es ni viable ni sabio. Lo que sí es importante es exigir que las instituciones públicas funcionen cabalmente y cumplan con sus responsabilidades ante los ciudadanos a quienes le sirven. Este tema de capacidad gubernamental es crítico. Como hemos visto con María y ahora con el Coronavirus, es literalmente un tema de vida o muerte. No haber tenido un gobierno capacitado para enfrentar estas crisis le costó y le costará a muchos más su vida. Si permitimos otra vez que entre un gobierno incapaz, no tendremos a nadie quien culpar pues la responsabilidad será nuestra.
Finalmente, debemos hacernos responsables de nuestro propio destino. Si realmente queremos un mejor futuro no podemos seguir dejando a terceros que tomen decisiones por nosotros. Nos toca a nosotros los puertorriqueños y el futuro está en nuestras manos. Hagámoslo por nosotros mismos.
*El autor es Presidente y Fundador del Centro para una Nueva Economía.