Alegría
Nos dice Lucas que cuando los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús los pastores que estaban en el campo sintieron miedo.
Eso es un sentimiento que como humanos comprendemos muy bien. Vivimos dominados por miedos (fundados o infundados) que nos atormentan, nos limitan, nos aprisionan. Miedo a enfermarnos. Miedo a perder el trabajo. Miedo al fracaso. Miedo a perder un ser querido. Miedo a la muerte.
El Puerto Rico de hoy agudiza esa sensación. Tememos salir de noche. Tememos al dengue y el chinkungunya. Tememos a los huracanes, las inundaciones y los tsunamis. Tememos perder el trabajo, el seguro médico, o la casa. Tememos por el futuro. Hasta el gobierno le tiene miedo a decir la verdad. Tememos por nuestros hijos. Tememos por nuestros viejos. La incertidumbre domina el panorama y la ansiedad se apodera de nuestras vidas.
Pero hay que ser valientes. Dice el refrán que de los cobardes no se ha escrito nada. O por lo menos nada halagador.
Mi experiencia personal me ha enseñado que es importante enfrentar el miedo. Como en el beisbol, no se le puede tener miedo a la bola. Tampoco se le puede tener miedo al trabajo, a la dificultad, a la necesidad de tener que sobreponer obstáculos. El esfuerzo es gratificante y puede servir de aliento ante el temor. Más aún, el trabajo es, muchas veces, la mejor estrategia para triunfar sobre el miedo y la desesperanza.
No quiero que se me malinterprete. Obviamente la valentía no lo resuelve todo. Pero hay que admitir que el miedo es debilitante y esclavizante y ciertamente nos incapacita.
Sin embargo, es vital recordar que el llamado de los ángeles aquella noche y el que debemos hacer hoy para Puerto Rico es a no tener miedo. En vez, celebremos hoy con alegría el nacimiento del amor y la esperanza.
Tengamos alegría por los logros y adelantos importantes que, a pesar de todo, hemos tenido este año. Alegría, por ejemplo, de tantos nuevos proyectos del sector ciudadano liderados por jóvenes comprometidos a Puerto Rico como lo es el nuevo centro colaborativo de la Fundación Banco Popular; la nueva organización no-gubernamental Piloto Labs que busca potenciar los start-ups en Puerto Rico, el Instituto de la Juventud del Boys and Girls Clubs; y Espacios Abiertos, un proyecto que busca desarrollar la capacidad cívica de nuestra isla. Todas estas organizaciones tienen al frente un liderato joven de una nueva generación que lejos de irse de Puerto Rico, ha decidido invertir su vida y sus esfuerzos aquí. Y son proyectos genuinos y sin vanidades con el único interés de restaurar a Puerto Rico.
Así, que aprovechemos estos días en los que las noches son largas para encender la luz con la que haremos chiquitos los miedos que nos atormentan. En estas fiestas hagamos como aquellos pastores, y encendamos la luz de la fe, la esperanza, el amor, la alegría, y la valentía para seguir adelante.
*El autor es presidente del Centro para una Nueva Economía. Tomado del blog de CNE.