Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Blogs

Llegó el lobo

Casi todos los niños del mundo han crecido oyendo distintas versiones del cuento de 'Pedro y el Lobo', uno de los clásicos del mundo occidental. Por muchos años a este escritor se le ha criticado, tildándome de ser un heraldo negativo por estar diciendo que 'el lobo viene' en nuestro hipismo.

Las causas del desastre se deben a la profusión de tandas hípicas y la falta de atención por varias administraciones gubernamentales de ofrecer incentivos contributivos al que invierte sus chavos en el deporte.

Si le sumamos el deseo – justificado para los que tienen los testículos en el torno – de promover las apuestas 'off track' y los costos de mantenimiento y reemplazo de los ejemplares, que iban a causar la crisis que claramente ya está encima del deporte sin ninguna solución visible.

De mayor importancia, considero, es la desaparición de 'hípicos de toda la vida', sencillamente porque el Padre Tiempo los ha reclamado a otros lugares del firmamento.

Por esas cosas de la vida, hace como diez días traté de comunicarme con el nuevo administrador hípico, para que me supliera datos que pudieran reflejar ese descenso en la actividad. Él, como propio funcionario gubernamental, con una cordialidad que llenaría de orgullo a cualquier maestro de gerencia, me informó que hiciera una cita con su subalterno en la oficina para obtener dicha información.

Sin tener que enrredarme en la burocracia gubernamental, sin siquiera tener que pasar el trabajo de hacer las estadísticas; surgió esta semana dicha información. Recibida por internet sin saber de seguro la identidad del emisor, que luego de una firma legislativa informó con un seudónimo sobre una situación crítica, que en buen puertorriqueño podemos tildar de 'para pelos'.

Desde 1994 a 2011, el hipódromo sufrió una reducción en sus ingresos de $13.5 millones y los dueños de caballos de $12 millones. Estas cifras no toman en consideración el espiral inflacionario de esos años, que claramente tiene que oscilar en 100%. Si alguna persona tiene más conocimiento de economía, nos haría un gran favor en detallarlo. Dicho en arroz y habichuelas:

En los últimos seis años ha decrecido por 100 el número de agencias hípicas en toda la isla. Esto puede ser explicable si consideramos que tal vez nunca se debieron abrir tantas, muchas de ellas compitiendo por zonas demográficas.

El número de carreras disminuyó de 2,096 en 2001, a 1,790 en 2011. Es explicable, habiendo menos caballos disponibles, las carreras tienen que tener un número mínimo de participantes para hacer 'apostable', haciendo bien difícil el trabajo de la Secretaría de Carreras.

Los agentes hípicos sufrieron una baja de $8.3 millones en ingresos, mientras que los criadores han visto su fondo de criadores mermar por $649,000. Los ingresos de los agentes hípicos son relativos a la reducción de la actividad hípica, los premios de incentivos a los criadores son producto de la merma directa de las apuestas que alimentan esos fondos.

El número de caballos de carrera activos en la industria hípica para el año 2007 era de 1,034 caballos y se redujo a 638 ejemplares en el 2011. Todavía se pretende continuar con la celebración de mas días de carreras que los que el inventario de ejemplares permite. Por esa razón, dada día las carreras son menos atractivas para el que apuesta en ellas, teniendo el hipódromo que depender en importar carreras de 'Simulcast', que cada día que pasa minan más al consecuente jugador local, porque son de mayor interés para las apuestas.

El número de potros nativos se redujo de 668 ejemplares en el 2007 a 271 en 2014. Con el paso de esta década, varios de los criadores de importancia han desaparecido, o están en vías de hacerlo. Los factores de mayor importancia para ese descenso es la falta de dueños de establos que inviertan en productos nativos y los costos de llevarlos a la pista. En su mayoría, el dueño de establos prefiere caballos que ya estén activos, para poder financiar sus establos.

El precario de estos números es que será imposible seguir cumpliendo con el Plan de Carreras que traza la Junta Hípica todos los años. La única manera de poder seguir celebrando carreras para nativos será reduciendo su número o condenar a la producción local a 'suicidarse' corriendo más carreras de las que pueden.

Sabemos que muchas personas dirán que 'este no es el momento adecuado' para hacer críticas, pero mi amor por el deporte hípico en la isla me impide callar.

Hay soluciones, pero no pueden ser a corto plazo.

Tenemos que volver a crear una base de nuevo adeptos al deporte. Este proceso debe ser establecido con programas de enseñanza a las personas de 18 años en adelante, ofreciéndoles apuestas en el Pool de manera gratuita hasta que se instruyan en cómo participar en el deporte. La administración del Deporte Hípico debe ofrecer charlas con los jinetes y entrenadores en el sistema de educación pública, para que la juventud aprenda los esfuerzos que realizan para llegar a competir. Probablemente se podría implementar un sistema de visitas periódicas a los establos para concienciarles de lo difícil y esforzada que es la profesión.

Ofrecer incentivos a los dueños de establos que compren purasangres del país. Aunque sabemos que probablemente encontraría oposición de parte de los dueños de establo ya veteranos, se debe ofrecer un incentivo contributivo a cualquier persona (por un periodo determinado) que compre ejemplares por primera ocasión.

Reducir el 'take' de las carreras locales y subirlo correspondientemente en las carreras 'off track'. De esta forma se alentaría que los pagos de las apuestas en carreras locales sean más atractivos para contrarrestar los que tienen en el exterior por el mayor número de participantes.

Reducir el número de tardes hípicas locales a tres por semana, sumándole los días de fiesta regulares. De esta manera, hasta que sea necesario, los programas locales serán mas atractivos y permitirán que el público vuelva a interesarse por apostar en nuestras carreras.

Propongo estas soluciones, pero estoy seguro que serían muchas las personas que pueden opinar distinto a mi, todos con buenas intenciones.

Lo que no se debe continuar haciendo es tratar de convencer al público que debe patrocinar un deporte que cada díadesmerecemás su espectáculo.

Cualquier persona que visita el hipódromo en la actualidad lo que encuentra es un área en decadencia y con poco atractivo para regresar. En cualquier otra actividad, el público deja de asistir y eventualmente los que lo corren tienen que cerrar su negocio.

El deporte hípico, no el hipódromo, ha sido producto de más de cien años de continuos esfuerzos por sus participantes. Sin ellos, el desenlace será inevitable.

El gobierno de Puerto Rico ha estado vinculado a este durante muchos años y tiene la responsabilidad de salvarlo, así como conseguir personas que lo saquen a flote.

TOMATAZOS
Foto: