Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Blogs

Seis razones por las que el cateo de Yulín son 100% problemas para su futuro

Seis razones por las que el cateo de Yulín representa 100% problemas para su futuro:

1) Problema político

La decisión obstinada de la alcaldesa de realizar registros ilegales a todo el que acudiera a las Fiestas de la Calle San Sebastián provocó, además de una orden judicial declarando la práctica inconstitucional, mucho furor entre sus seguidores. Quienes simpatizan o simpatizaban con la alcaldesa son personas con bastante formación política que, en su mayoría, enarbolan ideologías liberales de defensa de derechos civiles y libertades individuales. La decepción entre ellos es infinita.

Y va a tener un costo político. Por qué? Porque Carmen Yulín Cruz no es Jorge Santini. Una movida de esta naturaleza por parte del exalcalde penepé hubiera sido vitoreada y aplaudida por sus huestes. Pero no sucede lo mismo en el caso de Yulín precisamente por el perfil de sus constituyentes y favorecedores. Es decir, este asunto del 100% cateo que tan fervorosamente anunció – incluso con camisetas alusivas al pretendido acto inconstitucional – le va a restar de su base política, con el triste agravante de que no le sumará sectores conservadores que nunca se acercarían a su discurso soberanista.

2) Problema ideológico

La movida de Yulín también pone en una posición incómoda a quienes profesamos que lo más idóneo para Puerto Rico es alguna modalidad de soberanía o independencia. Una república, o una libre asociación, será un estado policíaco a la usanza de lo peor del caudillismo latinoamericano decimonónico y del Siglo XX?

Estar libre de registros y allanamientos arbitrarios existe, en gran medida, gracias a la Cuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que nos aplica en Puerto Rico por ser un derecho fundamental.

La soberanía que profesa Yulín tendría como norte los derechos de los acusados, el derecho a la dignidad humana, y la privacidad? O todo esto pasaría a un segundo plano por una noción abstracta de la seguridad y el bien colectivo?

Ya Yulín se había expresado en contra de la liberalización de las leyes que penalizan la posesión módica de la marihuana. Se trata de alguien que pertenece a la izquierda jurásica donde el 'hombre nuevo' será moralmente irreprochable, libre de drogas y fiestas excesivas. Es una izquierda distinta, muy distinta a la que se enfoca en los derechos individuales y libertades civiles.

3) Problema de demagogia y de victimización

El discurso de Yulín antes de ser derrotada en corte era que ella era víctima de discrimen, pues los registros ilegales presuntamente se hacían en otros sitios y los liberales de la ACLU y compañía estaban ensañados contra el Municipio que ella dirige.

El discurso de Yulín después de ser derrotada en corte es que ella no tenía responsabilidad alguna si pasaba alguna desgracia en las Fiestas, y que incluso era la Judicatura quien tendría que rendir cuentas.

En otras palabras, Yulín argumentó lo siguiente: déjenme hacer algo ilegal e inconstitucional porque lo hacen en otros sitios. Y cuando el tribunal le prohibió hacer algo ilegal, replicó diciendo que cualquier cosa negativa que sucediera era responsabilidad del ente que no le permitió hacer la ilegalidad que ella deseaba: la Judicatura. Marea escribirlo. Supongo que decirlo debe ser peor aún.

Abdicó a su responsabilidad de proveer seguridad sin cometer actos inconstitucionales. Y habló con un discurso de victimización. Le echó siempre la culpa a los demás – antes y después – y nunca asumió su rol como primera ejecutiva a cargo de, precisamente, ejecutar.

4) Problema de gerencia

La alcaldesa contrató a una compañía llamada, muy afín con la imagen de ella, 'Buena Vibra'. Esa compañía, y otra de nombre más funesto, inexplicablemente estarían a cargo de hacer los registros ilegales a todo el mundo. El 100% cateo.

También mandó a poner verjas en todos sitios, enajenando a los residentes de La Perla que no podrían acceder al VSJ por el Callejón de La Tanca y provocando que se le denominara a la isleta como Yulingrado.

Después de todo esto, ordenó remover las verjas de Yulingrado porque, según explicó, se veían 'feas'. No fueron las motivaciones legales, o de la tan cacareada seguridad, lo que condujo a la alcaldesa a cambiar de parecer sobre las verjas de Yulingrado. Fue, nada más y nada menos, que la estética. Pero en ese proceso, se desembolsó dinero público para el quita y pon de las verjas.

Mi análisis, sin embargo, es que Carmen Yulín Cruz no removió las verjas porque se veían feas. Las quitó cuando su mentora y madrina política, la periodista Wilda Rodríguez, manifestó en Facebook – después de tímidos amagues por defenderla – que ella no realizaría su programa radial en la isleta si las verjas de Yulingrado se mantenían erigidas. Ese se convirtió en nuestra versión criolla de 'Tear down this wall'. Y así cayó Yulingrado.

5) Problema de credibilidad y branding

Los rumores incesantes de que la alcaldesa es obstinada e incluso ha maltratado a algunos de sus empleados son sólo eso: rumores. Pero las actuaciones empecinadas de la alcaldesa con el 100% cateo – y sus comentarios una vez declarada la práctica inconstitucional – le dan cierta credibilidad a las insinuaciones de que se conduce de manera terca y sin escuchar voces alternas.

Su constante deseo de estar en mesas de diálogo – con la ACLU, con los maestros – es en realidad para lograr un acuerdo o un cambio, o es para efectos de mantener una imagen como política conciliadora y no perteneciente al bonche usual?

Además, los slogans – Ciudad Patria, por ejemplo – serán sólo slogans si no vienen acompañados de actos que permitan sostener la idea esbozada. De eso sabía William Miranda Marín. Él ejecutaba. Se consolidó como alcalde de obra y de hacer y resolver. Por eso, precisamente por eso, la gente lo escuchaba tanto cuando hablaba (de soberanía o de lo que fuera). El tipo metía mano, y la gente quería saber qué tenía que decir. No funciona 'the other way around'.

6) Problema de subestimar a la gente y su derecho a fiestar

El puertorriqueño, por lo general, es celoso con su libertad y sus derechos. Lo vimos en el referéndum de la fianza. (Siempre hay sus excepciones, gente ávida por entregarse) Cogemos muchos cantazos en el día a día de esta Isla. Las Fiestas representan uno de los pocos escapes a nuestra dura realidad. No queríamos un estado de sitio. No queríamos que nos vieran a todos como sospechosos. No queríamos que nos presumieran culpables a todos. Y no lo permitimos.

Carmen Yulín casi siempre ha estado del lado correcto. Pero todo el mundo se equivoca. Y aquí le tocó a ella. Fue malo, pero no es fatal. Tiene oportunidad de reivindicarse. Debe demostrar que hay algo más allá de la retórica, que hay poder de ejecución y de gerencia. Y que vuelva a apostar por la libertad y los derechos del individuo.

*El autor es abogado y periodista.

FACEBUKIANDO
Foto: