Yo, la 'comenenes'
Parece que despues de volver a los 17 me quede con eso en el subconsciente. Y me dio con estar con un 'baby'. Digo, no es que lo es literalmente, pero está en sus tempranos 20.
Yo era para él lo que siempre había sido el Licen para mí: un amor imposible. Hasta que se dio.
Los otros día, él que vive en Nueva York, viajó a Puerto Rico. Se quedó en casa de mis tíos y ellos me pidieron que lo llevara a salir de noche.
Había pasado algún tiempo desde que nos habíamos visto por última vez. Y, en aquel entonces, estaba en su adolescencia.
Yo le había coqueteado desde que tengo uso de la memoria, eso dijo él.
El plan era ir a una fiesta a la que no pudimos entrar por lo tarde que llegamos. Como estábamos en el área, propuse el bar de un amigo en el Viejo San Juan.
Cerveza tras cerveza, 'shot' tras 'shot', y una conversación política muy interesante en la que hablabamos del género hicieron que las horas volaran.
Bailamos un poco. Con otra gente, entre nosotros. De la salsa buena, y de todo lo demás que tocaba la vellonera.
Cuando nos íbamos lo noté nervioso y quise romper el hielo: planté el primer beso y lo pegué contra el carro.Y ya no nos pudimos controlar, ahí mismo, en una esquina oscura en Doña Fela y con el sofocón dentro del carro nos sentimos sudar uno al otro.
Olvidé hasta su edad. Pensé que era como el cuarentón. Su 'expertise' me asombró y mientras más debatíamos sobre la importancia de la equidad más me calentaba.
No lo vine a dejar en casa de mis tíos hasta la mañana siguiente, después que nos saboreamos un suculento desayuno que preparó.
Aún le quedan unos días antes de regresarse, estamos supuestos a quedar.
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