Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Blogs

Un reencuentro caluroso

Bueno, que el trauma de la Lázaro lo he ido superando. Tampoco fue algo tan grave como para que impidiera que mi sexualidad siga en su apogeo.

Les cuento que en días recientes me topé con un viejo truco. De hecho, fue mi primer 'fuck friend', de quien les hablé hace ya un tiempo. Un amigo con el que estuve sin estarlo, con quien no tenía ningún compromiso sentimental pero sí un polvo seguro.

Hace mucho tiempo que no nos veíamos, tal vez años. Él, porque había estado en una relación muy estable y se había recogido un poco, y yo, porque había dejado de frecuentar los lugares en los que solíamos coincidir.

De aquel entonces, guardé muy buenos recuerdos.

Hace como un mes, nos volvimos a ver por primera vez. Cada uno estaba muy en la suya, nos saludamos con mucho cariño y alegría y seguimos en nuestros respectivos 'jangueos'; todo lo contrario al más reciente encuentro.

Cuando nos vimos hace unos días, él rápido pero disimuladamente atacó con la labia que, por conocerlo bien, no pude pasar por desapercibida. Siguiendo los protocolos de siempre, quise mantenerme discreta y más allá de saludarlo con afecto lo ignoré.

Al rato, me invitó a que lo acompañara a una fiesta tipo bohemia. Era por el área, en casa de una pareja que había preparado unos mojitos especiales. Mojito tras mojito comenzamos a bailar un poco de salsa.

Su piel morena, su cuerpo alto y delgado y su sonrisa me seducían cada vez más. Quisimos mantener la compostura, hasta que ya no aguantamos. Nos miramos, y, como en los viejos tiempos, supimos que era hora de irnos.

No habían pasado ni tres minutos cuando nos montamos en el carro, el condujo su mano hacia mi Baubo y empezó a acariciar mi entrepiernas. Nos besamos, yo también sentí la necesidad de acariciarle en la misma área. Tuvimos que detener el carro, frente a la casa de no sé quien. Estábamos muy calientes, quisimos cogernos ahí mismo.

Lo próximo que recuerdo es que brincamos a la parte de atrás, reproduciendo las mismas marcas en los cristales que la de la famosa escena de Titanic.

Después de habernos gozado mutuamente me invitó a su casa pero yo seguía con ánimos de fiesta. Me dejó en mi carro, se fue. Yo bailé un poco más.

Ayer nos vimos, nos abrazamos como siempre. Me susurró al oído, 'estuvo nítido recordar los viejos tiempos'. Lo miré, le sonreí y cada uno siguió en su compartir.

Para comentarios o sugerencias, pueden escribirme a lamatahombres@gmail.com, y seguirme por

LA MATA HOMBRES
Foto: