'Sí, suele ocurrir a menudo. La independencia natural a la que muchos renuncian les llega un día por sorpresa, por decisiones o asuntos inesperados que suceden más allá del dominio de sus propias narices'...remataba hace varios días una, digamos, fábula de gente y países que se resignan a esperar que otros o las circunstancias decidan su destino.

La dirigencia local suele explicar, con abundancia de argumentos que encierran más tesis que praxis y más palabras que ideas, que 'jamás' Washington anunciará por si mismo, un día cualquiera, que comienza un período de transición de, por ejemplo, cinco años, al cabo de los cuales Puerto Rico será independiente.

La palabra 'jamás' suele perder su significado en las vueltas de la historia.

La teoría, que esgrimen los defensores del actual status, se asienta en que una declaración de esa naturaleza es imposible porque la relación jurídica establecida por el ELA lo impide, y además, y esto es tal vez más realista, porque Estados Unidos calcula que una decisión unilateral de esa naturaleza le costaría admitir en su territorio a más de un millón de puertorriqueños dependientes de las ayudas sociales, que buscarían por allá la protección del welfare.

Pero las decisiones del poder, cuenta la historia, suelen tomarse cuando costos y beneficios equilibran las cuentas.

Una carga de sobrepeso para ellos es el actual narco territorio en el que se ha convertido el país. Con la cruzada de combatir antes que legalizar la droga, EEUU, a pesar de ser el consumidor por excelencia -lo dijo hace poco un funcionario de Colombia con una claridad irrebatible, dirigiendo la respuesta a un planteo de la embajada estadounidense: 'Cuando ustedes dejen de consumir la droga, nosotros dejamos de producirla'- es difícil de suponer que acepte esta situación dentro de su territorio extendido.

Una cosa es que en México, su vecino de este a oeste, se masacren todos los días y el dinero ilegal corra por todas las arterias de la sociedad, de abajo hacia arriba y viceversa, que es un país independiente, y otra distinta es que eso mismo suceda en Puerto Rico.

Más de mil muertes en lo que va del año, casi la mitad directamene relacionadas al narcotráfico, con la mayoría de las víctimas jóvenes que no llegan a los 20 años, miembros de una generación absolutamente perdida; con una asombrosa cantidad de crímenes irresueltos que van desde la esposa del ex juez Irizarry Yunque hasta el pequeño Lorenzo González Cacho, ambas muertes producidas en el interior de sus hogares, el banquero Mauricio Spanogletti y la embarazada y sus dos hijos de San Juan Park, por citar algunos casos que la memoria alcanza, y con respuestas patéticas del secretario de Justicia, transforman al Puerto Rico bajo la cláusula territorial del Congreso en Washington en un área donde la mezcla de ineficiencia del sistema de justicia completo -policía, fiscales, jueces- y la impunidad que compra ese sistema a fuerza de billetazos y relaciones de poder, en un 'casi estado' ingobernable y peligroso para la estructura completa de EEUU.

A eso se agrega que, como en México, el narcotráfico ha ganado ya las plataformas económicas y políticas del país. El lavado de dinero es un asunto diario en los bancos del país y entre el corretaje de la compra-venta de acciones -no hace mucho, uno de estos bancos pagó una multa millonaria para detener una investigación federal- y el narcotráfico no solo paga campañas políticas sino que ubica legisladores y funcionarios afines a sus intereses en el Gobierno. Las fotos del notorio y ya fallecido narcotraficante Coquito con los senadores en visita a las prisiones del país es un dato que ya cansa citar.

Así las cosas, con una estructura política-económica y judicial indefensa o cómplice del narcotráfico, pero visiblemente ineficiente para combatirlo, cuánto aguantarán los federales sin intervenir directamente, como ya lo han hecho en la policía local -que en cualquier momento puede caer en sindicatura- con el tráfico de armas?

Y si intervienen directamente, como sería? una sindicatura completa, a todos los niveles?....o un lavado de manos que incluya un desprendimiento del territorio?.

Sí, es atrevido jugar a las adivinanzas, sobre todo cuando se trata del destino de un país. Total, después lo cuenta la historia y nos desayunamos un buen día con la sorpresa. Llegó la independencia sin plebiscito, y cuándo fue eso, donde estaba yo en ese momento?....