Los Ángeles, CA. -- Con los ánimos algo caldeados entre los estadounidenses y boricuas, el Dodger Stadium sirvió como escenario para la final del Clásico Mundial de Beisbol. Tras nueve entradas, Estados Unidos se alzó con la victoria. Sin embargo, durante todo el encuentro, los panderos, güiros y cencerros de los puertorriqueños no dejaron de sonar. Tanto así que unos cuantos fanáticos del equipo contrario se quejaron ante las autoridades presentes por 'el alboroto'.

Desde la octava entrada, Estados Unidos celebraba su victoria, pero los cientos de puertorriqueños que llegaron al icónico estado continuaron apoyando a los suyos. Todavía en la último entrada, cuando el marcador del equipo liderado por Yadier Molina permanecía en cero, se seguían escuchando los 'Vamos Puerto Rico' y 'No se dejen, muchachos'.

Culminado el evento, al cual llegaron figuras como el gobernador Ricardo Rosselló y el artistaRené Pérez, las banderas con una sola estrella seguían en el aire. Los boricuas festejaron que su novena llegó a la final de tan importante evento y, aunque no se alzó con la victoria, logró algo que no se veía hace tiempo: unieron a la Isla y le devolvieron el sabor al béisbol.

En el momento en que los integrantes de la Selección Nacional de Puerto Rico caminaron por el terreno de juego saludando a sus fanáticos, fueron los 'Gracias' que salían de las gradas los que intentaron quitar el sabor agridulce que se podía ver en el rostro de unos jugadores que, sin duda, querían ese primer lugar. Fueron los fanáticos enseñándole sus cabellos y barbas rubias, quieres lograron sacarle una sonrisa a los jugadores.

Más de media hora después de que culminó el partido, en las afueras del estadio se escuchaba el ritmo de la plena. Los boricuas seguían saliendo del Dodger Stadium con la cabeza en alto y el orgullo a flor de piel. Los puertorriqueños salieron del estadio principal de Los Ángeles, California, dejando claro que estuvieron bien representados y que apoyan a los suyos en las victorias y derrotas.