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El más reciente embeleco del deporte en Puerto Rico (Análisis)

Ya es hora de que empecemos a llamarle por el termino que es a las determinaciones que toman nuestros dirigentes deportivos junto a sus asesores y 'pseudoexpertos'. Y ese termino es embeleco.

Sí, el término embeleco es el perfecto para describir estos entramados de mediática y relaciones públicas.

El último de los embelecos es el capítulo correspondiente al 'entourage' federativo de baloncesto: la destitución de Flor Meléndez como dirigente de la selección nacional y su sustitución con el dirigente Paco Olmos y con la supuesta moda 'avanzada y civilizada' del básquetbol europeo.

Esta ocasión, el Padre Tiempo, con sus mejores detalles y matices, revela entre contradicciones la insuficiencia de la genialidad del embeleco de los directivos federativos. El ‘timing'de los jugadores claves de esta tramoya, entre todas las bambalinas que tiene este libreto, es más que elocuente.

El nombramiento del técnico español que dirige al poderoso equipo de Santurcese hace luego de una campaña en los medios de su excelsa figura, y parece ser que el premio de su eliminación en el BSN es otorgarle la dirección del equipo nacional.

La brevedad del período -ya que en menos de 48 horas de perder abultadamente la serie (4-1) contra Ponce se le otorgó a Olmos la más alta de las responsabilidades, la dirección técnica de nuestra selección nacional- no es un mero dato circunstancial.

Esa falla de ‘timing' es precisamente una clave de cómo se gestionan las decisiones y los intereses con que se responden en el ámbito federativo. Más razonable dentro de la sin razón quijotesca de nuestros genios federativos hubiese sido esperar que concluyera el torneo de la BSN y al dirigente ganador darle el merecido galardón.

Pero no debe extrañarnos el drama, pues fueron éstos los genios detrás del libreto de aquel ‘affair' con el super coach Rick Pitino. Tampoco se puede olvidar que entre el 'curriculum vitae' de la alta cúpula de la Federación de Baloncesto se cuente con el reclutamiento de técnicos argentinos para las selecciones nacionales de voleibol.

Aclaro que no tiene nada malo que dentro de la dirección técnica de las selecciones nacionales se cuente con entrenadores extranjeros y que sean un componente esencial de nuestro desarrollo. Tampoco está en cuestionamiento la prerrogativa de los directivos federativos en el escogido de sus equipos técnicos, sino la falta de transparencia en sus determinaciones y respeto con nuestros mejores técnicos nacionales.

Todo conduce al camino inexorable de la ausencia de un 'programa planificado' que discuta los verdaderos problemas de su rezago de competitividad internacional… dilemas que comienzan con reconocer que los intereses del BSN entran en contradicción con los de la selección nacional… dilemas como el que no podamos contar con el tiempo mínimo suficiente de al menos 4-6 semanas de preparación para un torneo internacional, como hace cualquier equipo, incluyendo los Estados Unidos… dilemas como el hecho de que el origen de nuestro rezago competitivo proviene desde las propias categorías menores, por la falta de una filosofía clara, de un plan perspectivo para su desarrollo que comience con reconocer la necesidad de cambios radicales en la formación de los jugadores y la organización de los torneos.

Pero parece más fácil para nuestros dirigentes deportivos emprender una dantesca empresa como pedirle peras a un Olmo que valorar la esencia de una Flor con el tiempo. Tiempo al tiempo, será. Confirmaremos más temprano que tarde, con los resultados en los torneos, que llegó el momento de rendir cuentas sobre del libreto federativo en el baloncesto y otros embelecos.

(El autor es presidente del Colegio de Entrenadores de Atletismo de Puerto Rico. Es profesor universitario en la Universidad del Turabo y fue director auxiliar del Departamento de Alto Rendimiento del Comité Olímpico de Puerto Rico)

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