El Negociado Federal de Investigaciones (FBI) arrestó a una mujer policía y un cómplice por cargos de tráfico ilegal de armas que, según la acusación, incluyó vender el arma de reglamento de la mujer así como otras a las que tenía acceso y que eran evidencia bajo custodia de la Uniformada.

El fiscal federal W. Stephen Muldrow indicó en comunicado de prensa que la acusación contra la mujer policía Indira Osorio Ortiz y su cómplice, Lester R. Vázquez Cintrón, se registró el 30 de octubre pasado y contiene siete cargos incluyendo conspiración, traficar armas sin licencia y obstrucción a la justicia.

Para Muldrow, estas actuaciones ilegales contribuyen al crimen violento en las calles de la Isla, mientras que el jefe del FBI, Douglas Leff, subrayó que la acusada no representa a los policías 'excelentes' que están prestando servicio en la Isla.

Se imputa que desde septiembre de 2019, en Puerto Rico y Florida, Osorio Ortiz 'abusó de su posición como oficial de la Policía para ganar acceso a armas que vendía ilegalmente y subsecuentemente facilitó las transacciones de Lester R. Vázquez Cintrón mediante entregar, y coordinar la entrega, de armas a los compradores de Vázquez Cintrón en representación suya'.

Entre las transacciones detalladas, el 17 de septiembre de 2019, Osorio Ortiz vendió una pistola Glock por $1,500 y el día después fue al estacionamiento de Chili's en Humacao para propósito de finalizar la venta de dos armas que había coordinado Vázquez Cintrón el día antes. La transacción de las dos armas automáticas no se completó porque Vázquez Cintrón exigió un cambio de última hora sobre el lugar en que se llevaría a cabo. Luego, el 26 de septiembre, Osorio Ortiz fue al estacionamiento del centro comercial Montehiedra para vender su arma de reglamento, una Smith & Wesson, por $2,500 y una segunda pistola, marca Glock, que había extraído del cuarto de evidencia de la Policía.

El 8 de octubre, también en el estacionamiento de Montehiedra, Osorio Ortiz presenció la venta de un rifle sin número de serie a dos individuos por $2,500 por parte de Vázquez Cintrón. Dos días después, el 10 de octubre, volvió al lugar para otra venta de armas junto a Vázquez Cintrón en la que el hombre vendió dos pistolas Glock por $2,800.

El 27 de septiembre, la mujer sometió una querella falsa en la que declaró que su arma de reglamento había sido robada de su residencia. Luego, el 10 de octubre, radicó otra querella falsa declarando que la pistola que había sacado del cuarto de evidencia, y que había vendido, había sido supuestamente robada de su armario personal. Estas dos incidencias son la base de los cargos de obstrucción a la justicia.

Los acusados se exponen a hasta 20 años de cárcel.