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Rosselló y Venezuela, otra forma de jugar a la república?

La colonia en el escenario internacional.

El papelón internacional protagonizado por el secretario del Departamento de Estado, Luis Gerardo Rivera Marín, por el envío de ayuda humanitaria a Venezuela no solo demuestra el desconocimiento de los funcionarios del Gobierno de Puerto Rico sobre el manejo de las relaciones exteriores sino que contradice el discurso de una administración que favorece la estadidad.

'Sin querer queriendo' -como diría aquel personaje de Chespirito en el programa 'El Chavo del Ocho'-, las posturas del gobernador Ricardo Rosselló Nevares y su administración sobre la política en Venezuela parecen más las de un país caribeño distinto y separado de Estados Unidos que las que debería tener el gobierno de un territorio que pretende unirse a esa nación.

No digo con esto que está mal que el Gobierno de Puerto Rico busque ocupar un espacio en la arena internacional. Es que simplemente no es compatible con un gobierno del Partido Nuevo Progresista, colectividad que criticaba esfuerzos gubernamentales anteriores con el mote de que 'era jugar a la república'.

Resulta curioso que el mismo gobernante que afirma que la estadidad está más cerca que nunca y que el trato desigual respecto a los fondos federales para la reconstrucción de Puerto Rico post huracán María es un asunto de violación de los derechos de los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico, haya decidido -cual Jefe de Estado- reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Con esta acción Rosselló no se puso los zapatos de un ciudadano estadounidense. Se puso las botas de un gobernante de un país soberano, que como muchos otros gobiernos soberanos se expresaron sobre la situación en Venezuela reconociendo a Nicolás Maduro o a Juan Guaidó como su par.

La proactividad de la Administración Rosselló Nevares sobre la crisis política del hermano país caribeño al decidir enviar ayuda humanitaria, de forma separada y no con los Estados Unidos, pone a Puerto Rico en la mirilla mundial como un país caribeño. ¿O es que Texas, Nueva York o Carolina del Sur han hecho lo mismo?

Aunque algunos plantean que el esfuerzo de 'rescatar a Venezuela' del Gobierno de Puerto Rico es para congraciarse con los sectores más conservadores de los Estados Unidos, el balance final proyecta a nuestra isla como un ente distinto al resto de los EE.UU.

Esa impresión muy bien podría haber aumentado exponencialmente con la proyección internacional que hemos tenido gracias a los traspies del Secretario de Estado sobre el paradero del avión con ayuda humanitaria enviado a Venezuela. Peor aún, el papelón mundial evidencia la carencia de cultura internacional de estos funcionarios como consecuencia directa de nuestra condición colonial.

De acuerdo con el catedrático en relaciones exteriores, Dr. Efraín Vázquez-Vera, este desconocimiento no inició con Rivera Marín sino cuando el Gobernador reconoció a Guaidó como presidente venezolano cuando todavía el dirigente de la oposición ni siquiera se había autoproclamado presidente.

Y es que, por su condición colonial, añadió, Puerto Rico no tiene legitimidad para reconocer a ningún presidente del mundo.

'Cuando ponemos todo eso en contexto, no lo quiero llamar ignorancia, pero sí una carencia total y absoluta de una cultura internacional y de conocer cómo se manejan los asuntos internacionales y el hecho de que si se manejan mal tiene una repercusión, no en la persona que hace el acto sino al país entero', advirtió Vázquez-Vera.

Según el internacionalista, la obsesión del gobierno con el tema de Venezuela evidencia el 'síndrome del colonizado' como única explicación a la evidente simulación de la administración a la política de los Estados Unidos. Su teoría es que el gobierno imita lo que hace el Gobierno de EE.UU. para congraciarse con su colonizador.

Para Vázquez-Vera el resultado del errático manejo del paradero del avión con ayuda humanitaria es que hoy Puerto Rico tiene una muy maltrecha imagen internacional.

'Nunca, en toda mi experiencia internacional, en las experiencias de relaciones exteriores de Puerto Rico -aunque limitadas y sujetas a Estados Unidos-, nunca había visto un acto de tal nivel de irresponsabilidad y que manchara de tal manera la imagen de los puertorriqueños en el mundo', señaló.

Así las cosas, más que el vacilón y la lluvia de memes de Rivera Marín, el asunto resulta preocupante. Pense que nada superaría la imagen del Presidente estadounidense lanzando papel toalla a damnificados por el huracán María durante su visita a Puerto Rico mientras era observado por nuestra clase política entre sonrisas y 'selfies' sin aparente indignación. Sorpendente para una administración muy consciente de su proyección mediática y en redes sociales.

Ricardo Rosselló Nevares, gobernador de Puerto Rico. (Nahira Montcourt / NotiCel)

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