El acuerdo al que llegó el gobierno de Puerto Rico con los bonistas para restructurar la deuda de más de cuatro mil millones de dólares del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) podría beneficiar a varios personajes que de una forma u otra estuvieron en puertas giratorias con esa agencia.

El hecho es uno que fue minimizado en el informe que desarrollo la firma auditora de la Junta de Control Fiscal, Kobre & Kim.

Según un reporte llevado a cabo por Hedge Clippers, este acuerdo podría evitar repercusiones legales contra los banqueros que estuvieron involucrados con la inflación de la deuda de la moribunda agencia, obligando las uniones de credito y los Municipios a costearla completamente

Este acuerdo fue desarrollado por diversas figuras en la isla que en algún momento de sus vidas formaron parte del BGF, están alineadas a las instituciones financieras que se han lucrado de emitir los prestamos, o simplemente tuvieron un puesto de supervisión en el cual pudieron solicitar el prestamo para inflar la deuda.

Una de estas figuras ha sido el exdirector ejecutivo de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal de Puerto Rico (AAFAF), Gerardo Portela, quien anteriormente trabajó para Santander supervisando las finanzas públicas. Portela es el autor del acuerdo y fue quien trabajó en su negociación con los bonistas.

De igual forma, el director ejecutivo de Bonistas del Patio, Jorge Irizarry, formo parte de la reunión donde se hilvanó el acuerdo. Irizarry fue el presidente del BGF entre los años 2007-2008 y autorizó la emisión de bonos del sistema de retiro de empleados públicos.

Las dos uniones de credito que estuvieron presente en la reunión son asesoradas por Paul Hopgood, exejecutivo del Banco Santander.

Por parte de la JCF, en la reunión estuvo presente Carlos García, quien ha figurado como el miembro de ese cuerpo más controvertible debido a su labor como ejecutivo de Santander previo presidir el BGF. Desde su incumbencia en la agencia pública se emitieron unos $19.7 mil millones de prestamos que inflaron la deuda pública. Tras dejar el BGF en el 2011, regresó a Santander al momento que se vendían fondos de inversiones que tenían un alto nivel de exposición a los bonos del gobierno de Puerto Rico.

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