Manatí busca preservar la playa Mar Chiquita
Mientras está bajo consideración de la Legislatura el Proyecto de la Cámara 1823 para convertir Mar Chiquita en reserva natural.
Mientras en la Legislatura avanza un proyecto de ley que le devolvería a Mar Chiquita, en Manatí, su designación de reserva natural, personal del ayuntamiento sostiene que el proceso de proteger el hermoso predio de terreno ha sido arduo, pero muy educativo.
Hace unos días, la Cámara de Representantes aprobó por unanimidad un proyecto de ley de la autoría del representante Gabriel Rodríguez Aguiló y Edgardo Feliciano. La medida busca designar la Reserva Natural Mar Chiquita en la zona costera del norte de Puerto Rico, específicamente en el municipio de Manatí y establece la política pública sobre la protección del área.
El gobierno municipal endosa la medida.
“Estamos más que conscientes de que la playa Mar Chiquita es reconocida a nivel mundial como un punto de foco turístico relevante e importante. La Oficina de Planificación, que maneja Victor González se ha dado a la tarea de educar e identificar a las entidades ambientales sin fines de lucro, con el propósito de que prevalezca la ley que en algún momento se estableció como reserva natural y para que no le den paso al desarrollo de comercio", explicó Marilyn Córdova, Oficial de Turismo del Municipio de Manatí.
"La Administración Municipal tiene como fin la conservación de la playa porque es parte de un compromiso que se ha hecho para poderla preservarla," expresó la funcionaria.
La reserva natural cuenta con 293.60 cuerdas de terreno entre los barrios Tierras Nuevas Saliente y Tierras Nuevas Poniente. Son parte del litoral costero La Poza de las Mujeres, Playa Boquilla y Punta Boquilla, Cueva Chiquita y Punta Mar Chiquita.
"El área de Mar Chiquita está compuesta por acantilados, dunas, franjas de bosque, un área de manglar y áreas de pastoreo. Un total de 164 especies de unas 60 familias de flora que fueron contabilizadas en los predios. Se encontraron varias especies críticas y en peligro de extinción, protegidas por leyes locales y federales. A su vez, cuenta con unas 60 especies de aves, entre las más abundantes en el área de encuentra el Pitirre (Tyrannus dominicensis) y la Reinita (Coereba flaveola)", expuesto en la exposición de motivos del Proyecto de la Cámara 1823.
Asimismo, “cuenta con unas 31.38 cuerdas aproximadamente del sistema de humedales y mangles, constituyéndose como áreas de humedales jurisdiccionales de los Estados Unidos. El manglar se compone de un bosque maduro principalmente de mangle rojo y negro. Hay un área de humedal de salina y gramas resistentes a la salinidad, con algunos mangles jóvenes, inmediatamente al Este de la zona del manglar maduro y en la cercanía a la Playa Mar Chiquita”, se detalló en el Proyecto.
La reserva natural es un espacio protegido para preservar las especies que existen en el área. En él se prohíbe montar negocios, construir o alterar la zona de su natural.
En el 2016 el gobernador Alejandro García Padilla declaró la zona como reserva natural y transfirió la administración del área al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales para realizar actividades relacionadas al ecoturismo.
Para el 2018, el exgobernador Ricardo Roselló Nevares eliminó la orden y luego fue revertida en el 2019 por el Tribunal Supremo.
Luego la Junta de Planificación solicitó comentarios a la orden ejecutiva realizada por García Padilla por no llevarse a cabo vistas públicas.
La medida se detuvo hasta este Proyecto de la Cámara 1823 que busca designar la reserva por mandato de ley en vez de orden ejecutiva.
“Siempre hemos intentado proveer la limpieza de sus alrededores. Por ejemplo el próximo 16 de septiembre estaremos impactando a todas las playas de Manatí, incluyendo a Mar Chiquita. Tenemos un plan de trabajo desarrollado de reciclaje y conservación del medio ambiente. Siempre ha sido nuestro enfoque”, sostuvo.
“La desinformación hace que la gente no cree conciencia y por eso tenemos tanto compromiso con Mar Chiquita. Hay que educar a la comunidad para tener resultados positivos”, indicó.
Actualmente, a pesar que el Proyecto debe ir a consideración del Senado, el Municipio ha optado por reglamentar el área.
“Hay parámetros para evitar que entren vehículos 4x4 y para que no lleguen a lugares que se afecte el ecosistema. También estamos pendiente al mal uso de desechos y de que se queden en la playa luego de las 6:00 pm”.
“Gracias a Dios durante estos procesos de asignar la playa como reserva, los visitantes no han llegado a mayores. Si un momento, en el 1930, había un centro de actividades donde se podía pernoctar, pero la madre naturaleza reclamó su territorio. Lo que quedan son ruinas ,así que estamos desarrollando un plan para retirar de manera responsable lo que queda para hacer buen uso del área”, indicó.
"Es un proceso que toma tiempo, pero al mismo tiempo hemos acertado como Administración de llevar un mensaje de conciencia en establecer lo que es una reserva. Esto no es solo un nombre, es una acción con educación continua para que la gente esté clara y consciente de que allí existe flora y fauna que debemos conservar.”, recalcó Córdova.