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Custodia compartida: Mamá es toda una profesional y papá quiere gozar de la crianza

La denominada 'Ley de Custodia Compartida' que entró en vigencia en el 2011 permitió que se plasmara jurídicamente las nuevas realidades culturales de la Isla, incluyendo aquellos casos de hombres que desean ejercer su paternidad a plenitud y compartir responsabilidades con sus exparejas.

A juicio de la abogada de casos de familia, Pilar Pérez Rojas, la Ley 223 del 2011, creó un instrumento legal para facilitar el creciente número de casos de padres interesados en viabilizar otro arreglo fuera del marco del modelo tradicional de custodia que presenta a la madre como tutora y al padre como benefactor.

'Para la gente que está consciente de que se quiere casar para tener hijos, el divorcio comienza un proceso difícil que no es recomendable para nadie. Pero ya que estamos en una sociedad con una alta tasa de divorcios, y que cada vez busca mayor equidad entre todos y todas, cuáles son las implicaciones de permitir que ambos tengan derecho a la custodia? Qué diferencia hace que se reconozca el trabajo en conjunto para un hijo o hija que es de los dos?', reflexionó Pérez Rojas en entrevista con NotiCel.

En ese sentido, facilitar los arreglos de custodia compartida constituye un reconocimiento al hecho de que la crianza debe ser un ejercicio cooperativo, especialmente cuando es muy probable que ambos trabajen fuera de la casa y tengan una serie responsabilidades que les dificulten dedicar el 100% del tiempo a velar por su hija o hijo.

'Hoy día, las mujeres trabajan como juezas, secretarias, educadoras, entre muchísimas otras profesiones. Ya se acabó esa práctica social basada en la expectativa de que sólo la mujer era quien servía para quedarse en casa cuidando hijos. De igual manera, y como parte de esta evolución, los hombres cada vez están más conscientes de la importancia de querer disfrutarse a sus hijos. Además, tenemos cada vez más casos de papás que se quedan en casa o ganan menos que la madre de sus hijos. Inclusive, en muchas profesiones y departamentos académicos, la presencia de la mujer es mayor a la del hombre', explicó Pérez Rojas.

Claro está, tanto la interpretación del lenguaje de la ley, como las discusiones relacionadas a las gestiones en favor de la custodia compartida, pueden ser tareas arduas y procesos dolorosos para todas las personas implicadas.

Según Pérez Rojas, si bien la Ley 223 realza la importancia de la comunicación efectiva entre padre y madre, definir y poner en práctica esa 'comunicación efectiva' constituye uno de los retos más grandes en cualquier ejercicio de custodia compartida.

'El divorcio es un proceso doloroso que deja heridas entre las partes involucradas. Puede haber mucha hostilidad y eso transmite en el hijo o hija. Cómo va a haber comunicación efectiva si papá y mamá se odian y sólo se comunican por mensaje de texto, por ejemplo'?, preguntó la abogada.

'Esa falta de comunicación efectiva puede propiciar que los hijos aprovechen y manipulen a sus padres. Con las tecnologías de comunicación hoy día, conozco de un casos en que una muchacha se molestó con su madre, le envió un mensaje de texto al padre diciendo ‘Papi búscame que mami me está tratando mal', el padre llegó, y como no hay comunicación efectiva, éste se llevó a la hija y ni siquiera le preguntó a la madre sobre cuál fue el problema', narró Pérez Rojas.

'Yo favorezco la custodia compartida, pero hay ocasiones en que se debe pensar bien. Si no conviene, no conviene. No todo el mundo puede tener custodia de sus hijos o hijas. Hay malísimos padres y excelentes madres, como también existen grandes padres y pésimas madres', argumentó Pérez Rojas, quien lleva cerca de 25 años trabajando con casos de familia.

De acuerdo a la abogada, otra de las limitaciones de la ley es que ésta parte de la premisa de que la custodia sólo se litigia entre padre y madre.

'Esta ley no considera que hay ocasiones de que la custodia puede ser entre padre o madre, versus los abuelitos. Eso es muy común. Tampoco, y como era de esperarse bajo el estado de derecho actual en Puerto Rico, tampoco provee mecanismos para casos de parejas del mismo sexo', acotó Pérez Rojas.

Factores como la pensión hacia hijos e hijas, así como elementos vinculados a posible historial delictivo de padres, son factores que igualmente dificultan los arreglos de custodia compartida.