Edificio colapsado en Miami estaba comprometido y lo sabían, asegura Carlos Pesquera
El ingeniero dijo, sin embargo, que la forma en que se desplomó parte de la estructura no es común y no tiene que ver con el tipo de suelo
La forma en que colapsó el edificio de apartamentos en Miami, que ha costado la vida de varias personas y decenas de desaparecidos, demuestra que su estructura estaba comprometida desde hacía varios años y muy probablemente sus propietarios lo sabían, pero nadie quiso atender la problemática por el costo que llevaría arreglar el problema.
Al menos ese es parte del análisis que el ingeniero estructural Carlos Pesquera realizó al evaluar la forma en que el edificio de apartamentos Champlain Towers colapsó la madrugada del jueves en Miami-Dade, así como por la información que ha surgido en las últimas horas sobre recomendaciones de reparaciones que eran necesarias y que no se atendieron.
Sin embargo, Pesquera aseguró que no se trata de un accidente común, ya que la mayoría de las construcciones de esa magnitud en el mundo -incluyendo las de Puerto Rico- se realizan tomando medidas estrictas de seguridad que evitan este tipo de tragedias.
“Desde que esto ocurrió, evidentemente se podía concurrir que este edificio estaba comprometido. Lo que se observó no es característicos de un edificio en una construcción razonable”, sostuvo Pesquera al conversar con NotiCel.
Explicó que una construcción como esa existe redundancia. Es decir, cuando algo falla, las cargas se distribuyen y se sostiene la estructura.
Sin embargo, por la manera en que parte de este edificio se vino abajo, expone que se trató de un fallo mayor.
“El hecho de que fue súbito demuestra dos cosas principales: el acero de refuerzo no estaba en buenas condiciones y que la falla ocurrió en las partes inferiores. Eso recuerda uno cuando están haciendo una demolición de un edificio que ponen las cargas de explosivos en lugares estratégicos para lograr el colapso lo más eficiente posible, como si se halara el edificio hacia abajo. En este caso, ese edificio falló probablemente por las columnas o los cimientos. Se comportó como una torre de naipes”, apuntó.
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“Según las fotos de esa estructura colapsada, se ven unas rejillas de acero expuesto. Eso quiere decir que está corroído, se expandió, aumentó de volumen y rompió el hormigón alrededor de él. Ese edificio desde años atrás estaba evidenciando problemas”, añadió.
Explicó, además, que pudo haber un impacto de asentamiento diferencial, es decir, que el edificio no estaba asentado uniformemente. Por ende, no se puede concluir que se trató de un problema del terreno.
“No se hundió todo el edificio a la vez. Para que un asentamiento cause problema, significa que una parte se estaba asentando y otra no. Ahí pudo haber distintos factores. Puede ser el tipo de cimientos que tenía esa parte de la estructura o si el 'parking' estaba debajo de esa parte o no, pero evidentemente había unos asentamientos en esa parte distintos”, sostuvo el ingeniero.
“No es un tema del tipo de terreno o que sea un humedal o no, porque no importa el terreno que sea, si se asienta igual en toda su extensión, poco a poco el edificio se va hundiendo. En este caso, es evidente que el edificio estaba comprometido ya”, destacó.
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Sabían del problema
Informes recientes apuntan a que tres años antes de la tragedia una firma de ingeniería había estimado las reparaciones en el edificio en nueve millones de dólares.
Según correos electrónicos que han surgido a la luz pública, el edificio mostraba grietas y roturas significativas que requerían ser atendidas de inmediato, pero no se realizaron.
“La gente sabía que tenía problemas y no se atendió porque nadie quería perder su inversión. Si tú divides nueve millones entre 159 apartamento, significa que la derrama sería de 56,000 por familia. Al final, pasó lo que nadie esperaba”, sostuvo.
Mientras, responsabilizó a la Junta de Condómines por lo ocurrido y las demandas que podrían producirse a raíz de la tragedia.
“Al final de todo esto, la Junta de Condómines es la responsable. Lleva este caso al extremo de que sea una casa privada. Un condominio son residencias privadas en manos de un grupo de personas que actúan como una junta. Si le pasa eso a una casa, el responsable de eso es el dueño de la casa. En este caso, el responsable es la Junta de Condómines que representa a todos los dueños”, puntualizó.
Pesquera, además, indicó que una gran lección que se debe aprender de esta tragedia es la necesidad de recertificar una estructura cada cierto tiempo para asegurarse de que no hay fallas mayores que pongan en peligro la construcción y, más aún, vidas.
“Los edificios multifamiliares se deben certificar cada cierto tiempo y la asociación de condómines deberían pedir una evaluación estructural. Pero, la gente debe estar tranquila. Este tipo de cosas normalmente no curren”, insistió.
Pocas las probabilidades de encontrar gente con vida
Por otro lado, Pesquera sostuvo que, luego de cuatro días de la tragedia y por la forma en que se desplomó el edificio, ls probabilidades de encontrar personas con vida son mínimas.
“No veo posibilidades de sobrevivientes. Básicamente, en ese caso, una vez que pasan 24 horas es poco lo que van a sobrevivir”, indicó.
El reconocido ingeniero recordó la tragedia del edificio Humberto Vidal en Río Piedras, en noviembre de 1996, cuando un escape de gas provocó una explosión que también provocó el colapso parcial del edificio y cobró la vida de 33 personas y otras 69 resultaron heridas.
“Obviamente son dos sucesos distintos, pero en el caso de Río Piedras, los escombros eran granes. Hay más probabilidades de crear unos vanos, áreas de espacio. Aquí los escombros son bien pequeños. Básicamente tienes un monto de escombros pequeños. Ojalá haya un milagro, pero es muy difícil y cada vez que pasa el tiempo, es mucho menos probable”, sentenció.
Temprano el domingo, las autoridades elevaron a nueve las muertes confirmadas, mientras sobre 150 permanecían desaparecidos.