Estadounidenses ignoran advertencias por COVID-19 y rompen récord de viajes desde marzo
"Un sacrificio ahora puede salvar vidas", había pedido Fauci.
Millones de viajeros han ignorado en Estados Unidos las advertencias de las autoridades sanitarias de no desplazarse antes de las festividades de Acción de Gracias debido a la pandemia, que está teniendo un crecimiento explosivo en todo el país y que amenaza con teñir las Navidades de negro.
Según la Administración de Seguridad de Transporte (TSA), encargada de los controles aeroportuarios, esta es la semana con más afluencia de viajeros desde que en marzo comenzó la pandemia, con una media de un millón de viajeros diarios desde el pasado fin de semana.
Muchos estadounidenses están ignorando las advertencias del Centro de Control de Enfermedades (CDC, en inglés) para que no se viaje en este período vacacional que culmina con la cena de Acción de Gracias de este jueves, pero que es el pistoletazo de salida para todo el período navideño y de fin de año en Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias temen que la circulación de personas y los intercambios entre núcleos familiares durante estas fiestas dispare aún más el número de contagios en todo el país, incluidas zonas que hasta el momento han conseguido mantener la pandemia relativamente bajo control durante este otoño.
Los contagios se están elevando a una velocidad no vista hasta el momento en este país, que lidera al mundo en número total de contagiados, con más de 12.6 millones, y que en las últimas dos semanas ha experimentado 2 millones de casos nuevos, y ya acumula más de 260,000 muertos.
El medio oeste y el norte del país son ahora los focos de esta tragedia en varios actos, con algunos hospitales desbordados y unas cifras de contagios y hospitalizaciones en máximos desde que comenzó la alerta sanitaria.
Las medidas de control de las multitudes, toques de queda en bares y restaurantes o cierre de colegios o tiendas (este solía ser el período de mayor consumo del año) que se están dando por todo el país no han servido hasta el momento para detener el nuevo pico de infecciones y las alrededor de 2,000 muertes diarias que se están produciendo.
Si Acción de Gracias, como se teme, acaba acelerando esta oleada explosiva de infecciones, diciembre y la temporada navideña puede convertirse en el período más negro de la historia estadounidense reciente, con 311,000 muertos antes de fin de año, según las proyecciones más optimistas del Instituto de Métricas de Salud y Evaluación (IHME, en inglés).
"ÚLTIMO RUEGO"
El epidemiólogo jefe de Estados Unidos, Anthony Fauci, emitió hoy un "último ruego" a los estadounidenses para que hagan sacrificios en estas vacaciones tan familiares con el fin de evitar muertes dentro de unas semanas.
"Un sacrificio ahora puede salvar vidas y hacer el futuro mucho más brillante para superar esto (la pandemia)", indicó el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en inglés) en una entrevista con ABC News.
Fauci recordó que las vacunas están "en el horizonte" y que solo hay que tener un poco más de paciencia, evitar multitudes, especialmente en espacios cerrados, para poder ver la salida de una pandemia que dura ya diez meses.
Al menos, dos vacunas podrían recibir autorización para ser suministradas a partir de diciembre a grupos de riesgo y prioritarios, aunque seguramente será la candidata de Pfizer, que ya ha solicitado autorización de emergencia a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la que estará disponible primero.
Algunos estados han impuesto nuevas restricciones en coincidencia con la época festiva que se inicia con Acción de Gracias. Pensilvania ha impuesto un toque de queda a partir de las 5 de la tarde de hoy y la prohibición de servir alcohol en bares para evitar aglomeraciones en la que tradicionalmente es considerada una de las noches en que más se bebe y se socializa de todo el año.
PANDEMIA FUERA DE CONTROL
Con la falta de liderazgo por parte de la Administración saliente de Donald Trump, están siendo los estados los que por separado están imponiendo las medidas que consideran oportunas para detener la extensión de la pandemia, aunque aún algunos no obligan a llevar mascarillas en lugares cerrados o donde no se puede mantener la distancia.
El presidente electo, Joe Biden, se ha marcado como su principal tarea detener la extensión del coronavirus y aprobar las ayudas para los hogares más afectados por la parálisis económica a la que se ha enfrentado el país.
Estados como Maine, Minesota y Dakota del Norte ya han dicho que con la velocidad actual a la que se expande el virus es prácticamente imposible para ellos realizar un rastreo de contactos en línea con las recomendaciones del CDC.
La mayor parte de los estados del país están en alerta roja, con las infecciones, que aumentaron en 2 millones en las últimas dos semanas hasta 12.6 millones, fuera de control.