Ciudadanos prefirieron los casinos en el primer día de reapertura
En el casino Metro, poco después del medio día habían 325 personas, cuando el límite de ocupación es 400 debido a las medidas de protección por el COVID-19.
En el primer día en que las playas, los gimnasios y los casinos pudieron reabrir por virtud de la nueva Orden Ejecutiva para el manejo del COVID-19, fueron los juegos al azar los que tuvieron la mayor acogida.
Estos espacios y los cines, que abrieron por 16 días en julio antes de ser responsabilizados por el repunte en casos de esta mortal enfermedad, deben ser ocupados en un 25%.
Por los pasados días, los operadores de casinos habían reiterado que estaban listos para abrir, no solo porque implementaron los debidos protocolos, sino porque son una fuente de empleo.
En el casino Metro, poco después del medio día habían 325 personas en las máquinas, casi en su totalidad ciudadanos de mayor edad, considerada de alto riesgo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y las autoridades locales.
“Usualmente los sábados aquí es movido, pero me atrevo a decir que estamos haciendo 25% por encima de lo que hacemos un sábado hasta esta hora, así que ha estado más movido que lo usual”, aseguró Ismael Vega, gerente general del casino, localizado en el Hotel Sheraton, frente al Centro de Convenciones.
Para cumplir con los requisitos de ocupación, el límite de personas que pueden estar adentro a la misma vez es 500. No obstante, la Comisión de Juegos de Puerto Rico requiere que se permita la entrada de la misma cantidad de personas de lo que se tienen sillas y máquinas, por lo que el casino Metro redujo el número a 400.
El local opera desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche. El sábado, unas 20 personas esperaban en las afueras del casino desde antes de la hora de apertura.
Parte de los protocolos que han implementado son la toma de la temperatura, uso y disponibilidad de desinfectante de manos (“hand sanitizer”) y de toallas desinfectantes, así como apagar máquinas para conservar espacio entre ellas. En las mesas dedicadas a las cartas o la ruleta, se instalaron acrílicos para separar a los clientes y, de límite de siete personas por mesa ahora solo permiten tres.
También cuentan con un equipo de 15 empleados dedicados exclusivamente a la limpieza de los espacios.
“Cada vez que limpiamos y desinfectamos un área, le ponemos un ‘sticker’ que dice que esa área fue desinfectada para que el cliente se sienta tranquilo de que esa área fue impactada. Aún así, el cliente puede levantar su mano y limpiamos de nuevo. Mascarillas ‘full’, el empleado está capacitado y, como decimos en inglés, ‘empowered’ para pedirle al cliente que se la arregle si no la tiene bien puesta. Tenemos inspector de juegos de azar 24/7, tenemos nuestras cámaras y todo esto velando que se cumplan los protocolos nuestros”, explicó Vega.
La situación pareció replicarse en otros puntos de la Isla, ya que a través de las redes sociales trascendió una imagen de una fila de personas a la espera para entrar a un casino en Manatí.
Los gimnasios, por su parte, tuvieron una recepción fluida por hora. En el Planet Fitness de Ciudadela, en Santurce, habían menos de diez personas a la hora visitada.
En las playas, en cambio, varios bañistas se desplegaron en Isla Verde con distanciamiento. En la orilla, algunos aprovechaban para jugar a las palas o ejercitarse, mientras que otros solo tomaban el sol, compartían con sus mascotas y apreciaban a la distancia los escasos usuarios de parapentes motorizados.
Una de las dudas principales recayó en las operaciones de los negocios que rentan sillas y sombrillas, pues en su mensaje, la gobernadora Wanda Vázquez Garced prohibió el uso de sillas y neveritas. No obstante, estos negocios continuaron su operación y la policía presente no les ordenó lo contrario.
Según las instrucciones de la Orden Ejecutiva, se debe procurar una distancia física de 6 a 8 pies entre las personas, y es mandatorio el uso de la mascarilla cuando se esté fuera del agua.
Mientras, en el llamado ‘último trolley’ en Ocean Park no habían bañistas.
En la marina de San Juan tampoco hubo mucho movimiento, ya que todos los botes se mantuvieron anclados. En la laguna, predominaba el alquiler de kayaks y “paddle boards”.
La orden la Gobernadora tendrá vigencia hasta el 2 de octubre. El día del anuncio, se adelantó que un nuevo modelo científico ayudará a recopilar datos y tomar decisiones sobre aperturas o cierres. De acuerdo a ese modelo, Puerto Rico llevaba tres semanas en un nivel de riesgo medio, o “amarillo”, por lo que se justificaba la apertura de cines, casinos, gimnasios y playas.