La partida de Juan Ernesto Dávila de la CEE: sin querer irse y traicionado por supuestos aliados
Después del histórico fracaso de la primaria de ley pautada para el 9 de agosto, el funcionario aún tenía planes de quedarse para reivindicarse.
Desestimadas todas las querellas en su contra, Juan Ernesto Dávila Rivera no pudo superar las incesantes peticiones de renuncia y amenazas de líderes políticos, incluyendo supuestos aliados, algunos de los cuales le daban respiración artificial a su intención de permanecer en la silla de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), hasta que ayer, finalmente se rindió.
En medio del desconcierto público tras el fallido proceso primarista del pasado 9 de agosto, fue el propio Juez quien sugirió a los medios de comunicación su intención de abandonar el cargo. Luego se retractó y repetía una vez tras otra que lo estaba “evaluando”.
A raíz del titubeo, diversos aspirantes políticos acudieron al tribunal para sacarlo de la presidencia, puesto que ocupó desde noviembre de 2018 tras ser nombrado por el entonces gobernador Ricardo Rosselló Nevares.
Dávila Rivera se despide de la CEE con la ruda distinción de que hasta el candidato a presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó públicamente su horror ante el episodio primarista.
Pero Dávila Rivera no se fue antes por varias razones, según supo NotiCel. Y es que aunque los comisionados electorales de los diferentes partidos le pidieron la renuncia, la entonces comisionada del Partido Nuevo Progresista (PNP), María Dolores “Lolin” Santiago, no lo hizo oficialmente y cuando contaba, en una reunión ordinaria.
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Aunque el ahora presidente del PNP, Pedro Pierluisi, dijo inicialmente que Dávila Rivera debía renunciar, también dejó ver su indecisión y comenzó a hablar públicamente de “dejarlo ahí” por el momento.
Fueron esas expresiones, supo NotiCel, además de la relación de allegados de Pierluisi a Dávila Rivera que permitieron incluso que se comunicaran el mismo día de la primaria, prolongando la esperanza en el funcionario de que podría quedarse hasta, al menos, que se desestimaran las querellas en su contra. Las había evaluado legalmente y se alega que sabía que nos prosperarían, comentó una fuente.
El golpe mortal a las esperanzas de Dávila Rivera surgió cuando Pierluisi le puso en el grave aprieto de pedir un presidente alterno. A pesar de que el nuevo comisionado electoral del PNP, Héctor Joaquín Sánchez, no tuvo éxito con el presidente alterno sugerido, ya Dávila Rivera sabía que el respaldo había sido retirado y se preparaba desde el domingo para la posibilidad de anunciar la renuncia.
Al anunciar su renuncia, el licenciado ya había anticipado que saldría airoso de las querellas que pesaban en su contra.
"Ya el Tribunal de Apelaciones desestimó la mayoría de ellas. En la palestra pública se han mencionado varias mentiras, injurias y calumnias sobre este servidor. Decir una mentira muchas veces no lo convierte en verdad", expresó en comunicación escrita.
La salida de Dávila Rivera se consumó el mismo día en el que el Partido Popular Democrático (PPD) culminó su escrutinio general primarista, luego de días de atrasos.
A pesar de los continuos retrasos en el calendario electoral, Dávila Rivera aseguró en varias ocasiones a NotiCel que las elecciones generales se llevarán a cabo el próximo 3 de noviembre de 2020.
"Pido a nuestro Dios que el evento electoral del 3 de noviembre de 2020 se pueda dar como nuestro Pueblo merece. Esto requerirá el trabajo en equipo de todos los partidos políticos en la CEE. Independientemente de las circunstancias, para mí ha sido un honor poder servir al Pueblo de Puerto Rico desde la CEE. Estas serán mis únicas expresiones sobre este asunto", concluyó.