Aseguran que los puertorriqueños se han “relajado” porque el Gobierno ha llevado el mensaje incorrecto.

El alza de casos positivos de COVID-19 en las pasadas semanas, así como la consistencia en la cantidad de pacientes hospitalizados, ha provocado preocupación entre expertos de la salud, en momentos en que el país continúa a todo vapor con la reapertura económica.

También causa inquietud la falta de recursos para implementar medidas para evitar la propagación del virus como los nuevos requisitos de los pasajeros que procuren entrar al país a través de alguno de los aeropuertos.

“Tenemos que preocuparnos por dos razones: primero, sabemos que los datos en Puerto Rico todavía están rezagados, así que no podemos ver un panorama ni cercano a lo que puede estar pasando ahora mismo. Segundo, a nivel mundial, y especialmente en Estados Unidos se está viendo un repunte en casos positivos, y aunque en Puerto Rico no se han salido de control, estamos propensos a que nos pase lo mismo si no tomamos las precauciones adecuadas”, dijo a NotiCel la bióloga celular y molecular, Marieli González Cotto.

La experta destacó que la ciudadanía debe mantenerse firme en las medidas de precaución de contagios, ya que se comienza a notar al país más relajado desde que el Gobierno autorizó el retorno a la actividad económica a inicios de mayo pasado.

“Han sido muchos cambios, uno detrás del otro. Primero estábamos con el problema de que no teníamos suficientes pruebas de las correctas, y continuamos con ese problema. Luego, se comenzó una reapertura en contra de las pautas que se estaban estableciendo para hacerlo de manera segura, después se da el cambio en la manera de reportar los casos, que no se estaban haciendo de la menea correcta, y eso se enmarca en un panorama de que no se han hecho los esfuerzos de educación necesarios para que las personas entiendan lo que cambió. Así que se está manejando de una manera un poco peligrosa”, apuntó González Cotto.

En ello coincidió el asesor científico de la Coalición de Sabiduría COVID-19 (COSACO), Danilo Pérez, quien indicó que la manera en que se llevó el mensaje al cambiar la forma de reportar casos, separando los casos “confirmados” de los casos “probables” dio a entender que los casos eran menores.

Hasta el 1 de julio, el Departamento de Salud había reportado 1,729 casos confirmados y 5,808 casos probables de COVID-19, con 59 muertes confirmadas y 94 muertes probables. La preocupación de los expertos en salud surge después de que el pasado martes se reportaran 55 nuevos casos confirmados, sumados a 120 probables adicionales.

Pérez destacó que el mensaje que el Estado promueve para justificar el retorno a las actividades económicas y sociales crea la impresión que la situación está bajo control. Sin embargo, las estadísticas pintan otro cuadro.

“Esos 55 confirmados (del martes) con prueba molecular, que son en San Juan, Bayamón, Carolina… en el área metro, revelan eventos de actividad pandémica. Son 55 personas que presentan riesgo inmediato en otras personas en la últimas dos semanas. En otras instancias hemos visto números así, pero terminábamos viendo que eran datos viejos. Aquí estamos hablando de que en las últimas dos semanas se están confirmando estos casos”, argumentó.

En el caso de las hospitalizaciones, que al 1 de julio sumaban 121, Pérez comentó que, de acuerdo a los datos, se han mantenido en un “plano alargado desde el 21 de mayo.

“Tampoco hablaría de un aumento. Pienso que seguimos en el mismo lugar en cuanto a las personas que se observan hospitalizadas. Sería importante que ofrezcan más luz con los casos que entran y salen. Solo vemos cuántos hospitalizados, pero no desde el punto de vista de nuevos casos hospitalizados, quiénes entran y quiénes salen. Desde mi perspectiva, estamos en el plano alargado desde el 21 de mayo, cerca de los 100 casos”, opinó.

González Cotto, aunque coincidió, advirtió que en el caso de las hospitalizaciones hay que mantenerse atento a los casos que pudieran reportarse abruptamente, porque el tiempo y las condiciones que provocan una hospitalización varían.

“No todas las personas que son positivas requieren hospitalización y las personas que la requieran, no la necesitan al momento de contagiarse. Puede haber rezago ahí también. Eso es algo que es bien cambiante. Puede ser que un paciente lo requiera al cuarto o quinto día, como puede ser que otro que está manejando los síntomas en casa, no requiera hospitalización hasta la segunda semana en que se enferma. Así que no es algo lineal. En ese sentido, tenemos que mirar esas estadísticas y, esa alza sí nos debe preocupar porque el crecimiento no es lineal sino exponencial”, detalló.

Ambos expertos consideraron que las nuevas medidas de control que se implementarán para entrar a Puerto Rico por los aeropuertos desde el 15 de julio son fundamentales, ya que, al requerirse una prueba, los pasajeros pueden considerarlo dos veces antes de viajar, o hacer una entrada segura al país. Sin embargo, cuestionaron la efectividad de la cuarentena.

Ante el repunte de casos de COVID-19 en Estados Unidos, ayer la gobernadora Wanda Vázquez Garced anunció las nuevas normas que deben seguir las personas que quieren visitar la Isla. En caso de que un pasajero no se haya realizado la prueba para detectar el coronavirus, tendrá que guardar una cuarentena obligatoria de 14 días y realizarse una prueba molecular del virus en algún laboratorio del país.

“Lo que nos preocupa es que se tenga la infraestructura o el recurso humano para manejar esta estrategia. El requerimiento de prueba molecular negativa es excelente porque para alguien que planifique viajar puede ser disuasivo para no hacer el viaje. En el caso de que se va a permitir que entre el pasajero y exigir una cuarentena, eso va a requerir recursos humanos que Puerto Rico ha dejado ver que no tiene”, concluyó González Cotto.