Detección de brotes demuestra avance en manejo del COVID-19, pero persisten las lagunas
El Departamento de Salud ha mejorado la detección y rastreo de casos, pero expertos alertan a que no se debe asumir que se trata solo de contagios causados por viajeros.
Cuatro municipios de Puerto Rico han reportado brotes de coronavirus COVID-19 en menos de una semana y a solo días de entrar en vigor la apertura más abarcadora de la economía, que incluye gimnasios, barras, cines, barberías, playas y parques públicos, flexibilización avalada por la gobernadora Wanda Vázquez Garced y el Departamento de Salud.
Los brotes municipales —hasta ahora en Ciales, Canóvanas, Guayanilla y San Germán— han sido atados a la aglomeración de personas en fiestas familiares y al contacto con personas provenientes de los Estados Unidos. Debido a esta situación, alcaldes y otros funcionarios han solicitado mayores restricciones en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, donde la Guardia Nacional realiza cernimientos voluntarios a quienes llegan a la Isla.
La detección de los casos apunta a un avance en el manejo de casos desde Salud y de los investigadores municipales, ya que han identificado brotes de forma relativamente temprana y eficiente.
No obstante, levanta varias interrogantes sobre el cómo y el cuándo de la raíz de los contagios, según expertos consultados, y qué herramientas se tienen disponibles para manejarlo.
“Estoy seguro que del 15 de marzo a hoy ocurrieron un sinnúmero de brotes. Ya casi estamos hablando de un brote diario. Pronto podemos hablar del de Carolina y así. Ahora mismo no sabemos si antes habían tres o cuatro brotes diarios. Eso es gracias a que el sistema ahora mismo está listo y tenemos personas que siguen los datos de manera independiente”, afirmó Danilo Pérez Rivera, integrante del grupo de científicos de la Coalición de Sabiduría COVID-19 de Puerto Rico.
Aunque reconoció la leve mejoría en la identificación de casos y en el rastreo de contactos para registrar los casos de contagio múltiple, reiteró que la inexistencia de un sistema de detección robustecido desde el inicio de la pandemia continúa provocando vacíos en los datos.
En Guayanilla, se informó que una fiesta familiar con viajeros provenientes de Filadelfia registró a nueve personas con COVID-19 y a otras 26 bajo aislamiento social a raíz del rastreo de contactos y la espera de resultados de las pruebas. El municipio lo identificó a través de su Programa de Monitoreo y Coordinación de Servicios para COVID-19.
Por los pasados días, varias jurisdicciones de los Estados Unidos, como Florida, Texas y Arizona, han registrado un aumento récord en casos de COVID-19, según la Universidad de John Hopkins.
Florida —uno de los estados en donde reside la mayor cantidad de puertorriqueños— “tiene todas las características para convertirse en el próximo gran epicentro de la transmisión del coronavirus”, de acuerdo a las proyecciones científicas del Hospital del Niño de Filadelfia y la Universidad de Pensilvania, estudio citado por la cadena CNN.
Sobre los casos en Florida, Texas y Arizona, expertos han aludido a que ninguno de los tres salió de la primera “ola” de casos de COVID-19, situación similar a la de Puerto Rico.
“Es difícil ponerle fecha de cierre a la primera ola. Sí hubo un pico, sí hubo reducción de hospitalizados, pero estamos en una cola que se está prolongando”, señaló Pérez Rivera, también asesor científico y auxiliar de investigaciones del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
Ayer, Salud reportó 1,550 casos confirmados de COVID-19 en la Isla, un aumento de diez casos desde el día anterior, para un total de 5,135 casos probables y 149 muertes.
“Todavía no tenemos la preocupación de que esto sea un ‘outbreak’ [brote] que vaya a estallar a nivel insular. Ninguno de estos ‘outbreaks’ [brotes] se ha conectado entre ellos. Sería preocupante que uno de los casos de Canóvanas fuera el causante de los casos de Carolina. Eso generaría preocupación y olas en Puerto Rico. Aquí, el ‘contact tracing’ es rey”, afirmó Pérez Rivera.
Los casos de San Germán y Ciales también involucran fiestas familiares.
Al preguntar por el brote en ese municipio, Salud contestó a NotiCel que “el Departamento de Salud consultó con la división legal sobre la posibilidad de solicitar directamente hacerse pruebas a personas que pudiesen ser portadores de contagio y poner vidas en riesgo. A raíz de dicha consulta, se le solicitó a las personas Involucradas en la situación de contagio en Ciales a hacerse las pruebas, quienes accedieron a hacerse la misma, tras la orientación del Departamento de Salud sobre los posibles escenarios, en caso de declinar”.
“Todos accedieron a hacerse la prueba y dicha situación está bajo seguimiento de nuestro equipo de Epidemiología e investigación. Es importante destacar que cualquier persona que viole la Orden Ejecutiva establecida por la Gobernadora, se expone a multas. Y somos firmes en hacer cumplir dicha orden”, continuó la agencia.
No todo es por los vuelos
En conferencia de prensa ayer, la Gobernadora adelantó que la nueva Orden Ejecutiva —que entraría en vigor el 1 de julio, es decir, dentro de siete días— le requerirá a los viajeros que certifiquen que no tienen el virus a través una prueba molecular negativa. De no tenerla, deberán someterse al procedimiento al llegar al aeropuerto.
A preguntas sobre la legalidad de esa exigencia, Vázquez Garced señaló que sería bajo la Orden Ejecutiva y bajo el liderato de Salud.
El contacto con personas del exterior ha sido una de las alegadas causas de los brotes, según la alcaldesa de Canóvanas, Lornna Soto Villanueva.
Junto al secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, la alcaldesa hizo hincapié el pasado lunes sobre la importancia del proceso de pruebas de COVID-19 en el aeropuerto.
A diario, se ha registrado un flujo de vuelos constantes desde distintas jurisdicciones, como Florida (Orlando, Tampa, Fort Lauderdale y Miami), San Thomas, Nueva York, Filadelfia, Boston y Chicago, entre otros.
A finales de marzo, la empresa administradora del aeropuerto Aerostar Airport Holdings confirmó la caída de cerca de un 85 por ciento en las llegadas a la Isla. Sin embargo, los números parecen estar en aumento nuevamente.
“Es curioso que aunque se están identificando brotes de personas que han venido de Estados Unidos, cuando se sabe que en Puerto Rico el COVID-19 está circulando. En mi opinión, es mucho más fácil recordar una persona que vino de Estados Unidos, versus recordad cuando se hizo una actividad diferente, como ir al supermercado y esas actividades pueden causar brotes, aunque no sean tan memorables”, argumentó la doctora Marieli González Cotto, bióloga celular y molecular.
Para González Cotto, la existencia de estos contagios múltiples no es sorprendente, ya que era de esperarse con la apertura de más sectores económicos y con el repunte mundial de casos. Sin embargo, subrayó que su preocupación mayor yace en que puedan haber otros brotes que no tengan que ver con personas que viajan.
“Estos nuevos brotes demuestran que se ha mejorado o se va en la dirección correcta por los sistemas de rastreo que se están montando. En ese sentido es un reflejo que aunque hay sistemas en pañales, se pueden montar y son testimonio de que estos sistemas son necesarios”, expresó González Cotto.
El 23 de marzo, aproximadamente una semana después del inicio del toque de queda en Puerto Rico, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) aprobó la solicitud de la Gobernadora para que fuera el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín el que recibiera todos los vuelos internacionales, pues es allí donde la Guardia Nacional mantiene su operativo de cernimiento voluntario de pasajeros.
En declaraciones escritas, la FAA confirmó a NotiCel que ese permiso continúa vigente, lo que ayuda en el control y flujo de pasajeros. No obstante, la agencia federal denegó el pedido de Vázquez Garced de prohibir vuelos de las zonas consideradas como "hot spots" por la alta prevalencia de casos de COVID-19, petición tramitada el 7 de abril y la última comunicación entre la agencia federal y el Gobierno de Puerto Rico.
Este acercamiento se asemeja al tratamiento que dio Salud a inicios de la pandemia, en ese entonces liderado por el doctor Rafael Rodríguez Mercado y la epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, quienes apuntaron a que Puerto Rico estaba a salvo del COVID-19 solo porque no habían vuelos directos desde y hacia China e Italia, donde se registró la mayor cantidad de casos al inicio de la pandemia.