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La invención podría usarse en pacientes con COVID-19.
Ante los pronósticos sombríos del coronavirus, un grupo de estudiantes y profesores del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, diseñó un prototipo de ventilador de emergencia, que podría usarse para pacientes enfermos con COVID-19, en el caso de que el sistema de salud no contara con los ventiladores comerciales necesarios para suplir la demanda.
El doctor Eduardo J. Juan García, director ejecutivo del Programa de Bioingeniería lideró el equipo de trabajo compuesto por los alumnos Sergio Ruiz Vega y Esteban Juan Torres, del Departamento de Ingeniería Mecánica; Miguel Ortiz López y Luis Báez Robles, de Ingeniería Eléctrica; el estudiante Jorge Castro Torres, del Programa Graduado en Bioingeniería; el doctor Roberto L. Bayrón Vélez, anestesiólogo del Hospital Bella Vista; y el ingeniero Américo Rodríguez Vivaldi, presidente de Met-Pro Inc.
Bayrón Vélez fue el asesor clínico del proyecto, mientras que Rodríguez Vivaldi donó y construyó los componentes mecánicos del prototipo de ventilador.
“Existe una preocupación genuina de que podamos tener un gran número de personas contagiadas con COVID-19 que requieran ventilación artificial, y que no existan suficientes ventiladores comerciales para atender la demanda. De manera que diseñamos un equipo que cumple con los requisitos clínicos, de bajo costo, fácil de manufacturar y lo suficientemente robusto para operar dos semanas consecutivas. Este dispositivo es para ser utilizado solamente como último recurso en casos de emergencia extrema”, explicó Juan García, quien también es catedrático del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Computadoras.
Detalló que el respirador consiste de un sistema electromecánico para comprimir un ventilador manual conocido como “Ambu Bag”, que utiliza una bolsa autoinflable.
“Hay más “Ambu Bags” disponibles en los hospitales que ventiladores. El sistema consiste de un motor eléctrico conectado a un mecanismo que convierte un movimiento rotacional continuo a un desplazamiento angular definido. El mecanismo, entonces, permite comprimir el Ambu Bag. Mientras, el volumen de aire que expulsa el ventilador manual cada vez que se comprime, se ajusta moviendo la base donde se coloca el ‘Ambu Bag’”, explicó.
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Debido a las limitaciones físicas que impone el COVID-19, el grupo trabajó de manera remota la creación del concepto. Los estudiantes Ruiz Vega y Juan Torres trabajaron el diseño mecánico. El resto del equipo desarrolló el componente eléctrico. Luego, el ingeniero Rodríguez Vivaldi manufacturó las piezas. El prototipo finalmente se ensambló en la residencia del doctor Juan García.
“El objetivo de este diseño es salvar vidas. Hemos creado un concepto que se podría manufacturar con facilidad, en el caso de que sea necesario. Como Universidad, para nosotros es muy importante poder aportar soluciones para los retos que enfrenta la sociedad, en este caso, una pandemia que tristemente ha tomado muchas vidas. Reconocemos la aportación de nuestros socios estratégicos en la industria y en el sector de salud que también nos han apoyado en esta misión de contribuir en este momento de emergencia”, puntualizó Juan García, quien también dirige el Programa Graduado de Bioingeniería de la institución.
El anuncio ocurre en momentos en que el “Task Force” médico creado por la gobernadora Wanda Vázquez Garced para ayudar a elaborar la estrategia para combatir la pandemia reconoció que existe un déficit de ventiladores para atender a los infectados con el peligroso virus. Esa falta de equipo vital, según el coordinador del “Task Force” Segundo Rodríguez, podría provocar muertes de dispararse el número de contagiados como ocurrió en Estados Unidos, España e Italia. El grupo asesor calculó que en la isla hay 500 ventiladores, pero estimó que se necesitarán unos 3,000.
Hasta ayer, el Departamento de Salud había reportado 60 muertes por coronavirus y 1,118 casos de personas infectadas en su conteo diario.
Las autoridades sanitarias reportaron el primer caso sospechoso de coronavirus el pasado 8 mayo. Inicialmente estimaron que el pico de los contagios por COVID-19 ocurriría a finales de abril o inicios de mayo, pero esta semana revisaron el pronóstico, calculando que la cresta se sentirá a principios de junio.
La UPR ante la crisis
El presidente de la UPR, Jorge Haddock Acevedo, destacó la importancia del trabajo que realiza la academia y la comunidad científica, identificando soluciones efectivas para enfrentar las consecuencias del COVID-19, al tiempo que se busca una solución a la pandemia que a nivel global ha causado casi 161,000 muertes.
“En el contexto histórico que atravesamos apostamos a la sinergia que genera el trabajo en equipo para servir y suplir, desde la academia, una necesidad que enfrenta Puerto Rico y el mundo. En la comunidad universitaria estamos confiados en que las capacidades, talentos, aptitudes, conocimientos y experiencia de nuestra facultad y estudiantes, en unión a la clase médica de primera que labora en Puerto Rico podremos desarrollar soluciones para mitigar necesidades particulares, como es el caso de los ventiladores. Apostamos a su trabajo e impacto global. Agradezco al doctor Juan García, a sus estudiantes, y a los aliados en este proyecto por darnos esperanzas y fomentar la innovación desde el principal centro docente de Puerto Rico”, afirmó Haddock Acevedo.
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El doctor Agustín Rullán Toro, rector del Recinto de Mayaguez, también agradeció el esfuerzo del equipo capitaneado por el doctor Juan García.
“Nos sentimos honrados porque nuestra institución alberga mentes talentosas que se han conmovido para poner sus ideas e intelecto al servicio de nuestro país. Nuestros profesores, estudiantes, egresados, y aliados del Colegio de Mayagüez han dicho presente para combatir de diferentes formas los efectos de esta pandemia. Agradecemos su gran compromiso que, una vez más, coloca a la UPR al servicio de la comunidad”, resaltó Rullán Toro.
Precisamente, a principios de este mes, Rullán Toro anunció la creación del Centro de Respuesta Técnica e Innovación (UPRM Technical Response and Innovation Center), cuya misión es facilitar la atención y gestión administrativa, de manera expedita, de cualquier propuesta que surja en la comunidad universitaria para aportar en el manejo de la crisis de salud mundial provocada por la pandemia del coronavirus (COVID-19).
Otras iniciativas
Un ingeniero en Caguas, Félix Rivera inventó un ventilador parecido que bautizó “Ventilador Criollo Sopla Bairoa”, según el vídeo que colgó en YouTube.
También durante la emergencia de salud pública, que llevó a la Gobernadora a decretar una cuarentena e imponer un toque de queda hasta el 3 mayo, destilerías como Bacardí y Serrallés han transformado su producción para colaborar en la crisis. Bacardí, por ejemplo, suministra el etanol necesario para producir los desinfectantes para manos, mientras que Serrallés produce alcohol etílico para los hospitales.