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Distanciamiento social: la lección para el COVID-19 de la Gripe del 1918

Han comparado ambos.

El continuo ascenso de contagiados con el coronavirus en el mundo, la inexistencia de una vacuna y la ausencia de ejemplos similares de actualidad para moldear una respuesta de emergencia, mantiene a los gobiernos en vilo y a los expertos retrocediendo en la historia para identificar lecciones aprendidas o por aprender de pandemias pasadas.

El referente más utilizado a la par con el coronavirus, o COVID-19, es el de la Gripe del 1918, también conocida como el “Spanish Flu”, que causó la muerte de más de 50 millones de personas a nivel mundial. Entre ellos, más de 450,000 en los Estados Unidos.

En los textos académicos y periodísticos que revisan la experiencia de la Gripe del ’18, resaltan la importancia del distanciamiento social, el cual se ha visto entorpecido en la Isla por el alto volumen de personas en supermercados y empleadores que ignoran las disposiciones de la Orden Ejecutiva sobre empleos que continúan sus labores, entre otras.

El ejemplo más repetido es la comparativa entre las ciudades de Filadelfia y St. Louis. En septiembre de 1918, Filadelfia fue anfitriona de una parada que agrupó a unas 200,000 personas en una calle, pese a las advertencias sobre la influenza que había alcanzado a los soldados que se preparaban para la Primera Guerra Mundial.

Al cabo de 72 horas después del evento, según Smithsonian Magazine, todas las camas de los 31 hospitales de Filadelfia estaban llenas. Al finalizar la primera semana de octubre, 2,600 personas habían fallecido a causa de la influenza o complicaciones de salud asociadas a este virus. Una semana después, el número ascendió a 4,500 personas. Los reportes indican que cuando se decidió cerrar la ciudad, ya era demasiado tarde.

Sin embargo, la historia fue distinta en St. Louis, ubicada a 900 millas de distancia de Filadelfia. Al detectar sus primeros casos de civiles con este virus, el gobierno decidió clausurar escuelas, parques, iglesias y todo lugar que pudiera agrupar a más de 20 personas.

Las decisiones rindieron frutos, no tanto así para evitar las muertes, pero para disminuirlas. Los fallecimientos per capita en St. Louis, de acuerdo a las estadísticas, fueron menos de la mitad que las vistas en Filadelfia.

No obstante, otros textos apuntan a que la implementación del distanciamiento social no debe ser una medida draconiana, pues debe llegar acompañada de la administración de pruebas diarias y libres de costo y la flexibilización de las condiciones de trabajo, además de las medidas de higiene recomendadas por los expertos de la salud.

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Puerto Rico no estuvo exento de esta pandemia, una que —similar al presente— coincidió con el impacto de un terremoto de gran magnitud, San Fermín. En enero, mientras el COVID-19 comenzaba a esparcirse por el globo, en la Isla se registró un terremoto de magnitud 6.4 que dejó a miles sin hogar o con miedo a regresar a sus viviendas.

Ambas, el “Spanish Flu” y el COVID-19, llegaron a Puerto Rico en el contexto de una marcada conglomeración de personas en un mismo lugar, pues en ese entonces la recién cimentada relación política con Estados Unidos y los conflictos bélicos de ese tiempo mantuvieron un flujo constante de personas en la Isla.

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En la actualidad, el primer caso positivo de coronavirus y la primera muerte correspondió a una turista italiana que estaba de crucero por la Isla, cuyos pasajeros se bajaron y pasearon por el Viejo San Juan y Río Grande. Otro evento en el que se registró un caso de positivo a COVID-19 lo fue el Día Nacional de la Zalsa, actividad a la que asistieron entre 25,000 y 30,000 personas y para la que posteriormente se recomendó el aislamiento preventivo de quienes estuvieron en las filas VIP, frente a la tarima y sentadas entre las filas K a la O.

La insistencia sobre el distanciamiento social fue recalcada por el doctor Segundo Rodríguez Quilichini, decano del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y director del “task force médico” del gobierno, y por la gobernadora, Wanda Vázquez Garced, durante una transmisión en vivo desde La Fortaleza.

Hasta el lunes en la mañana, se habían registrado 31 casos positivos de COVID-19 en la Isla, pero según Rodríguez Quilichini, “tenemos que asumir que hay muchas más contagiadas”.

Periodista que cubre temas de gobierno, tribunales y política. También le interesan los deportes, las películas y la música. Es exalumna de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.