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Ivelissa Ríos llora de alegría al hablar de su pasado con el alcohol

Este fenómeno de las redes sociales habló sin tapujos de una vida que la mantuvo en miseria personal y en vergüenza. Y de cómo lo venció.

Ivelissa Ríos en entrevista con El Push de la Mañana, edición estelar
Foto: Luis Alberto Lopez

Ivelissa Ríos Burgos se crió en el Barrio Idilio de Corozal, estudió en el colegio del pueblo y tuvo una niñez maravillosa junto sus hermanos. Su madre era una trabajadora de la Playtex y su padre era químico. Lo tuvo todo.

De ahí que al sol de hoy se le haga casi imposible detectar qué pasó en su interior que permitió que deteriora su esencia, al punto de dejarse de amar y caer presa de las sensaciones más dolorosas de vicio del cigarrillo y el alcohol.

Estudió Administración de Empresas en la Universidad del Sagrado Corazón y luego Enfermería, cuando se mudó a Orlando, Florida. Ivelissa era la enfermera de un prestigioso cardiólogo y como parte de su trabajo orientaba a los pacientes sobre la necesidad de tener patrones saludables que extendieran su vida. Mientras, la de ella iba en puro detrimento.

Fumaba y bebía hasta perder el control. Y un día, esta mujer de apenas 5 pies de estatura y 185 libras entonces, llegó hinchada al trabajo y una de las doctoras le dijo que quería trabajar "con su hinchazón". Fue esa la excusa para comenzar a trabajar con su abuso del alcohol. Si ella lo hubiera visto de ese modo, quizás no habría accedido, no solo por su amor al alcohol sino porque lo hubiera visto como una instrucción imposible de seguir.

Pasaron tres semanas sin tomar, porque estaba en medicamentos y notó que había perdido 15 libras. Ahí comenzó el proceso de hacer una pausa temporera en el alcohol en un proyecto permanente.

Siempre supo que tenía un problema. Simplemente no lo quería atender. Esta mujer, que es alma de la fiesta con o sin alcohol, bebía tanto que a veces se levantaba orinada, o no se podía levantar. Avergonzó a su marido, a sus amigos y a sus hijos en más de una ocasión. Y en todas les pedía perdón. Para volverlo a hacer luego.

Llegó a ir a varias reuniones de Alcohólicos Anónimos. Y en más de una ocasión salía de ahí a darse un palo. No estaba preparada.

Ese ciclo finalizó el 2 de junio del 2020 en plena pandemia. Con la misma pasión que le había metido a hacerse daño, le metió al proceso de salir de sus demonios. Y sabía que podía hacerlo porque una vez toma una decisión, no hay vuelta atrás. Aún reconoce que el proceso es "un día a la vez", y llora cuando recuerda las veces que tuvo que pedir perdón y la tranquilidad que ahora tiene. Son lágrimas de alegría porque ni ella misma sabía lo infeliz que era.

Nunca tuvo problemas con la ley pero llegó a poner la vida en peligro manejando contra el tránsito. Una vez, en Corozal, un policía la llevó a la casa en la madrugada al encontrarla manejando sumamente ebria.

El alcohol puso en peligro su matrimonio y al menos dos de sus hijos, sobretodo la mayor, experimentaron gran dolor por ello. La perdonaron y con esa respuesta su rostro resplandece.

Con el abandono del alcohol, llegó el abandono del cigarrillo- porque una cosa siempre la llevaba a la otra. Y también llegó una pérdida de peso de 60 libras, más energía y más belleza.

También llegó la pausa en su carrera como enfermera. Haciendo lives de consejos en redes sociales en sus horas de almuerzo su audiencia se disparó de forma orgánica y llegó con un segmento en la televisión, en La Noche es Nuestra, de MegaTV, por invitación del productor Waldo Díaz. Y ahí no paró más. Las redes le tomaron todo el tiempo y comenzó a monetizar sobre ello. Atrás quedó la enfermería.

Su página ivelissariendoycomiendo lo mismo te presenta una receta que un consejo sobre la vida, una reflexión, o un chiste-consejo. No es que dejó el alcohol y ahora se cree sabia. Tiene sus momentos y se equivoca. Pero en la sobriedad encontró claridad. Y es tan evidente en esa luz que rodea su espíritu.

No hay vuelta atrás. La platanera no cambia por nada su nueva felicidad.

Vea la entrevista aquí:

Egresada de la Universidad de Puerto Rico. Periodista con 23 años de experiencia en los medios de comunicación. Mamá de Manu, portavoz de la adopción de niños grandes y creadora de #primerizayqué