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Alejandro Gil: Un emprendedor crítico que le teme a la muerte y a que Puerto Rico sea vea pilla'o

El comediante y empresario habló con El Push de la Mañana, edición estelar, donde hizo revelaciones sobre sus preocupaciones y sus ambiciones empresariales.

Entrevista al comediante y presentador Alejandro Gil en El Push de la Mañana, edición estelar
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Gil no es su apellido. Es su segundo nombre.

Alejandro Gil Santiago Aguayo, de 34 años, criado y residente de Dorado, es hijo del nadador y excoach Panamericano, el arquitecto Carlos “Tato” Santiago y de Lorraine Aguayo, una secretaria que optó luego por el hogar y de quien el comediante y empresario heredó ser “jodón”. De su padre no heredó necesariamente las aptitudes ni disciplina deportivas- de hecho, se quedó dormido un día que debía presentarse en un tríalo para el que había entrenado casi dos meses-, pero sí heredó la actitud hacia los riesgos.

Alejandro es un tipo sonriente y vacilador y no es un personaje. Es su carácter real que se transmite en sus personajes y en su trabajo, pero que dejan corta la realidad de quién es en su totalidad.

Llegó puntual a la cita con El Push de la Mañana, edición estelar; hizo un story de la mesa de recibimiento con mimosas y charcuterie y toleró con humildad una espera del equipo técnico que se encontraba atrapado en la cobertura noticiosa del día.

Hermano de Lorraine, dos años menor que él, Alejandro era el típico niño de la escuela que hacía maldades pero nunca lo cogían. Tiraba la piedra, escondía la mano, y transformaba las controversias como humor. Era estudiante de A y B pero las ciencias y las matemáticas no eran sus amigos.

La vena estaba en la creación. Por eso se decidió por el mundo de la Publicidad y las Relaciones Públicas, que cursó en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Es un orgulloso “copuqueño”- como se le conoce a los estudiantes de la antigua Escuela de Comunicación Pública. Tomó el requerido curso de Periodismo pero la rigurosidad en la redacción no era lo suyo.

Era la Publicidad su objetivo claro, al menos académicamente. Ya trabajaba como DJ, y ya había hecho sus pininos en el mundo de su verdadera pasión: el standup comedy. Y así llegó un domingo en la noche, a Niuyorrican Café, y le pidió al dueño que le permitiera hacer un show. Le dieron fecha para un mes, con una presentación de tres minutos. El pidió diez minutos y ese día llenó el lugar hasta con sus abuelos y maestros de escuela.

Luego se fue a Samplers y ahí ya no era un intento. Ahí ya le pagaban y seguía llenando funciones, pero no desistió de terminar su carrera. La finalizó ya teniendo su show montado y con una casa de producción.

Un día su padre le mostró un anuncio de periódico en la que se hablaba de una competencia promovida por el productor y comediante Sunshine Logroño, para ser parte de Club Sunshine. Y fue. Francis Rosa, el también comediante y presentador ahora en Teleonce, era parte del jurado. Y junto a artistas como Marian Pabón y Albert Rodríguez, tuvieron que elegir entre estos dos talentos: Alejandro y Danilo Beauchamp, hoy su pana y colega.

Alejandro ganó la competencia, según dice entre risas, “por buena gente” porque el actor era Danilo. Pero lo dos fueron seleccionados y ahí inició su relación con Producciones Sanco, de Sunshine Logroño y Gilda Santini. Sobre la controversia entre Francis con Sanco, recomienda que cada cual siga su camino porque la imagen y la marca de la productora se está afectando. Y para muchos ha significado un capítulo doloroso que toca a compañeros queridos.

Los cambios en WapaTV terminaron con Club Sunshine y él se fue a la radio, a La Perrera de SalSoul. Estaba duro el horario pero lo asumió por casi cuatro años, hasta que renunció. Su renuncia se dio tres meses antes de decretada la pandemia. Y ahí comenzó con sus show y sus blogs en línea. Llegó a aburrirse y por causa de la pandemia, ahora odia el Zoom.

Pero llegó el show de los HP, en Mega TV, y la participación en El Reguero de la 94, ambos con Danilo Beauchamp. Al fin llegaba a su target. Es a la gente de entre 18 y 47 años que le habla.

Alejandro, el gerontólogo y empresario

Alejandro, no obstante, tiene una historia personal entrelazada con su vida profesional, que es digna de admirar.

Junto a su familia, fue cuidador de sus abuelos, tres de los cuales terminaron encamados y sufriendo enfermedades como cáncer y alzheimer. Nunca encontraron un hogar de cuidado de envejecientes que estuviera a la altura de lo que querían para ellos. Así que, además de cuidarlos, Alejandro regresó a la universidad y se certificó en Gerontología y Gerencia de Gerontología.

La idea era montar un hogar a la altura de lo que quería para sus abuelos con costos más accesibles. Logró que le aprobaran medio millón de dólares para ello, pero el negocio se cayó por problemas de permisología. Resiente y le revienta que hayan tantos obstáculos para echar pa’lante proyectos de emprendedores como él. También tiene aguantado un proyecto de vivienda en espera de los permisos.

Dice que le da miedo esa cultura de poner obstáculos al crecimiento y al progreso empresarial. Aunque él se ha manejado muy bien en otros proyectos, como su casa productora y Casita Guavate, un restaurante con esencia de chinchorro que mantiene junto a un socio en Cayey. Ahí ha visto cómo todo va en desmedido aumento: la luz, los alimentos, todo. Y se pregunta a veces cuántos podrán seguir adelante. Le preocupa “que nos quedemos pilla'os como país”.

Admite que la muerte, la idea de ella, le provoca mucha ansiedad, pero se le abren los ojitos achinados cuando se le habla de su compañera- Juliet- con quien vive desde 2008- y cuando habla sobre posibilidad de hijos. Hasta en eso tiene un timeline. En dos años quiere ser padre, con quien es su amiga, su esposa y su mano derecha.

Le gustaría que su hijo crezca en un país, en que además del apoyo de sus padres, las ganas y la materia gris, sea fácil emprender.

El hogar de envejecientes también va. Ese sueño provocado por sus abuelos, sólo está en hold y esta vez la burocracia no lo detendrá.

Vea la entrevista completa con El Push de la Mañana, aquí:

Egresada de la Universidad de Puerto Rico. Periodista con 23 años de experiencia en los medios de comunicación. Mamá de Manu, portavoz de la adopción de niños grandes y creadora de #primerizayqué