Sentenciado '787' a 62 años de cárcel por muertes en El Prado
Previo a ser sentenciado a 62 años de prisión, Jonathan Soto Bonilla, mejor conocido como '787', pidió perdón a los familiares de las víctimas que atropelló y murieron en el pavimento al lado del residencial El Prado, de Río Piedras, el 1 de febrero de 2013.
Soto Bonilla usó su turno de alocución en corte abierta para expresar su sincero arrepentimiento y lloró mientras lo hizo.
'Quiero pedirle perdón a los familiares de las víctimas, a mi familia que me perdonen y le pido perdón a Dios, gracias su señoría', indicó el joven de 22 años previo a que el juez superior de San Juan, Harry Massanet, le dictara su sentencia.
El magistrado envió un enérgico mensaje al convicto, quien es padre de cuatro hijos.
'Para estos cuatro ángeles no hay mañana… usted tiene cuatro hijos, los va a poder abrazar y besar, pero esa familia ya no podrá besar y abrazar a sus hijos… viendo lo que sucedió, usted se marchó, lo menos que debió hacer fue pararse y socorrer a esas víctimas porque eso es tener sensibilidad humana', señaló el juez, quien le recordó que él era vecino del residencial El Prado y hasta tenía amigos allí por ser residente de Sellés.
Antes de que su cliente fuera sentenciado, el abogado de Soto Bonilla, Federico López, argumentó sin éxito que el joven debía ser sentenciado a una pena concurrente porque fue procesado bajo el Código Penal de 2012 que establece que cuando se trata de un solo incidente en los que se cometen varios delitos, el que establece la pena mayor absorbe el resto.
No obstante, el juez Massanet basó su sentencia en un caso similar resuelto por el Tribunal de Apelaciones, que no fue llevado ante el Tribunal Supremo, en el que se estableció que el concurso de delitos no aplica cuando hay múltiples víctimas.
El caso citado por el magistrado fue el de los ocho confinados que murieron luego que un chofer de la Administración de Corrección y Rehabilitación cruzó un área inundada en Arecibo y un golpe de agua arrastró el vehículo oficial hasta una quebrada.
Fuera de sala, la abuela de los menores fallecidos, Jazmín Silva, se expresó complacida con el fin del proceso judicial.
'Satisfecha con que haya terminado el caso. Es muy doloroso porque somos dos familias las cuales quedamos sufriendo, una la de nosotros y la otra parte, pues la del muchacho', dijo compungida.
Sobre los 62 años de prisión impuestos a Soto Bonilla, sostuvo: 'No hay sentencia, no hay cantidad que sea justa para mí'.
Las fiscales del caso, Jimara Gabriel Maisonet y Lissette Sánchez Vázquez, se expresaron complacidas porque entienden que se les hizo justicia a todas las víctimas.
'Es agridulce. Nadie quiere que una persona tan joven esté tanto tiempo presa, pero, a la misma vez, se destruyó una familia, y cada víctima cuenta', afirmó Gabriel Maisonet.
'El juez sentenció conforme a derecho y eso es una situación que cada vez que una persona que comete esa conducta, se expone a eso', agregó Sánchez Vázquez.
El licenciado López dijo que su cliente es quien tiene que decidir si apela la sentencia.
'Este es un caso bien lamentable, aquí las víctimas no van a regresar, es bien triste lo que sucedió y se ha perdido otra vida. Este joven tiene niños, tiene cuatro hijos. El principio del Código Penal es la rehabilitación. 62 años no rehabilitan a nadie, pero acatamos al decisión del tribunal, la respetamos y vamos a evaluar si hay una posibilidad de apelación', dijo López a su salida de la sala.
'Yo espero que de esto salga un puente para esa área porque eso es lo más importante en este momento, que esto no se vuelva a repetir', destacó el abogado, quien no cobró por la representación legal que ofreció al joven.
López sostuvo que su cliente lloró en sala porque 'siempre ha estado arrepentido por lo que sucedió'.