Irregular la inspección en la escena de Carmen Paredes
La escena donde se encontró el cuerpo de Carmen Paredes Cintrón, asesinada el 14 de julio de 2012, no se trabajó como se debía, de acuerdo al testimonio de la investigadora forense, Giselle Rivera Cintrón.
La empleada del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) testificó en la sala 706 del Tribunal de Bayamón que en el lugar hubo mucho público, lo que atrasó la investigación de la escena.
'Allí habían agentes federales, estatales … muchísima gente', manifestó la mujer con 16 años de experiencia frente a una sala llena a capacidad, presidida por el juez José Ramírez Lluch.
Sobre el padre de Pablo Casellas, Salvador Casellas, la testigo indicó que lo vio en la escena la mañana de ese sábado, día que se reportó el asesinato. 'Yo estuve presente, hasta el juez Casellas tomando café en la sala', sostuvo la investigadora provocando el asombro del público y hasta de algunos miembros del jurado.
De acuerdo a su testimonio, Rivera Cintrón denunció que hubo irregularidades en el levantamiento de prueba, por lo que solicitó al ICF que se tomaran las medidas correctivas. Eventualmente, el fiscal Miguel Soto Pastrana, de la Oficina del Fiscal General del Departamento de Justicia, le pidió que enmendara el informe que preparó.
Los cambios que Soto Pastrana solicitó era que cambiara la palabra 'reguero' por desorden, que ampliara la escena y la hiciera a escala. Esa solicitud fue denegada por la investigadora.
En la casa de Casellas, las autoridades ocuparon sobre 30 armas de su oficina y casquillos de balas. Las armas incluían rifles y pistolas de distintos calibres. Aunque inicialmente se había anunciado que eran 27 armas, la testigo aseguró fueron más.
Sobre la evidencia que se levantó en la escena, Rivera Cintrón señaló que no se le tomó muestras de ADN al vaso ni a las perillas de las puertas, pues no lo consideraban analítico. 'Eso no era lo que estábamos buscando', agregó.
Tras su testimonio, que duró hasta las 5 de la tarde, el Ministerio Público, compuesto por Phoebe Isales, Janet Parra y Sergio Rubio, llamó al testigo número 24, el investigador de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Bayamón, Manuel Cabrera Maldonado.
El agente detalló que el corredor de seguros le especificó lo que había hecho la mañana del asesinato en la Urbanización Tierra Alta III, en Guaynabo.
Según su testimonio, Casellas Toro salió temprano en la mañana para 'dispararle a una paloma y comérsela'. Este comentario causó risas entre el público, provocando así la desaprobación del juez quien llamó al orden.
'Me dijo que vio a un hombre alto, de unos 5'10' de estatura, trigueño, con camisa blanca, pantalón azul y tennis negras. Que vio a su esposa muerta en la terraza y le disparó dos veces', explicó. A pesar de su descripción, el acusado no le ofreció los rasgos del hombre.
A preguntas de Rubio, el testigo indicó que Casellas no persiguió al individuo porque estaba descalzo y en el suelo habían serpentinas que podrían causarle heridas.
En el octavo día de desfile de prueba, ya han pasado 24 testigos que han ofrecido distintas versiones sobre el supuesto 'carjacking' que Casellas sufrió en junio de 2012.
Ramírez Lluch ordenó recesar hasta el martes, 7 de enero a las 10 de la mañana, pues la próxima semana las partes se reunirán en privado para discutir si sentarán más testigos.
Presentan imágenes del cuerpo de la víctima
Carmen ParedesCintrónestaba vestida al momento de su muerte con una bata blanca con símbolos azules, sandaliasplateadas, sus uñas pintadas color rojo y una pulsera del mismo color en la mano izquierda. Su cuerpo reposaba sobre la silla de la terraza con la cabeza hacia atrás, una mano colgando, otrarecostadasobre su falda y las piernas cruzadas.
El proceso de este viernes comenzó con la testigo número 23 de la Fiscalía, Giselle Rivera Cintrón, quien es investigadora forense del Instituto de Ciencias Forenses (ICF).
En las imágenes presentadas en sala, la testigo identificó cómo encontró a la víctima la mañana de ese sábado. En las fotos, Paredes Cintrón tenía varios impactos de bala, sus ojos quedaron abiertos, al igual que su boca, y el área debajo de estos con color morado. Había, además, sangre en el suelo y varios casquillos de bala alrededor de la silla. Como otros testigos habían declarado, sus piernas estaban cruzadas una sobre la otra y un periódico puesto sobre la mesa.
Mientras la fiscal Janet Parra presentaba las siete imágenes en la sala, el jurado permanecía atento a las misma. Hubo personas del público que en ocasiones bajaba la cabeza para evitar mirarlas, mientras la cuñada del corredor de seguros y su hermano, Salvador Casellas, hijo, lloraron en la primera fila.
El acusado permanecía con la cabeza mirando hacia el suelo y en ocasiones la subía para mirar a la testigo. El ambiente que se percibía en la sala 706 era de tensión, aunque no duró mucho, pues Parra presentó las fotos rápido.
De acuerdo al testimonio de Rivera Cintrón, el cuerpo de la mujer presentaba 20 impactos de bala de forma preliminar. De hecho, la fiscalía presentó una diagrama en donde se percibían todas las heridas de bala en el cuerpo de Paredes. En la imagen, se destacaba el impacto en la frente y en el pecho.
En el contrainterrogatorio, el abogado que encabeza el grupo de defensa, Harry Padilla, intentó establecer que la investigadora no tenía la experiencia académica suficiente para levantar evidencia en la escena del crimen.
Rivera Cintrón detalló que vio el despacho de la oficina del hijo del juez Salvador Casellas con cajas, papeles y varios casquillos de bala, de los cuales se llevaron 63 para examinarlos.
En las fotos, se percibió el desorden que había en el cuarto y la cantidad de armas que ICF levantó como evidencia. Entre ellas, rifles y pistolas de distintos calibres.
Uno de sus abogados, Arturo Negrón García, aclaró que el arsenal de armas que Casellas tenía en su residencia era legal, pues tenía licencia para portarlas.
*Partes de este reportaje fueron publicadas a la 1:07 pm