Antes del paso del huracán María, los pescadores tiraban sus anzuelos al agua en las mañanas y esperaban retornar a tierra con lo suficiente para suplir la demanda y pagar sus cuentas. Un año despues de aquel fatídico 20 de septiembre de 2017, esa continúa siendo la rutina, salvo que en las tardes podrían estar en ruta hacia otras esquinas de la Isla para completar la pesca no lograda, a toda vez que se vieron obligados a buscar un segundo empleo para poder sustentarse.

Similar a sus compañeros en Rincón, Vieques y Cabo Rojo, los pescadores en Punta Santiago, Humacao, aún enfrentan problemas con sus embarcaciones y la falta de equipo, mientras que las condiciones del tiempo no han sido para nada óptimas desde la emergencia nacional.

'Se que ha sido cuesta arriba, se que no solamente somos nosotros, Puerto Rico entero sufrió el embate de esto. Las condiciones del tiempo aquí prácticamente no han variado, está bien mala el agua. Las embarcaciones que están aquí sin motores pasaron varios días bajo el agua. El agua es salá, a lo que uno trataba de recuperar la casa, se dañaron por la corrosión, pero si hay tres lanchas aquí corriendo ha sido mucho', detalló Antonio Torres Torres, presidente de la Asociación Pescadores Unidos de Punta Santiago.

A Torres Torres le rodeaban cerca de una docena de embarcaciones, todas averiadas frente a la costa. A solo pasos, yace el muelle de la Villa Pesquera de Punta Santiago, el cual sufrió graves daños tras el huracán y aún no ha sido arreglado.

El problema del equipo, recalcó, se debe al deterioro de los motores y el costo de arreglo, sumado a que los mecánicos con la capacidad para resolverlo tienen la agenda llena.

'Eso es lo más que hemos enfatizado nosotros, ayuda para los motores de las embarcaciones para echarlas a correr porque aunque tengan defectos, pueden echarse al agua. En el transcurso del agua se saca, se repara el chispito y luego vuelves a tirarla al agua, pero la mayoría de los pescadores se han ido para buscar cómo sobrevivir, dónde trabajar para conseguir algo para poder llevar su sustento a la casa o arreglar la casa', lamentó el pescador.En su caso, Torres Torres aún no ha podido completar los arreglos interiores de su casa que sufrió daños tras el huracán. En las noches, se desempeña como guardia de seguridad, ya que la pesca no ha recuperado su sitial y, luego del huracán, gastó $5,000 en combustible para el generador electrico de su hogar, dinero que representaba su ahorro de retiro.

La energía electrica fue restablecida en su casa el 20 de mayo del año en curso.

En cuanto a los vehículos de trabajo y de su familia, 'perdió' seis a raíz del huracán, ya sea por problemas de transmisión o motores tambien ahogados por las inundaciones.

En la pescadería donde colabora, por otro lado, se perdieron las capacidades de refrigeración que existían antes del fenómeno atmosferico. En ese tiempo había un mostrador y ocho refrigeradores, pero ahora solo funcionan dos refrigeradores a capacidad.

Durante el verano, trascendió que el Departamento de Agricultura contaba con $400,000 para asistir a los pescadores tras el huracán, cantidad que fue comenzó a ser entregada en forma de vales un día despues del primer aniversario del huracán.

'Ha sido bien lenta la recuperación de nosotros. Una que otra ayuda del lado de acá, pero bien lenta. No fue como Hugo y George, que se movió seguida; pero esto ha sido algo fuera de toda la capacidad de ser humano en cuanto a todo lo que uno podía absolver para desarrollarse de nuevo. El impacto fue demasiado, muy duro', reiteró Torres Torres.

Los vales son equivalentes a $350 y $1,000 que los pescadores podrán canjear por los materiales especializados adquiridos e importados por el Departamento de Agricultura, entre los que se encuentran alambres, bollas, caretas, tanques, chapaletas, arpones, carretes electricos, hilos y anzuelos.

El material fue entregado a 100 pescadores de la zona Este.

'Al concluir con la entrega de estos materiales en todo Puerto Rico, debemos haber impactado unos 500 pescadores, quienes contarán en adelante con herramientas nuevas para salir diariamente a las costas y traer de vuelta el producto más fresco y de mayor calidad disponible para el consumidor puertorriqueño', apuntó el secretario del Departamento de Agricultura, Carlos Flores Ortega.

Estadísticas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales afirman que en Puerto Rico hay unos 1,295 pescadores comerciales con licencia y autorizados por la agencia.

La comunidad como potencia

Además de la recien llegada ayuda gubernamental, los pescadores han recibido la mayoría de sus donaciones a traves de 'gente de afuera', según el pescador Torres Torres, quien hacía referencia a personas ajenas a la comunidad en Humacao y organizaciones sin fines de lucro, como el Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicio (P.E.C.E.S.).

Ante las dificultades, y para darle un empuje a la comunidad pesquera, Torres Torres relató que luego del huracán han potenciado el sentido de 'comunidad' entre los pescadores para ayudarse entre sí.

'Se trata de que la comunidad surja. Yo he ido a Cabo Rojo para conseguir la mercancía y eso ayuda a darle vida a las pescaderías allá abajo, o el hace los contactos en Vieques y trae de allá para acá por la lancha de Vieques o en su propia lancha', contó el pescador.

'Estamos tratando de levantar esta empresa otra vez, aunque sea poco a poco, pero sí, como comunidad tratamos de darnos la mano entre todos para que esto pueda seguir moviendose. Tratamos de mantener con lo poquito un balance', añadió Torres Torres.

En el Plan de Recuperación y Reconstrucción de Puerto Rico sometido al Congreso de los Estados Unidos, el gobernador Ricardo Rosselló Nevares solicitó $60 millones para restaurar las instalaciones y los materiales de las villas pesqueras, los muelles, los centros de pesca y las herramientas de la labor. Empero, aún se desconoce la cantidad que el Congreso vaya a aprobar y cuándo será enviada al gobierno local.

'Esto como que se ha aguanta'o un poquito, pero seguimos con la fe en alto. Llega lo que era o mejor todavía, eso es lo que esperamos, pero cualquier cosa que llegue, sea un anzuelo, sea un cordel, aquí los pescadores son gratos de recibirlos de buena mano sea lo que sea', subrayó Torres Torres.